100 días de destrucción económica
Milei se vendió en campaña como un “especialista en crecimiento”, pero su gobierno muestra una caída brutal de la actividad económica. Cae la producción de todas las ramas de la industria y florecen los despidos. Cae el consumo masivo y las ventas minoristas. Recesión, inflación y aumento de la pobreza.
“Buenas noches, soy Javier Milei. Soy economista, liberal libertario, y soy especialista en temas de crecimiento económico, con y sin dinero”. Así se presentó el actual presidente de la nación en el debate previo al balotaje del año pasado, frente a una Argentina desesperada por la inflación y sedienta de una rectificación del rumbo económico que lograse estabilidad y una mejora en la calidad de vida de la población. El Milei candidato dijo lo que la mayoría del país necesitaba escuchar. El Milei presidente está demostrando ante el conjunto de la sociedad su mentira o su fracaso.
Si la inflación y la pérdida del poder adquisitivo del salario venían trastocando la vida económica del país en los últimos dos años del gobierno anterior, lo cierto es que si algo había para destacar era el nivel de actividad económica. Tras el desplome durante el macrismo, con decenas de miles de empresas que bajaron sus persianas dejando sin empleo a cientos de miles de trabajadores, y luego de la excepcionalidad que representó la pandemia, a la salida de la cuarentena la actividad fue recuperándose hasta alcanzar niveles pre macristas. La producción y el empleo no estaban entre los grandes problemas de la economía.
Pero cuando el especialista en crecimiento con o sin dinero ganó la elección y dijo “no hay plata”, lejos de mejorar, la economía sumó nuevos y graves desajustes. La brutal recesión a la que el Gobierno libertario empuja al país se evidencia en todas las ramas y sectores de la producción, así como también en el comercio y el consumo de una sociedad empobrecida hasta el límite.
Los últimos datos publicados por el Indec correspondientes al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), arrojaron un panorama desolador para el mes de diciembre, que se profundizarán cuando se conozcan los de los primeros meses del año. La economía cayó en el mes de asunción del nuevo Gobierno un 4,5% en relación a diciembre del 2022.
Hilando fino, gran parte de esa caída económica corresponde a la gestión Milei: de esa contracción total de 4,5 puntos en todo 2023, 3,1 puntos se perdieron en diciembre con respecto a noviembre del año pasado. Es decir, un 70% de la caída de la actividad económica del 2023 se dio en diciembre bajo las políticas de Milei y Caputo.
El último dato de la actividad industrial publicado por el Indec arrojó que en enero se verificó una caída de la industria del 12,4% interanual, con un retroceso de 1,3% con respecto al ya muy mal mes de diciembre. Los 9 rubros de la actividad industrial se mostraron a la baja. La fabricación de equipos y aparatos electrónicos cayó un 32%; los muebles y afines un 24,6%; los productos de metal y maquinarias un 24,9%; la producción de minerales no metálicos se contrajo un 17,8%; la de productos textiles, cueros y calzados, un 12,7%; la refinación de petróleo y químicos cayó 10,1%; la industria automotriz y de motos se contrajo un 9,8%; la de la madera, el papel y la impresión, un 7,9%; y hasta la producción de alimentos y bebidas cayó 6,1%.
Recientemente el Indec publicó otro dato alarmante sobre la actividad de enero. El nivel general de utilización de la capacidad instalada en la industria cayó al 54,6%, retrocediendo más de 12 puntos con respecto al año anterior. Entre los rubros más preocupantes se encuentran la industria automotriz, que funciona al 25,7% de su capacidad; la producción textil, que está al 36,7%; o la industria de alimentos y bebidas, que produce al 57,7% de su potencia.
A su vez la construcción, que suele tomarse como un termómetro de la marcha de la economía ya que es la actividad que más rápidamente refleja un aumento o una caída en las inversiones, también se desploma estrepitosame bajo el nuevo Gobierno. Solamente en enero se contrajo un 10,2%, y acumuló una caída interanual con respecto a enero del 2023 de 21,7%. Todos los insumos de esta rama de la economía cayeron significativamente, con un pico abrumador de -61,9% en la producción de asfalto, -38,6% en hierro y acero, -28,6% en hormigón elaborado, -19,9% en cemento y -18,1% en ladrillos huecos.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME ) informó que en enero la caída de la construcción alcanzó el 29%, en gran medida empujado por la decisión del Gobierno Nacional de suspender totalmente la obra pública. En este panorama, la UOCRA ya alerta por más de 80.000 puestos de trabajo perdidos en el trimestre libertario, poniendo el foco en la problemática del desempleo que irá acrecentándose conforme se profundice la recesión económica.
Por otro lado, la CAME también comunicó un desplome de la producción fabril en pequeñas y medianas empresas del 30% respecto de enero del año pasado. Buena parte de esa caída la explica el descenso del 9,1% respecto de diciembre de 2023, a partir de las decisiones económicas del nuevo Gobierno.
La otra cara de esta moneda tiene que ver con una merma impactante en el consumo masivo y las ventas minoristas. En otro de sus relevamientos, la CAME informó un el 28,5% anual en las ventas de comercios minoristas PyME durante el mes de enero. El panorama se ensombrece cuando se desglosa esa caída. En alimentos, la retracción fue del 37% mientras que las compras en farmacias cayeron 47%. Otros rubros importantes para seguir la evolución de la actividad económica también mostraron fuertes retrocesos, como el patentamiento de autos que lo hizo en un 32,7% o el de motos, que cayó 18,7%.
Este desplome del consumo se enmarca en el trágico cuadro de pobreza e indigencia que vive el país. El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó el mes pasado su último relevamiento, en el que se afirma que la pobreza alcanza 57,4% de la población bajo el modelo de económico del experto en crecimiento. La indigencia, por otro lado, llegó al 15%. Esto significa que unos 27 millones de personas en el país no perciben ingresos suficientes como para garantizarse los bienes y servicios de una canasta básica, y que 7 millones más no cuentan con lo necesario para comer todos los días.
En este país en el que la receta económica para bajar la inflación parece ser la destrucción total de la economía, la cúpula del Gobierno que hablaba de una caída para “equilibrar” precios que luego daría paso a un rápido rebote, el esquema de la V, ahora ya matiza sus expectativas a las claras de que la recuperación no será tan fácil. De la V ahora Milei y los suyos proponen que los argentinos se entusiasmen y confíen en una U, donde el amesetamiento tras la caída no plazos concretos y podría durar muchos meses.
Cae la producción, cae el consumo, caen las ventas, crecen el desempleo, la pobreza y la indigencia. Ese es el país del panelista que más horas ocupó en los programas de TV explicando lo fácil que sería ajustar a “la casta”, frenar la inflación y hacer crecer la economía. Por su mentira de entonces o por su fracaso actual, lo concreto es que la marca distintiva de sus primeros 100 días de gobierno es una destrucción de la economía argentina que todavía no toca fondo, y que nadie se anima a decir hasta dónde puede llegar y cuánto costará revertirla.