A mí también me echó Milei (XV): “¿Por qué mierda pondrían gente a gestionar el Estado si lo que quieren es achicarlo?”
Diagonales continúa la serie de entrevistas que ilustran el drama de los despidos desde las historias de los caídos al filo de la motosierra del gobierno nacional. Este es el caso de Jesica Rivero, que trabajó en coordinación técnica territorial por 18 años y se desempeñaba en el área de salud mental de la Dirección Nacional de Emergencias. Le llegó el telegrama de despido el día de su cumpleaños: “En los comedores no alcanzan los alimentos”.
Como una “casualidad” del destino, el mismo día que el INDEC anunciaba que en la Argentina la pobreza escaló 12 puntos en el primer semestre del 2024 con respecto al mismo periodo del año anterior, hasta llegar al 52,9 por ciento, y una indigencia que se duplicó hasta llegar al 18,1 por ciento, el gobierno de Javier Milei anunció una tercera ola de despidos en el ministerio de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello.
La cartera de la ministra de confianza del Presidente informó la no renovación de contratos para más de 200 de trabajadores en sus subsecretarías y puso en alerta al personal de las áreas más sensibles para la sociedad, como la Dirección Nacional de Emergencias, la de Asistencia Crítica o la de Ayudas Urgentes y Emergencias. Se acumulan 1600 despidos desde la llegada de La Libertad Avanza al poder en diciembre pasado.
Pero detrás de las grandes cifras, hay personas que le ponen la cara al desamparo, mucha gente que se queda sin su fuente de sustento, y derechos sociales que día a día quedan cada vez más rezagados.
Jesica Rivero trabajaba desde el 2006 en el exministerio de Desarrollo Social y cuenta con una experiencia tan diversa como difícil de reemplazar. Era técnica territorial, administrativa y especializada en el área. En los últimos años había trabajado en temas de Economía Social. Durante el macrismo trabajó en una coordinación de asistencia técnica territorial, espacio desde donde trabajaba hasta finales de septiembre, cuando la echaron. Estaba al frente de la asistencia social directa, dentro de la Dirección Nacional de Emergencias.
Jesica integraba un equipo de salud mental. Su rutina incluía días asignados para los tratamientos con los niños. También había días en los que coordinaba con su equipo transversal de trabajo en salud mental y recorrían todo el conurbano bonaerense. Incluso en alguna época más benigna podían viajar para hacer su trabajo en el interior del país.
Otros días de trabajo se llevaban adelante en la oficina, en uno de los edificios del ministerio, ubicado en Moreno y Chacabuco, en el centro porteño, donde también funcionan la línea de Emergencia, la coordinación en la que ella estaba al frente, y el servicio de Atención Personalizada para cualquier demanda espontánea de ayuda económica o para pedir alimentos y medicamentos. Hoy, de acuerdo a lo que plantea Jesica, nada de esto está funcionando: “De diciembre a esta parte, no se hizo nada”.
En el edificio donde trabajaba Jesica se calculan unos 70 despidos en total desde el arranque de la gestión “libertaria”. Antes del mes de julio, durante la segunda ola de despidos en el Estado nacional, en el equipo de salud mental que ella coordinaba eran ocho personas. En esa tanda fue despedida una trabajadora. Y en esta tercera oleada fueron no renovados otros tres contratos. Jesica estaba en esa lista, y el equipo se achicó a la mitad.
Ahora está desempleada y tiene que mantener a sus dos hijas. No para de tirar currículums y sigue buscando “changas” para salir del mal paso: desde anotarse en listado de suplencias de docentes, o cualquier trabajo de periodista, hasta manejar para la aplicación de Uber. Las complicaciones económicas también le impidieron avanzar con las pocas materias que le faltan en sus estudios en periodismo en la Universidad Nacional de Avellaneda.
Teniendo en cuenta la función social que desarrollan y los números alarmantes de pobreza e indigencia que refleja el INDEC, ¿creés que el Gobierno puede justificar que ambas están bajando?
Para que te des una idea de que esto no es así, voy a decir que casi que fuimos la única área del ministerio que tuvo algún tipo de tarea concreta para hacer en todos estos meses de gestión de Milei. Eso fue el relevamiento del Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil (RENACOM), que viene de hace varios años. Ahí están inscriptos y preinscriptos comedores comunitarios que recibían asistencia alimentaria del Estado. Por otro lado, está el Programa Alimentar que es el programa de asistencia alimentaria para los comedores. Esas son dos políticas alimentarias que tiene el ministerio.
“TODOS LOS COMEDORES QUE HEMOS VISITADO SIGUEN FUNCIONANDO Y TAMBIÉN VIMOS QUE RECIBEN MÁS PEDIDOS DE LA GENTE”.
Con todo el combate de Pettovello contra los movimientos sociales, la gran respuesta que tuvieron ellos fue decir “bueno, vamos a ver cuáles funcionan y cuáles no”. Yo trabajaba haciendo estos relevamientos desde mi área. Nos daban las planillas de los comedores inscriptos para que vayamos a verificar si efectivamente estaban trabajando o no. En julio, terminamos de recabar los datos para el RENACOM. Todos los comedores que hemos visitado siguen funcionando y también vimos que reciben más pedidos de la gente, de los vecinos, las vecinas, por más alimentos que antes.
¿A qué conclusión llegas?
-A que ahora hay más necesidad, más demanda, y el Estado tiene toda la información requerida para asistir a las personas pero no lo hace. Los conoce. Es información pública. Están registrados bajo un número. La gente deja sus datos, el Estado conoce su personería jurídica. De hecho lo dicen. Dejan el número de matrícula. Todo eso es información pública que maneja el ministerio.
“AHORA HAY MÁS NECESIDAD, MÁS DEMANDA, Y EL ESTADO TIENE TODA LA INFORMACIÓN PARA ASISTIR A LAS PERSONAS PERO NO LO HACE”.
Cuando íbamos a hacer la visita a los comedores la gente te decía “sí, ahora tengo para darle de comer a cincuenta pero en lugar de cincuenta vienen trescientos”. O decían: “yo antes tenía lunes, martes y miércoles ahora tengo lunes, martes, viernes, sábado toda la semana pero no les puedo dar, porque no hay asistencia, porque el ministerio no nos manda. Entonces lo que dicen de que bajan la pobreza y la indigencia es una mentira que se cae, incluso con la propia información que recaba el gobierno. Nos mandaron a sistematizar información de los comedores, solo para que cuando encontraran algún lugar donde no funcionaba un comedor pudieran sacar por sus medios amigos información de la supuesta “red de comedores fantasmas”. Pero sabían que no les iban a dar ninguna solución a los vecinos.
“LO QUE DICEN QUE BAJAN LA POBREZA Y LA INDIGENCIA ES UNA MENTIRA QUE SE CAE”.
¿Cómo veías esa falta de gestión dentro de tu área de trabajo?
-Pensá que en el sector donde a mí me despidieron, el responsable a cargo se fue en el mes de julio cuando lo echaron a Pablo de la Torre. Después volvieron otros en agosto, y ahora con esta última tanda de despidos se comieron todas las puteadas nuestras y desaparecieron. No tienen ni siquiera designación. Hay áreas enteras del Estado, en particular en este caso dentro del exministerio de Desarrollo Social, pero si rascás un poquito vas a ver que en todos los ministerios pasa lo mismo. No hay gestión, porque no hay tipos a cargo y si no hay no hay designaciones hay circuitos administrativos que no funcionan en el Estado. Si no hay una firma para designar tal o cual cosa, la cosa no sale. Y esa cosa puede ser una ayuda económica para una familia, puede ser un medicamento, la compra de repelentes para que nosotros salgamos a hacer campaña en los barrios para la prevención de la enfermedad del dengue que se viene muy duro en este verano. Nosotros sosteníamos actividades territoriales, porque tenía que ver con nuestra función, nuestra tarea, pero no había ninguna dirección, ninguna instrucción.
¿Cómo te enteraste de que no te iban a renovar el contrato?
Todo empezó el jueves 26 de septiembre a las nueve y veinte de la noche. Yo cumplía años ese día. Esa noche mandaron un mail sin firma desde Recursos Humanos. Decían que se daba por cumplido nuestro contrato. Tanto yo como la mayoría de los laburantes del ministerio y la mayoría de los laburantes del Estado Nacional estamos bajo la contratación anual de una resolución que habilita que el Estado te contrate anualmente. Cuando asumió el gobierno de Milei, lo que hicieron fue no renovarnos los contratos anualizados.
“LO QUE TE DICEN ES QUE NO TE RENUEVAN EL CONTRATO. PERO EN REALIDAD SÍ TE ECHAN”.
Prorrogaron hasta marzo la contratación de todos. En ese mes fijaron un nuevo contrato por tres meses hasta julio. En marzo metieron la primera ola de despidos, y en julio cuando se cumplieron nuevamente tres meses metieron una nueva tanda. Ahora en septiembre cuando se cumplieron los otros tres meses de renovación arremetieron otra vez. Por ende a mí en realidad “no me echan”. Lo que te dicen es que no te renuevan. Pero en realidad sí te echan. Incluso fueron echadas compañeras que tenían licencias de maternidad, a delegadas de UPCN, a una compañera que ingresó por el cupo laboral travesti-trans.
¿Tuvieron respuestas de las autoridades?
-Al dia siguiente de recibir las notificaciones, fuimos todos a la oficina, donde estaba nuestro director a cargo. Se lo increpó, se pidió preguntas, pero el tipo puso una cara de piedra total, aduciendo que él no armó las listas. Desde que llegó en agosto siempre quiso mostrar un perfil más conciliador pero era todo un verso. Para que tengas una idea, el día anterior mis compañeras y yo nos habíamos anotado para hacer una capacitación sobre intervenciones en emergencias climáticas que nos pidió este hombre.
“TODO MUY BIZARRO Y DE UN CINISMO LLENO DE SINSENTIDO. NO HAY NINGUNA INTENCIÓN DE HACER ALGO EN EL ÁREA DE DESARROLLO SOCIAL".
La idea era que nos capacitáramos para estar atentos por si surgía una situación de emergencia de cara al verano. Nos habían pedido un informe de actividades de cada uno de los equipos. Habíamos subido esa información al sistema GDE del Estado nacional. Incluso nos habían pedido que informáramos las fechas de cumpleaños de todos porque nos iban a llegar saludos especiales. Todo muy bizarro, y de un cinismo lleno de sinsentido. No hay ninguna intención de hacer algo en el área de Desarrollo Social.
Y los sueldos en la administración publicas encima caen estrepitosamente…
-Hay distintas categorías salariales. La categoría A, la de los funcionarios, es la más alta La categoría profesional es la categoría B. Después está la C que es la de los técnicos especializados o técnicos administrativos. Después tenés la D, la E, la F. El problema es que los compañeros que están como administrativos que ingresaron después del 2009/2010 lo hicieron con categorías D o B, y ganan menos. Esos sueldos solían mejorarse con horas extras. Pero cuando llegó esta gestión, las sacó. No firma las horas extras.
“YA DESDE HACE RATO QUE TENGO QUE REBUSCÁRMELAS CON OTRAS COSAS PORQUE NO ME ALCANZA LA PLATA”.
Fue por decisión política y porque no hay funcionarios. Entonces en esas categorías más bajas hay gente ganando trescientas lucas Yo, con 18 años de antigüedad, en la categoría C, estaba ganando seiscientas lucas. Ya desde hace rato que tengo que rebuscármelas con otras cosas porque no me alcanza la plata.
¿Qué reflexión haces cuando escuchas que muchos trabajadores apoyan a este Gobierno?
-Donde yo estaba no es en general un área que apoyara a esta opción política. Sí hay como quizás una parte que adhiere más a las gestiones anteriores, pero después hay otra parte que también adhería por arriba y pero muy desencantada con las otras alternativas Vi muchos laburantes incluso que pensaban que lo de la ola de despidos iba a venir para echar a los a los que supuestamente eran “ñoquis” y después cuando se daban cuenta que los echan a ellos mismos dicen “pará, entonces no había ‘ñoquis’”. Hubo algo de “comerse el verso”, cuando en realidad vos estás viendo en tu oficina como se destruye todo. Empalma con un discurso individualista, que si “rajan a Fulano vamos a estar mejor”.
“QUIEREN DESTRUIR EL ESTADO, ENTONCES ¿POR QUÉ MIERDA VAN A PONER GENTE A GESTIONAR EL ESTADO”.
Quizás ser “chupamedias” de la gestión podía significar que pudieran mantener su puesto de trabajo con el gobierno de Macri. Pero en este caso no, porque no hay gestión, no hay políticas, no hay Estado. No están pensando en mejorar el Estado porque eso es lo que te dijo en campaña Milei. Quieren destruir el Estado, entonces ¿Por qué mierda van a poner gente a gestionar el Estado? Si lo que quieren es achicarlo a la mínima expresión. Eso te lo demuestran no solo los despidos. En la cotidianidad, desde diciembre a esta parte hubo recortes. En cualquier oficina del Estado vas a encontrar gente tomando mate, haciendo cursos, estudiando, cumpliendo horario, calentando sillas porque no hay laburo para la administración pública.
¿Ves alguna luz de optimismo en lo que pasa, de cara al futuro?
-A mí lo que me hace salir adelante es que acá nadie te deja tirado. Con cualquier persona con la que yo hablo que me conoce de años, que me conoce de trabajo, que me conoce de otros espacios, o que conozco así como estoy hablando ahora con vos, siempre llega la frase: “Si sé de algo, te aviso”. Yo no sé si sucede esto en todos lados.
“LO QUE ME HACE SALIR ADELANTE ES QUE ACÁ NADIE TE DEJA TIRADO”.
A pesar de todo lo malo. Nosotros también somos esto. Somos en parte esa red solidaria, que existe en muchos argentinos, muchas argentinas de no dejar tirado al de al lado. En todos los edificios está pasando, los compañeros que se quedan hacen rifas, hacen bonos de contribución. Ahora mismo, en lo que era mi oficina, están por ponerse a vender panchos para juntar plata para los despedidos, y van a hacer un festival solidario. Es algo espectacular y muy emocionante.