El plan de “modernización” que presentó el Gobierno para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) encontró su primer freno a horas de haber sido anunciado. 

El miércoles último, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó que la iniciativa incluía, la subasta de edificios del INTA, la venta de tierras (alrededor de 70.000 hectáreas) y el despido de, al menos, 227 personas.

Los primeros en resistir la medida fueron los gremios que nuclean a los trabajadores del organismo, quienes ayer realizaron una movilización para rechazar los planes del Gobierno y asambleas en cada una de las sedes del INTA en todo el país. 

Sin embargo, la resistencia de los sindicatos no fue la única. El Consejo Directivo Nacional del INTA, integrado -entre otros- por representantes de la Mesa de Encale, Sociedad Rural (SRA), la Federación Agraria (FAA), CONINAGRO, la Confederación de Rurales (CRA) y AACREA, también rechazó la iniciativa oficialista. 

El secretario general de APINTA, Mario Romero, contó que la reunión del Consejo Directivo duró 12 horas aproximadamente. En todo ese tiempo, el titular del organismo designado por Milei presentó el plan de modernización de Casa Rosada y solo cosechó rechazos. 

“Las autoridades institucionales se plantaron en su postura de avanzar en el paquete cerrado y el resto de los consejeros directivos se levantaron la reunión y la dejaron sin quórum”, reveló Romero. 

De todas maneras, el gremialista adelantó que el freno es temporal dado que es posible que la administración libertaria llame a una "reunión extraordinaria" del Consejo para avanzar con el desguace del INTA. 

Hace poco más de un mes, el ex presidente del Instituto, Juan Cruz Molina Hafford, había renunciado a su cargo tras recibir presiones del Ministerio de Economía para implementar cientos de retiros voluntarios en todo el organismo y un brutal ajuste. 

Con un reemplazo designado y dispuesto a llevar adelante el plan de Javier Milei, la motosierra volvió a prenderse.