La gran batalla siempre es la Provincia de Buenos Aires. En las tropas de Javier Milei y Libertad Avanza (LLA), y en el sector duro del PRO, que encabezan Mauricio Macri y Patricia Bullrich, lo saben.

En este distrito se concentra el 37 por ciento del electorado y desde ambos bandos intentan aceitar una maquinaria que no venía oxidada. La desconfianza de los “libertarios” y el aviso a sus aliados de que custodiarán celosamente los lugares claves para la definición del balotaje presidencial marcó las bases de una convivencia, en algunos casos, tumultuosa.

Pero a pesar de esas miradas de recelo, la aventura de fiscalización es tan titánica que saben que no se pueden desperdiciar recursos. Entre fiscales de mesas y fiscales generales por escuelas se necesitan 104 mil a nivel nacional, y la mitad, 50mil, son para la Provincia. Ya solamente en los distritos de la Tercera y Primera sección electoral, los del populoso Conurbano, ya se necesitan cubrir 24 mil.

En el campamento amarillo confían en que casi la mitad del cuerpo total de fiscales será del PRO. Para esto, Macri y Bullrich confiaron en el equipo que prestó el diputado nacional cambiemista electo Cristian Ritondo, que fue de los primeros en subirse al tren de la campaña hacia el balotaje tras el acuerdo entre “libertarios” y “halcones”.

“Hay muchos dirigentes que dicen que no juegan pero te ponen los recursos y no quieren figurar. Cristian no juega así y puso todo su equipo a disposición”, planteó a Diagonales el exdiputado provincial quilmeño Guillermo Sánchez Sterli, que tiene a su cargo nuevamente la fiscalización en la Provincia de Buenos Aires por La Fuerza del Cambio.

Sterli trabaja junto con el coordinar provincial de los “libertarios” Sebastián Pareja y el armador nacional de LLA Guillermo Ferraro para organizar a las tropas y mantener sin fisuras una complicada red de fiscalización. “Venimos trabajando en la misma oficina, codo a codo, yendo distrito por distrito, con reuniones constantes”, aseveró.

Aplicarán una metodología de fiscalización que será, luego de idas y vueltas, de modalidad cruzada: cada fuerza enviará fiscales generales a las escuelas bonaerenses donde se precise reforzar la presencia.

“Estamos en un sistema donde si la responsabilidad la tiene LLA o el PRO, el músculo de fiscalización en ese distrito, no queda pasivo si no que reforzamos yendo a las escuelas donde está la otra fuerza. Esos fiscales generales de más los mandamos a las escuelas, los ponemos a disposición como relevos, o para que se que queden para el momento del cierre o pendientes de la reposición de boletas”, detalló Sterli, que aseguró que esto mismo sucederá con el voluntariado, que dependen de los jefes de fiscales locales tanto del PRO como de LLA.

Con respecto al controversial tema del dinero, aseguran desde el PRO que “están cubiertos” y que no piden plata a su aliado político “libertario”. Cada fuerza garantizará su propia caja para financiar la fiscalización.  

En esto influye la figura del empresario logístico Eduardo Bastitta de buena relación con las dos partes, y el desembolso que Paolo Rocca y su Grupo Techint le otorgó a LLA en los últimos días por 20 millones de pesos.

Aunque no lo confirman por lo alto, en el PRO hay malestar por el tema de entrega de boletas. No vieron con buenos ojos que LLA haya entregado a la Junta Electoral el mínimo establecido de 100 boletas por urna, cuando se permitía un máximo de 350.

De todas formas, aseguran que con las boletas de contingencia que vienen en el bolsín que se le brinda a autoridad de mesa, hay un buen “colchón”. “A su vez nosotros tenemos padrones y fiscales generales con boletas para reponer”, resaltó Sterli que reiteró que “siempre hay que tener boletas de más”.

LA ESPINOSA CUESTIÓN DE LOS FISCALES POR DISTRITO

En cuanto a la cobertura de la fiscalización territorial, en ambos equipos de trabajo coinciden en que la Primera y la Tercera Sección electoral siempre son “las más complicadas”. Allí están los distritos más grandes que, según concuerdan, son los que insumen mayor fuerza organizativa: Merlo, y Moreno en la Primera; Quilmes, La Matanza, Lomas de Zamora, en la tercera.

En el campamento PRO aseguran que en la Octava Sección y la Quinta están “bien” y que en el “interior no es tan complejo porque se conocen todos con todos”. El radicalismo, que se desentendió mayormente de la fiscalización, tras no acordar militar la boleta de Milei, e incluso posicionarse “neutral” o favorable a Sergio Massa por lo bajo, participa en la Quinta, Sexta y Séptima sección, que incluyen a Mar del Plata, Tandil, Bahía Blanca, Azul y Bolívar, respectivamente, como distritos importantes.

Otro jugador que se mete es Diego Santilli. El excandidato a gobernador bonaerense por el espacio de Horacio Rodríguez Larreta, que nunca se pronunció en favor de Milei, sí aporta recursos humanos, con 10mil fiscales que le responden.

En el elenco cambiemista resaltan que en los distritos donde tienen intendentes propios la organización cuenta en su mayoría de gente del PRO. “En los distritos chicos, donde ellos no necesitan ayuda, montamos la fiscalización cruzada. En lugares como en Lomas cubrimos 50 y 50. Y sobre la mitad de ellos mandamos fiscales genera nuestros. En Lanús, cubrimos nosotros en un 80 por ciento. En La Plata trabajan los equipos de Carolina Píparo y Guillermo Bardón y los de Julio Garro y Juan Pablo Allan”, sostienen desde el PRO.

En La Matanza, que posee el número “nada despreciable” de 1.043.685 de electores habilitados para el balotaje, es donde mayor cantidad de roces se dieron entre los equipos de LLA y del PRO.

Los partidarios de Milei allí avisaron que se harían cargo del grueso de la fiscalización y que solo una pequeña porción sería de ayuda del elenco amarillo, cosechando resquemores. Pero luego desde el PRO comunicaron que atenderían este distrito con más refuerzos.

EL FANTASMA DEL FRAUDE, “MODERADO”

Preparando el terreno de sospechas por lo que pueda suceder este domingo, desde el PRO insistirán, a contramano de las denuncias de la apoderada partidaria de LLA Karina Milei, que denunció que hubo un fraude colosal en la elección primaria en perjuicio de la fuerza que encabeza su hermano por parte de la Gendarmería, en faltas más de “chiquitaje” vinculadas al robo de boletas.

Insisten en que hay que “prevenirse”. “No tengo idea qué puede pasar. La única posibilidad de no ofrecer oferta electoral y que la gente no te vote, aunque tenga intenciones de hacerlo, es que se le haga desaparecer esa oferta en el cuarto oscuro”, destacó el encargado de fiscalización ritondista. Justamente Ritondo hizo hincapié en la últimas horas en  “cuidar cada urna, cada escuela y fundamentalmente cada acta”. “Se pierde por un solo voto”, resumió.

Tanto él como Bullrich no ven escenarios de posible fraude, bajando los decibeles de la polémica, pero aseguran que “se deben cortar con los vicios”. Ambos creen en la Justicia electoral, Bullrich de hecho tiene buen trato con la jueza con competencia electoral María Servini.

Macri está en esa misma sintonía y avisó que no acompañará a Milei en su pelea contra la justicia electoral. El expresidente no da puntadas sin hilo y sabe que este posicionamiento en favor del historial de transparencia de los últimos 40 años de elecciones en la Argentina le permite un mayor acompañamiento del aparato de fiscalización de los gobernadores PRO y también de sus satélites a lo largo y ancho del país.