El fenómeno Maratea, la generación “on demand” y los desafíos para la política
El influencer juntó más de 100 millones de pesos en un día para ayudar en la lucha contra los incendios y desató un interesante debate que cruza el funcionamiento del Estado con las nuevas dinámicas de la sociedad. Los números de la asistencia estatal frente a la crisis
La catástrofe en Corrientes avanza y está lejos de ser controlada. Las escasas precipitaciones que se registraron en la tarde noche del domingo no alcanzaron para torcer el rumbo de la situación, como tampoco están alcanzando los recursos materiales y humanos de los que se dispone en la primera línea de la lucha contra el fuego. Luego de unas semanas intensas en términos políticos con debates sobre las responsabilidades y los pases de factura entre el Gobierno provincial y el nacional, este fin de semana nuevamente se agitó la polémica, esta vez a raíz de la intervención del influencer Santiago Maratea, quién lanzó una nueva campaña con la que ya recaudó más de 154 millones de pesos en donaciones.
No es la primera vez que Maratea encara este tipo de campañas. Con casi tres millones de seguidores en Instagram, el influencer adoptó esta forma de relacionarse con su público y direccionar acciones hacia campañas solidarias el año pasado, cuando en tan solo diez días juntó más de dos millones de dólares para comprar unos medicamentos para Emmita, una beba chaqueña que sufría atrofia muscular espinal. A partir de allí sus campañas se convirtieron en un fenómeno que interpela como pocas otras instancias sobre todo a un público joven y a partir de las redes. Entre otros logros, también consiguió el dinero necesario para que 35 atletas y sus entrenadores viajaran al torneo sudamericano de atletismo que se realizó en Guayaquil el año pasado, y para el cual los deportistas no habían recibido los fondos necesarios por parte del Estado.
El sábado por la noche el influencer decidió involucrarse en la catástrofe que vive Corrientes y lanzó una nueva campaña. “Mi plan era salir y ponerme en pedo pero por ahí me fumo uno y arranco colecta para camionetas y bombas de agua” expresó en sus redes con el estilo que lo caracteriza y que tanto conecta con las nuevas audiencias. El pedido era por donaciones de $60, que se depositaban en una cuenta de Maratea en Mercadopago. En unas horas ya había conseguido cinco millones de pesos y la noticia comenzó a viralizarse. Ante las múltiples donaciones, Maratea habilitó distintos links para que quienes quisieran pudiesen aportar otros montos, por ejemplo $300. Durante el domingo la recaudación fue creciendo vertiginosamente y superó los 100 millones. Este mediodía el influencer anunció que la suma ya alcanzaba los 154 millones de pesos y creciendo, lo que sería destinado a la compra de 10 camionetas pick 4x4, bombas de agua y diferentes insumos para los consorcios de fuego y cuarteles de bomberos de distintas localidades correntinas
El nuevo episodio Maratea, quizás el más resonante desde que comenzó con sus campañas, pegó en la línea de flotación del sistema político argentino que a pesar de los cambios de color no logra dar respuestas estructurales a los principales problemas de la sociedad, mucho más si se consideran las agendas de la juventud, entre las cuales el ambientalismo rankea bien alto. El diálogo directo del influencer con sus millones de seguidores y la confianza que genera para que le envíen el dinero que él se compromete a hacer llegar a las personas afectadas en cada causa en la que se involucra, contrastan con una percepción negativa que grandes sectores de la sociedad tienen sobre la clase política y el funcionamiento del Estado como herramienta redistributiva y de solución de problemas comunes.
Las nuevas generaciones, que algunos autores califican como “on demand”, exigen respuestas directas e inmediatas que las estructuras estatales muchas veces no pueden dar por las propias dificultades del funcionamiento del Estado, y otras por las trabas burocráticas y cierta judicialización de la política y la gestión de los últimos años que hace que funcionarios cuiden al extremo la firma de cualquier expediente. Lo cierto es que estas nuevas dinámicas de la sociedad y las nuevas generaciones deberían ser una preocupación constante para el sistema político si pretende desviarse del camino de la obsolescencia que parece recorrer hace ya unos años y un par de mandatos.
Para colmo, y desintonizando con el sentir de muchísimas personas que se expresaron reivindicando la actitud y la eficacia de Maratea, no faltaron los sectores que desde el oficialismo se subieron innecesariamente al ring que propusieron los medios de comunicación opositores, haciéndose eco de miles de comentarios en las redes, en el cual se planteó una oposición entre el logro del influencer y la falta de respuestas del Estado. El propio Maratea salió esta mañana en sus redes a manifestar que estaba recibiendo “hate” y que le estaban “tirando mierda” tanto periodistas como “algunos títeres de partidos políticos”. La controversia con Maratea no hace más que alejar a la política de la sociedad, mientras que referentes gigantes (por sus millones de seguidores) de la juventud como Duki o Coscu salieron a apoyarlo y compartieron su campaña.
Todo esto se da en un contexto en el cual abundan las críticas por la crisis correntina, tanto para con el Estado nacional como con el Gobierno provincial. El gobernador Gustavo Valdés se fue de vacaciones en un avión privado el 29 de diciembre a Punta del Este, ya con focos de incendios activos en la provincia, y regresó recién el 17 de enero para participar de la Fiesta del Chamamé. El estado de imprevisión y la falta de preparación y recursos en la provincia para enfrentar una situación como la que hoy se padece y que se sabía que podía producirse no hacen más que agravar su actitud, restándole una cuota importante del capital político que acumuló tras una buena gestión de la pandemia y que decantó en su reelección el año pasado con más del 75% de los votos.
A su vez, el Gobierno nacional también queda mal parado tanto por su falta de respuestas eficaces a estas problemáticas que se repiten año a año en diferentes latitudes del país, como por la falta de reflejo político de Juan Cabandié, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, organismo del cual depende el Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Cabandié viajó a Corrientes recién el viernes pasado, más de dos meses después de que empezaran los fuegos, y su ausencia fue motivo de una fuerte polémica con el Gobernador. A esto se le suma la visita del Presidente Fernández a la costa atlántica, donde estuvo atajando penales en la playa y dándole letra a la oposición para que lo criticara por tampoco haber ido a la provincia. Si bien los cruces ya bajaron su intensidad y el propio Valdés reconoció que habló tanto con Cabandié como con Fernández y fuentes de la Rosada afirmaron que el contacto entre el Presidente y el Gobernador es prácticamente diario, lo concreto es que la idea que se instala es que la política no está dando las respuestas que sí puede lograr un influencer a través de una campaña en Instragram en un día.
Los esfuerzos del Gobierno nacional por poner el tema en el centro de la agenda política del país y direccionar de esa manera el debate brillan por su ausencia. Resulta incomprensible que, si el oficialismo pretende dar cuenta a la sociedad de los esfuerzos que se realizan para ayudar a Corrientes, los principales funcionarios a cargo no muestren más presencia en la provincia o hasta incluso que no se pueda organizar una cadena nacional en la que el Presidente junto al Gobernador den un parte detallado de la situación. Sería una señal importante para la sociedad.
El cuadro es aún más difícil de entender si se tienen en cuenta las acciones que efectivamente está tomando el Estado y los recursos que se están destinando a enfrentar la crisis. Para empezar, en diciembre del 2021 el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) declaró junto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible la emergencia ígnea en todo el país. El paso fue seguido por el Ejecutivo nacional, que también declaró la emergencia para todo el territorio nacional en enero del 2022. La provincia de Corrientes recién declaró la emergencia en febrero.
El último reporte de incendios de la cartera que conduce Cabandié informó el siguiente despliegue de asistencia para Corrientes: “5 aviones hidrantes, 1 avión observador y 3 helicópteros pertenecientes al SNMF, Ministerio de Defensa y provincia de Córdoba; junto a 159 brigadistas y personal de apoyo convocados por el SNMF y Parques Nacionales. También 9 autobombas, equipamiento, maquinaria pesada, camión de comunicaciones y móviles de apoyo. Se sumarán 70 brigadistas provenientes del Estado Plurinacional de Bolivia, convocados por el SNMF”. Además, aclara que se movilizó un total de 264 brigadistas en todo el país, y que “al momento se encuentran operativos 23 medios aéreos (11 aviones hidrantes, 2 aviones observadores y 10 helicópteros). Cabe aclarar que entre el SNMF y Parques Nacionales hay 460 brigadistas forestales desplegados en el territorio nacional”. El Ministro también anunció el viernes pasado una inversión de $26 millones para mejoras en la infraestructura de la nueva base del SNMF en Apóstoles, provincia de Misiones, una zona también afectada por los incendios y muy cercana a los principales focos en Corrientes hoy por hoy.
El mismo informe señala una nueva partida presupuestaria para el fortalecimiento del SNMF de $4000 millones, elevando el presupuesto del organismo para 2022 a $6700 millones. “Además, se asignaron $50 millones adicionales al presupuesto de Parques Nacionales para el combate y prevención de incendios forestales” destaca el informe, que se encarga de aclarar que en 2019 bajo la administración de JxC se ejecutaron menos de $200 millones.
Además del Ministerio de Ambiente de Cabandié, otros organismos del Estado nacional anunciaron el envío de ayuda a Corrientes. El funcionario del gabinete nacional que más rápidamente reaccionó fue Julián Domínguez, quien el 8 de febrero ya estaba presente en suelo correntino anunciando un convenio con la provincia para la entrega de fondos no reintegrables por $200 millones destinados a productores. Hoy, además, Domínguez anunció una línea de financiamiento para pequeños y medianos productores afectados por los incendios y la sequía que deberán solicitar a través del Banco de Corrientes y estará destinada a reponer equipamiento y material necesario para producir. La línea tiene una tasa de 0% durante el primer año, doce meses de gracia y el aval del Fondo de Garantías Argentino en un 100%. A Domínguez se suma Juan Zabaleta, quien desde el Ministerio de Desarrollo Social firmó el miércoles pasado con el Gobernador Valdés un convenio de asistencia financiera en emergencia por $100 millones para familias correntinas afectadas por los incendios.
A la asistencia del Estado nacional hay que sumarle las múltiples ayudas enviadas por diferentes provincias como Jujuy, Mendoza, Córdoba, San Juan, Tucumán, Catamarca, Entre Ríos, entre otras. Y si la crítica a la supuesta falta de ayuda del Gobierno nacional a Corrientes tiene un componente de anti peronismo, cabe también resaltar la enorme asistencia que la gestión Kicillof está enviando desde la provincia de Buenos Aires. La misma consta de dos helicópteros con helibalde para tareas de ataque directo y un helicóptero de observación; 2 vehículos 4x4, 1 ambulancia equipada para trauma, 1 camión cisterna con 15000 litros de combustible, 205 combatientes forestales, 2 autobombas de 4000 litros específicas para incendios forestales, 21 camionetas 4x4 de máxima penetración equipadas con kit de agua, 5 camiones cisterna por un total de 50000 litros de agua, dos camiones logísticos, entre otros insumos y materiales.
Todos estos números bien podrían desactivar la idea que pretende instalarse sobre una falta de envío de recursos y una cierta discriminación política del oficialismo a Corrientes por ser una provincia gobernada por la oposición. La pregunta que surge entonces es ¿por qué el Gobierno no logra comunicar eficazmente estas medidas, marcando la agenda y el debate social alrededor del tema, y queda expuesto a que un evento como la campaña de Maratea genere el ruido que generó en la sociedad? Evidentemente la respuesta no es solo comunicacional, y la gestión política de la crisis en la que el Gobierno nacional no logra alinearse con el Gobernador Valdés para ofrecer respuestas y un mensaje unificado a la población también explica el impacto que tuvo la acción de Maratea.
Mientras el Presidente declara que el Gobierno hizo todo lo que estuvo a su alcance pero no escriben tuits con ello, gran parte de la sociedad y del pueblo correntino reconocen y agradecen a Maratea al tiempo que critican a la política. Basta ver los mensajes y videos que recibe el influencer desde los cuarteles de bomberos correntinos para corroborarlo. Si una máxima del peronismo es que mejor que decir es hacer, será tiempo de que el Gobierno revise profundamente no solo lo que está haciendo sino cómo lo está comunicando. Porque la crisis avanza y los costos serán altísimos.