El presidente Javier Milei afila la lapicera. Dispuesto a gobernar mediante decretos y con la experiencia fresca tras la derogación del aumento a las jubilaciones sancionado por el Congreso, el líder libertario dejó saber que vetará la Ley de Financiamiento Universitario si el Senado la promulga este jueves, día para el que está pautado su tratamiento tras la aprobación en Diputados. El aviso de la Casa Rosada resulta aún más polémico porque deja abierta la puerta a numerosas suspensiones más en el futuro: “Si no se puede financiar, se veta”.

Tal parece ser la herramienta favorita de la administración de La Libertad Avanza en el último tiempo. La controversial derogación de las modificaciones a la fórmula previsional, que le garantizaba un escaso pero esencial aumento de haberes a los adultos mayores de todo el país, se perfila para no ser la excepción sino la regla en el modo de gestión mileísta, que hace uso y abuso de los atributos presidenciales sin resquemores ni miramientos. Y, todo indica, la nueva víctima del Ejecutivo sería la Ley de Financiamiento Universitario.

El proyecto, nodal para el funcionamiento de un sistema educativo superior que arrastra problemáticas de desfinanciamiento y deficiencias por doquier que el ajuste de la motosierra solo ha agravado, será discutido este jueves en la Cámara Alta de la Nación. De recibir el visto bueno, la propuesta podrá ser sancionada y se convertirá en ley para garantizarle protección financiera a las casas de estudio nacionales en aspectos clave como los salarios docentes o los presupuestos anuales, entre otros puntos.

La iniciativa contaría en principio con los acuerdos legislativos necesarios para otorgarle la media sanción restante gracias a una incipiente alianza en el amplio frente opositor parlamentario conformado por Unión por la Patria (UP), la Unión Cívica Radical (UCR), Hacemos Coalición Federal (HCF) y demás bloques no oficialistas; no obstante, podría naufragar poco después de su aprobación si la Casa Rosada mantiene la postura que deslizó este lunes, que advierte que no dejará en pie ninguna ley que altere presuntamente el equilibrio fiscal.

Si no se puede financiar, se veta. La propia ley tiene que determinar su financiamiento”, aseveró, tajante, el Gobierno Nacional en una comunicación dada a conocer por Corta en la tarde de hoy. La posición parece irremediable: si la Ley de Financiamiento Universitario es sancionada por el Congreso este jueves, Milei se dispondrá de inmediato a vetarla con otro decretazo. Eventualmente, la definición sería tratada de nuevo por el Poder Legislativo, que debería conseguir dos tercios en cada una de las Cámaras para revertir la decisión del Ejecutivo. Tal es la táctica favorita de la administración libertaria.