Estados Unidos ha tomado una decisión que resuena en el ámbito internacional: la imposición de una nueva serie de sanciones dirigidas a los medios de comunicación estatales rusos. Esta medida, según las autoridades estadounidenses, busca frenar lo que consideran una campaña de recaudación de fondos destinada a la adquisición de armamento para las fuerzas rusas en Ucrania. Pero, además, la situación se complica, ya que se alega que estos medios están generando tensiones en Argentina y contra el Gobierno de Javier Milei. 

El Departamento de Estado señaló específicamente a la cadena RT, acusándola de intentar interferir en las elecciones estadounidenses programadas para el próximo 5 de noviembre. En esta narrativa, RT no solo se presenta como un medio que difunde información, sino como un actor que lleva a cabo operaciones encubiertas con el objetivo de desestabilizar democracias en todo el mundo. La diplomacia estadounidense destaca que, por ejemplo, RT estaría intentando exacerbar las tensiones entre Argentina y sus países vecinos, un movimiento que podría poner en jaque al nuevo Gobierno de Javier Milei.

Las sanciones son contundentes. Se han bloqueado los activos de la agencia de noticias estatal rusa Rossiya Segodnya y de su director general, Dimitry Kiselev, así como de TV Novosti, que es la que controla la cadena RT. El secretario de Estado, Antony Blinken, enfatizó en una rueda de prensa que, aunque Estados Unidos respeta la libertad de expresión, no se quedarán de brazos cruzados mientras RT y otros actores apoyen actividades que consideren malignas por parte de Rusia.

La situación se torna más inquietante cuando se revela que, según informes de inteligencia estadounidenses, Anton Anisimov, el editor jefe adjunto de RT y director de radiodifusión internacional de la agencia Sputnik, está al frente de una plataforma de recaudación de fondos en línea. Esta plataforma, que busca proporcionar apoyo material a las tropas rusas en Ucrania, incluye elementos como francotiradores, chalecos antibalas y drones, algunos de los cuales, según se dice, provienen de China. 

La Administración de Joe Biden también sostiene que los medios estatales rusos están en coordinación directa con el Kremlin, buscando influenciar las elecciones de Moldavia que se llevarán a cabo en octubre. La intención detrás de este movimiento sería fomentar protestas violentas en caso de que un candidato prorruso no logre la victoria.

Para añadir mayor complejidad a la trama, el Departamento de Estado ha acusado a RT de haber incorporado, en la primavera de 2023, una unidad cibernética vinculada a la inteligencia rusa. Esta unidad se encarga de recolectar información a nivel mundial, con la finalidad de enviarla al Kremlin y así influir en diversos acontecimientos. Además, se señala que Rusia utiliza métodos encubiertos para difundir su propaganda en continentes como África, Europa y América Latina.

Ante este panorama, el jefe de la diplomacia estadounidense anunció una campaña diplomática en conjunto con el Reino Unido y Canadá. El objetivo es alertar a los Gobiernos de todo el mundo sobre el funcionamiento de la “maquinaria de desinformación rusa”, un esfuerzo que busca crear conciencia sobre las tácticas utilizadas por ciertos medios para socavar la estabilidad política en distintas naciones.