Alberto Fernández rompió el silencio: "Pasé de ser un tibio a un agresor"
El ex presidente remarcó que todo lo denunciado por Fabiola Yáñez "no tiene nada que ver con mi conducta".
El ex presidente Alberto Fernández rompió el silencio para reiterar su rechazo a las acusaciones de violencia de género formuladas por su ex pareja, Fabiola Yáñez. Además, dijo que Yáñez enfrenta problemas relacionados con el consumo de alcohol, lo que añade una dimensión compleja a la situación. “Pasé de ser un tibio a un agresor”, lanzó.
En una entrevista con el diario Perfil, el ex mandatario se refirió a la denuncia de violencia de género y maltrato psicológico, la fiesta de Olivos, su relación con Cristina Kirchner y Javier Milei y cómo atraviesa sus días actualmente.
“En mi vida hice algo parecido a eso, quien me conoce sabe. No sé cómo pasó. Son esas cosas que ocurren casi mágicamente por imperio de lo mediático, pero yo pasé de ser un tibio a un agresor", manifestó.
Y agregó: “No tengo la menor idea cómo ocurrió. La verdad es que no tiene nada que ver con mi conducta eso”.
En la misma línea, luego de haber sido denunciado penalmente, y señalado de golpearla mientras cursaba el embarazo de su hijo menor, Francisco, Fernández respondió: “¿Cómo voy a patearla en el piso? Yo estuve 18 años casado con la mamá de Tani, y estuve 11, 12 años con Vilma. Hasta el día de hoy tengo un vínculo espléndido con las dos y me siguen llamando y me siguen saludando para Navidad, para fin de año, y están preocupadas y me preguntan, ¿qué pasó, me volví loco un día?”.
“Cuando apareció la famosa foto en el teléfono de María Cantero, que yo nunca la vi hasta que apareció publicada, y ella no sabía decirme de qué día era la foto que tenía María Cantero. Ahora, como ella estaba muy enojada conmigo porque me atribuía a mí la responsabilidad de no parar mediáticamente esa avanzada sobre ella por el tema de la foto, creo que la agarró en un mal día”, explicó Fernández.
Asimismo, señaló que “no hay una amiga de ella que diga que alguna vez Fabiola le habló de este tema. La familia de ella dice que Fabiola nunca le habló de este tema. No hay un médico que haya dicho que alguna vez la atendió. No hay un psicólogo. Hay una pericia psiquiátrica de noviembre del año 2023, que ella se hace y presenta la razón de ser de su malestar psicológico por el problema de los medios, que yo lo creo. Creo que efectivamente le han hecho un daño psicológico enorme”.
“Fabiola tiene un problema de salud que yo creo que es determinante en todo esto que estamos viviendo. Y no quiero entrar en el juego mediático que propuso la querella, porque me parece que finalmente le hace mucho daño también a ella, no solamente a mí”, argumentó.
“Ahora, ese hecho no es como ella cuenta, para nada fue así. Fue una decisión de ella y siempre ha tenido un problema para asumir la idea de la maternidad. No fue conmigo, antes de conocerme, tenía ya un problema para resolver el tema de la maternidad, me parece que el tema la asustó”, completó respecto a la decisión de Yáñez de no continuar cursando el embarazo.
Sobre la convivencia en Olivos la calificó como “buena, con problemas, con dificultades, porque esas dificultades de salud que Fabiola atravesaba, y atraviesa, son problemas que hacen muy difícil la vida para el que acompaña”, y detectó la foto en del cumpleaños de Yáñez en plena pandemia como “el quiebre de la relación”.
"La quise mucho a Fabiola, y la verdad, una de las cosas que más me apena de todo esto es que yo sé que he sido la persona que más trató de ayudarla en estos temas. La quise mucho, no voy a negarlo”, sostuvo, y agregó: “Ella tiene un problema de alcoholismo que tiene como diferentes etapas, y en una de sus etapas se pone muy violenta, insulta, dice cosas gravísimas y después se pone violenta físicamente. Lo que yo hacía era esquivar eso, pero no era que yo la estaba agarrando”.
Pese a los golpes en las fotos que presentó la experiodista en la causa, Alberto Fernández tomó distancia de las acusaciones al sostener que solo intentaba “agarrarle las muñecas para que no revoleara los brazos, y después generalmente se desmoronaba y entraba en un proceso de angustia muy profunda”. “Lo que sí es llamativo del golpe en la axila, primero que es muy difícil zamarrear a alguien a esa altura, sinceramente. Generalmente se zamarrea a alguien, calculo yo, a la altura de los codos. Y si uno lee la historia clínica de Ineco, una de las observaciones que hay es que ella, después de tomar, suele caerse en las bañeras. Para despabilarse trata de bañarse, y suele caer en la bañera, y se cayó muchas veces en las bañeras”, se escudó.