Desilusión total: JxC y un mazazo electoral sin precedentes
En el búnker de campaña de Bullrich todo es decepción. Lejos del balotaje que se definirá entre Massa y Milei, los principales referentes de JxC optaron por no hablar y reina la incertidumbre sobre cómo se canalizará el debate interno por el futuro del espacio
El horno no está para bollos en Parque Norte. Un ambiente sepulcral comenzó a erosionarse por todos los rincones del predio donde la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, tuvo la confirmación de los peores presagios.
Una derrota estrepitosa que la ubica casi siete puntos por debajo de Javier Milei y a trece de Sergio Massa, cuando ya se escrutó el 88,68 por ciento de las mesas del país.
Pocas figuras “daban la cara”. Solo el “Mago sin dientes” y el hijo de Jorge Porcel hablaban con la prensa. La música electrónica tapaba todos los silencios de cementerio, pero era cuestión de minutos para que alguna voz autorizada saliera a hacer un breve balance.
Uno de los principales referentes nacionales de JxC y cohesionador del PRO con el radicalismo bonaerense prefirió no hacer declaraciones públicas. Pero no se contuvo: “Hacemos política discutiendo las grandes ideas, y acá hubo mucho miedo a Milei”, afirmó a Diagonales.
Otros pocos decidieron dialogar y, cuando lo hicieron, solo se refirieron a la campaña porteña de Jorge Macri. “Qué noche mágica Ciudad de Buenos Aires” sonaba quince minutos antes de las 22.
“Queremos agradecerle a la Ciudad de Buenos Aires porque nos ha permitido ganar la elección, probablemente en primera vuelta”, destacó el primo de Mauricio. “Kirchnerismo nunca más”, cantaban sus militantes. “Estoy parado sobre el hombro de dos grandes gestiones”, completó, en referencia a las alcaldías de Mauricio Macri y Horacio Rodriguez Larreta.
En esa línea, el candidato porteño Intentó salvar la ropa de Bullrich, y señaló que el “faro” cambiemita estará en CABA. “Nosotros no nos vamos a ningún lado, con el resultado que sea”.
Minutos antes de las 22, Jorge Macri terminaba su alocución, pero la sangría recién comenzaba en una noche que prometía ser larga.