“El gobierno ha tomado la decisión de desregular el servicio de correos. Con esta medida lograremos más competencia, mayor digitalización y mejor seguridad en materia postal”, había anunciado el domingo a la noche el vocero presidencial Manuel Adorni. Horas después, la medida estaba publicada en el Boletín Oficial. 

En medio de una ola de despidos y retiros voluntarios en Correo Argentino, el Decreto 1005/24, firmado por el presidente Javier Milei, desregula el mercado de correos y encomiendas postales bajo el argumento de que “ya no tiene valor estratégico”.

Así lo sostuvo el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. El funcionario aseguró que se trata de “un paso clave para el desarrollo del comercio electrónico” que desde ahora permitirá que “cualquiera pueda participar del negocio”. 

Sturzenegge explic que “en el siglo XVIII el correo era una herramienta para integrar una nación”. Sin embargo, celebró “la onda desreguladora de los ´90” cuando el entonces ministro Domingo Cavallo “suprimió el monopolio” del Estado y “amplió los jugadores del sector”. 

De todas formas, señaló que tras esa medida “persistían restricciones al ingreso a la actividad a través de complicados sistemas de registración y habilitación”. 

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X de Fede Sturzenegger

“Como siempre estos sistemas son eminentemente anti pymes y anti innovación. El Decreto 1005/24 elimina estas trabas”, afirmó.

A partir del nuevo decreto presidencial, no existe más un proceso de habilitación para poder ingresar al servicio de correos y cualquier persona jurídica podrá hacerlo. “Solo deberá informar que está involucrado en dicha actividad”, indicó el ministro. 

“En mensajería urbana también lo podrán hacer las personas humanas. No se necesitará entregar documentación ni comprobar la tenencia de vehículos u otras instalaciones; se caen todos los trámites de habilitación: el negocio pasa a ser libre”, añadió. 

La medida también permite la plena digitalización de telegramas y documentos certificados, ambos trámites de información sensible para los ciudadanos que ahora podrá manejar cualquiera que quiera dedicarse al servicio de correos.

“La no exigencia de comprobar vehículos en mensajería urbana implica que cualquier actor podrá operar como punto de entrega y repartidor de envíos postales, facilitando el desarrollo del comercio electrónico y generando una fuente de ingresos adicionales para comercios, canillitas, remiseros y operadores de plataformas”, argumentó Sturzenegger aunque no aclaró cómo la medida afectará al Correo Argentino.