A mí también me echó Milei (XII): “Esto lo hacen para generar más despidos y más flexibilización laboral”
Diagonales continúa con los relatos del drama que viven quienes perdieron su trabajo al filo de la motosierra que aplica el gobierno de La Libertad Avanza. Rubén trabajó por 14 años en la empresa productora de neumáticos FATE. La situación explotó cuando él y otras casi 100 personas fueron echados, a pesar de las ganancias exorbitantes que acumuló en los últimos años el conglomerado que lidera el jeque del sector, Javier Madanes Quintanilla.
El presidente Javier Milei le declaró la guerra, implícitamente, a toda la economía real de la Argentina, cuando realizó los primeros lineamientos del ajuste colosal en la primera fase de su plan, que incluyó una perdida sin precedentes del poder adquisitivo, y una contracción fortísima en la producción, la construcción y el comercio, entre otras ramas de la actividad.
Para despejar el principal problema que acuciaba a la administración de La Libertad Avanza (LLA), en su único eje discursivo potentes, que es el de bajar la inflación a como dé lugar, redujo los costos de importación de neumáticos para camiones y micros que estaban en el 35 por ciento, hasta llegar al %16. A esto se le sumó una caída estrepitosa de ventas y exportaciones, y un idéntico cuadro de baja en la producción.
Y eso se vio reflejado en dos referencias nacionales en la provisión de neumáticos que tienen base en la Provincia de Buenos Aires: Bridgestone, que tiene su planta en Llavallol, y FATE, en San Fernando. Ambas empresas presentaron ante el Gobierno un pedido para resguardarse en el "Proceso Preventivo de Crisis". Esta figura les permitiría aplicar un ajuste en sus fábricas antes de tomar la decisión más drástica: cerrar sus plantas en Argentina. Pero todo se precipitó.
Rubén Alegre es de Hurlingham, en la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires, y todos los días debía recorrer 25 kilómetros para llegar a la planta de neumáticos de FATE, en el partido norte de San Fernando, donde hacía 14 años trabajaba como operario.
Según Rubén, estaba “en el sector más obsoleto de la fábrica”, que es el armado de cubiertas de los camiones, que “tienen una denominación que se les dice planta diagonal”. “Son telas engomadas con hilos todavía. A esta altura ya para todos los camiones y autos se usa el alambre. Y todavía se sigue trabajando con ese sistema que quedó ya bastante viejo. FATE es la única que lo mantiene, Pirelli y Firestone ya no”, planteó a Diagonales.
“Manotas” llegó a la empresa después de dejar su CV y se hizo “desde abajo”, no tenía experiencia en el rubro, pero su formación se fue consolidando a medida que pasaban los meses. Apenas terminó la escuela primaria ya se había puesto a trabajar. “Soy hijo de los años 90´ y todo era muy precario, lamentablemente”, resumió, indicando todas las complicaciones de una generación atravesada por la debacle educativa y laboral.
El drama para Rubén y otros 96 trabajadores comenzó a mediados de mayo cuando los directivos de FATE anunciaron que iban a producirse despidos masivos, aludiendo a la caída de las ventas por la fuerte retracción económica, desde que llegó el nuevo gobierno “libertario”, y una “brecha de competitividad insalvable”.
"La actividad de la empresa se encuentra expuesta a factores muy negativos que incrementan severamente el costo de su producción: abusiva sobrecarga impositiva, restricciones cambiarias para el pago de insumos del exterior, deficiente infraestructura, sobrecostos derivados de la legislación del trabajo, baja productividad laboral, ausentismo, elevada conflictividad gremial, sólo por mencionar algunos", indicó en un comunicado la empresa que comanda el jeque de los neumáticos y del aluminio, y uno de las personas más ricas de a Argentina, Javier Madanes Quintanilla.
Desde entonces, con un periodo entremedio en el que los trabajadores volvieron a sus puestos por la conciliación obligatoria, la cosa se hizo más que cuesta arriba para Rubén que tiene tres hijos, de 7, 10 y 17 años, respectivamente. A eso se suma que su pareja también está desempleada. “El alquiler está impagable”, se lamentó.
¿Cómo se enteraron de los casi cien despidos en la planta?
-Fue de una manera bastante cruel. Fue por un rumor de que los directivos de la fábrica habían publicado en medios nacionales que pretendían despedir a 97 compañeros. Y ese mismo día que salió esa información, en el turno tarde que empieza a las 14, se iban enterando, y algunos no lo hicieron. Recién se enteraban cuando los iban ‘rebotando’ en la entrada por los molinetes que no estaba habilitada su entrada a la planta. En la misma oficina de Seguridad que está en esa entrada, te daban el telegrama de despido. Yo me entero recién al otro día de que me habían echado, porque me tocaba el turno mañana esa semana.
¿Qué explicación le encontrás al achicamiento de la empresa?
-Se aprovechan del contexto económico. Todo viene de la mano. Llega un gobierno que es antiobrero, que viene generando despidos en el sector privado, dándole la garantía a las cabezas del sector privado, como en este caso Madanes Quintanilla. También esto pasó en el Firestone, para que puedan seguir con esos despidos y más flexibilización. No se trata de una PyME que por la recepción económica tiene que vender maquinaria para pagar indemnizaciones, por ejemplo. Muy lejos está Madanes de eso. Si uno investiga un poco, se sabe todo la riqueza que él tiene. Es uno de los principales millonarios de la Argentina, es la número uno en exportación de aluminio en Sudamérica.
Y parecería que no son solo ustedes, los 97 ya despedidos, sino que habría más…
-Aprovechó este contexto para despedir, y no solo eso sino que también amenaza con echar a otros 280 compañeros más. Bajo esa amenaza se esconde que también quieren modificar los convenios colectivos de trabajo, los métodos de producción. No es por la crisis, buscan flexibilizar más la situación de los compañeros.
Estaba leyendo el comunicado de la empresa en el momento en el que los empiezan a despedir, y entre otros factores, ahí directamente hacen foco en ustedes, los trabajadores, diciendo que hay “sobrecostos derivados legislación del trabajo, baja productividad laboral, ausentismo, elevada conflictividad gremial”. ¿Qué les respondes a ellos?
-Cuando hablan del elevado nivel de ausentismo se debe a las condiciones de trabajo. Hay compañeros que tienen graves problemas de salud: hernias de disco, problemas en los codos. Además tenemos un sistema de rotación donde trabajas de mañana, tarde y noche, no te llegas a acostumbrar nunca, y es muy desgastante con el paso del tiempo. Con respecto a la ‘conflictividad gremial’, es justamente por eso. Porque tenemos un gremio recuperado en el año 2016, y siempre se peleó por mejorar las condiciones de trabajo, y por aumentos de salario.
Cuando vos tenés una inflación de un 50 por ciento y vos te dan ese aumento, no sube tu poder de compra, se lo come la inflación. Es por eso que el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) se vino destacando y por eso la conflictividad que la empresa señala, porque siempre se han conseguido paritarias por arriba de la inflación.
¿Todos los trabajadores estaban formalizados?
-Estábamos todos bajo el convenio de neumáticos. Después había una parte de la empresa, con casi trescientos trabajadores, que eran precarizados por otros rubros. Siempre la empresa buscaba que esos compañeros hagan el mismo trabajo que nosotros pero por fuera del convenio, y por un sueldo mucho más bajo. Cada explicación que buscar dar la fábrica, basado en la ‘conflictividad’ tiene una respuesta.
¿Con qué criterios pensás que se elegía quien se quedaría sin trabajo?
De esos casi cien despidos, venimos denunciando que son ‘encubiertos’ Si bien la empresa te echa sin causa justificada, basándose en el artículo 245, muchos de esos compañeros despedidos tienen graves problemas de salud. Y muchos, como yo, veníamos haciendo un trabajo gremial en la fábrica. Yo, de hecho, fui candidato a delegado dos veces. También fui candidato a concejal acá por el partido de Hurlingham. No fueron despidos arbitrarios.
¿La empresa en algún momento se volvió a comunicar con ustedes, hubo una mesa de negociación?
-Ninguna. Directamente, después que se dictó la constitución obligatoria, la fábrica comunica que debíamos retomar las tareas, pero aclaraban que una vez que terminara la conciliación, íbamos a estar despedidos, y que no había marcha atrás. Estuvimos trabajando por veinte días más así, sabiendo que ya estamos afuera. Eso fue bastante traumático para nuestros compañeros.
¿Pensás que a estos trabajadores despedidos buscan reemplazarlos por otros nuevos con condiciones precarias propias de las tercerizadas o directamente son puestos de trabajo que los van a suprimir?
-Hay un poco de las dos. Quieren llegar a una producción con menos trabajadores, con una Ley Bases y una reforma laboral instrumentándose. Su objetivo es que muchos compañeros que entren a trabajar con nuestra misma tarea lo hagan por fuera del convenio. Ya, en su momento, Madanes Quintanilla en el 2019 también intentó esto. Pero tuvimos una respuesta efectiva, apoyados por el sindicato y el secretario general de SUTNA Alejandro Crespo.
Estuvimos a la altura para evitar eso. Como con (Mauricio) Macri no lo pudo lograr. Madanes ahora vuelve a la carga pero de forma más acelerada Siente que es ahora el momento para poder deshacerse de parte de la planta de compañeros que están ‘rotos’, con problemas de salud, y otros compañeros que hacemos actividad gremial para hacer así una ‘tierra arrasada’ dentro de la fábrica y dentro del gremio.
¿Qué hablabas con tus compañeros en la fábrica que quizás apoyaron el cambio que les proponía Javier Milei?
-Nos pasó con Macri también en su momento, había compañeros asustados por la política de otros sectores, que creen que un nuevo representante político viene a cambiar las cosas. Lo que pasa con Milei es que el tipo planteaba que iba a hacer el ajuste sobre la casta. Y todo lo que se vio del 10 de diciembre para acá fueron negociaciones todo el tiempo con la casta. Si llegaron hasta a poner a una senadora en una embajada para que les voten a favor la Ley Bases. Ese ajuste, que iba a hacer para la casta, no se vio, es una estafa electoral al pueblo.
Y están en un sector alcanzado por el impuesto a las Ganancias que se volvieron a poner…
-Sí, claro. Macri en su momento dijo que iba a sacarlo y lo aumentó. Milei hizo lo mismo. Siendo diputado lo votó en contra y decía que se cortaría las manos antes si ponía nuevos impuestos. Ahora, por lo que veo, manos no le faltan para para haberlo habilitado otra vez. Todos mis compañeros están alcanzados. Ahi tenés muchos adicionales. Sabemos que es un impuesto injusto, el límite es muy justo. Si vos querés hacer una diferencia económica, tenés que hacer horas extras y demás. Pero si te pasás por muy poco ya te agarra el pago del impuesto a las Ganancias.
¿Algún compañero que apoyó a Milei te ha dicho que se equivocó?
-Ellos vieron en Milei algo diferente a lo que ofrecía la clase política. Ahora que lo sufren en carne propia están bastante enojados, frustrados, pero eso no impide que esos compañeros salgan a las calles a reclamar. Muchos compañeros en su momento votaron a Macri, a Fernández, ahora a Milei. Y si tienen que salir a defender sus derechos lo hacen igualmente.
¿Sos optimista con respecto al futuro?
-Es lo que a uno lo mantiene. Después la realidad del día a día puede tener unos vaivenes. Hasta la Ley Bases había una expectativa de que se iba a frenar un poco la avanzada de las patronales. Pero después de que se aprobó quedaron muchos compañeros a la expectativa. Dentro de la fábrica están con mucho miedo por lo que pueda seguir pasando. Cuentan que los están llamando a que pongan su renuncia con las amenazas de que, si no lo hacen ahora, una vez que se confirme el Concurso Preventivo de Crisis se irán con la mitad de la indemnización que les corresponde.
¿Qué valores rescatas que te quedaron de las relaciones que pudiste afianzar adentro y también afuera de la fábrica?
-Uno aprende mucho más en lo personal, del compromiso hacia los compañeros y también hacia el afuera. Yo me encuentro en la calle como siempre. Fui varias veces al Hospital Posadas a solidarizarme por los despidos que también hay allí. Me pude reencontrar con ellos manifestándonos, pero ahora en esta situación, más como protagonista directo. Pero siempre en relación de solidaridad con los demás.