El amargo momento del titular del Banco Nación al enterarse por sorpresa que lo reemplazaría Batakis
Eduardo Hecker se enteró de los cambios sobre la hora, justo antes de dar un discurso en un acto. La incómoda situación quedó grabada en video
Los cambios suscitados ayer en el Gobierno le jugaron una mala pasada al hasta entonces presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker, quien debió enterarse por sorpresa y sobre la hora que sería reemplazado por Silvina Batakis. El incómodo momento de Hecker quedó capturado en video, quien supo que Batakis pasaría a ocupar su lugar minutos antes de dar un discurso en un acto oficial en Catamarca.
En las imágenes, se puede apreciar a Hecker revisando mensajes en su celular mientras espera para tomar la palabra en el evento. Allí, se lo ve con un gesto de estupor justo antes de pasar hacia el estrado a brindar un discurso. Una vez frente al micrófono, comienza a hacer un balance de su gestión en tono de despedida.
Cabe recordar que el evento era de agenda meramente institucional y su objetivo era presentar la Tarjeta Minera Nación, en la que incluso lo acompañaba el gobernador provincial, Raúl Jalil. Por obvias razones, lo que habría sido pensado como un breve discurso protocolar, se tornó en un discurso de cierre de ciclo.
“La verdad que uno intentó cumplir con lo que uno pensó que tenía que ser la función y cómo tiene que ser un banco público, entre otras cosas, en el trabajo profesional y político. Estoy, la verdad, así son las cosas, el banco que hoy dejamos, o que hoy me toca dejar a mi o que hoy me deja a mi”, dijo Hecker.
“En algún casillero podré ubicarme, pero este banco es uno que está mucho mejor del que nos tocó recibir. Uno podría hacer apreciaciones subjetivas, nosotros recibimos uno que no daba créditos a las pymes. Cuando volvimos a darles créditos a las pymes los mismos funcionarios dijeron ‘bueno vamos a hacer algo normal’”, agregó.
En tanto, la presidencia del Banco Nación espera la llegada de Silvina Batakis, quien fue designada para ocupar ese lugar tras retirarse del Ministerio de Economía, donde apenas duró 24 días, aunque cargados de plena intensidad.