El vocero presidencial Manuel Adorni defendió este miércoles al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, en medio de la polémica por sus declaraciones en el Congreso de la Nación respecto de “rechazar la diversidad y la identidad sexual”. 

Bajo la bandera de la libertad, el portavoz de Casa Rosada aseguró que toda persona “es libre de autopercibirse como quiera” pero inmediatamente agregó que no se puede exigir que otras personas reconozcan esa identidad. 

“El ministro fue claro. Nosotros estamos en contra de que las políticas de género, todo lo que ha sido la defensa de determinados colectivos, tengan detrás negocios y tengan detrás cuestiones que no hacen a la defensa de nadie, ni de las mujeres, ni de los hombres, ni de los que no lo son”, afirmó Adorni para respaldar la decisión de eliminar el Ministerio de la Mujer y desfinanciar programas destinados a la defensa y asistencia de víctimas de violencia de género. 

En plena Comisión de Mujeres y Diversidad en la Cámara de Diputados, el pasado martes Cúneo Libarona aseguró que el Gobierno nacional “rechaza la diversidad e identidad sexuales que no se alinean con la biología”, tirando por la borda un sinfín de regulaciones y normativas hoy vigentes en la Argentina.

Las palabras del funcionario desataron una catarta de cuestionamientos y una fuerte polémica, dado que más allá de lo que pueda pensar el ministro existen legislaciones vigentes que justamente reconocen la diveridad de identidades de género y penalizan actos de discriminación y/o violencia contra las minorías. 

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Por su parte, en su habitual conferencia de prensa, Adorni afirmó que “cada uno es libre de autopercibirse como mejor le parezca, y de hecho es infinito como uno se puede autopercibir, no hay un límite, uno se puede autopercibir de la forma que sea y el Estado no va a interferir en esa autopercepción”. 

Sin embargo, inmediatamente aclaró: “Nosotros no reconocemos ni rechazamos absolutamente nada (…) Nosotros no queremos negocios con la política de género, no queremos que se discrimine absolutamente nadie, y pretendemos que se autoperciba como se autoperciba una persona, no exija a otro tampoco que reconozca esa autopercepción".