La difícil tarea de expresar la diversidad
La principal necesidad del Frente de Todos es poder organizarla a través de un diálogo no mediatizado por interpretaciones
Los resultados obtenidos en las elecciones de medio término, tienen gusto a poco para las fuerzas mayoritarias en disputa. Tan es así que la oposición que ganó, por tan poco, le exige al oficialismo que no festeje. De esta elección parecen beneficiados, solo los extremos, los libertarios y la izquierda trotskista.
Un paneo general
Los resultados de los relevamientos de distintas consultoras de opinión, más en un perspectiva cualitativa que cuantativa, reflejaban el efecto en la opinión publica de los cambios en las políticas implementadas por el gobierno después de la derrota de las PASO. El plan “platita” le gritaron desde medios y fuerzas opositoras al gobierno, ambos subestimaron a los votantes. Los votantes pueden cambiar su voto, o participar si no participaron de la PASO, porque sienten que el gobierno con sus políticas los interpretó.
Esa revisión del Gobierno de sus políticas fue producto de “las diferencias” que se generaron entre el presidente y la vicepresidenta y que se hicieron públicas a través de la famosa carta. Muchos sobreactuaron esas diferencias, quisieron generar nuevos “ismos” dentro del Frente de Todxs, acusando rápidamente de sectarismo, infantilismo, funcionalidad, etc, a alguna fracción del mismo. Se exigía a dicha coalición que tiene apenas dos años una corrección imposible, dada su falta de institucionalización, y la carencia de una espacio colectivo de discusión.
Pues bien, esa discusión pública evitó una catástrofe electoral. Porque a diferencia de otros momentos de la Argentina donde la realidad social y política era más homogénea, el país que parió la financiarización de la economía en la última dictadura (reinvindicada por los actuales liberales-libertarios), profundizada por el menemismo y la alianza y potenciada exponencialmente por Cambiemos; nuestra sociedad es profundamente heterogénea con distintas fracciones de clases medias para todos los gustos y distintos sectores de trabajadores (desde cuellos blancos, hasta los de la economía popular).
Esa diversidad debe expresarla el Frente de Todos. Expresar esa diversidad será tarea difícil, pero es la única forma de ser competitivos para las próximas elecciones del 2023.
Los que no votaron
El análisis inmediato de las elecciones nos muestra que la mayoría de los que no votaron en la PASO y votaron en la definitiva se vuelcan por el Frente de Todos. ¿Por qué esos ciudadanos no fueron a votar en las PASO? Y los que no asistieron, a pesar de todo, en estas elecciones generales ¿serían votantes del Frente de Todos? A diferencia de lo que pasa con los votantes del Juntos por el Cambio, que de las PASO a las Generales del 2019 – con el “plan platita” del macrismo- sintieron amenazado su gobierno, y se volcaron a votar a la ex alianza gobernante, los votantes del Frente de Todos no sintieron ese llamado, o lo sintieron en parte. Si los votantes del Frente de Todos, no se sienten convocados a participar, es que aún hay expectativas que el Gobierno no cumplió, y como podía escucharse en muchos referentes de dicho espacio, se entendió que falta mucho por hacer. No bastó la vuelta de los Ministerios centrales, como el de Salud y el plan de vacunación contra la pandemia, no bastaron las ayudas implementadas por el gobierno para monotributistas, trabajadores de la economía popular, pymes, grandes empresas, no alcanzó con el no aumento de los servicios, ni con el intento de que los sueldos le ganen a la inflación, etc. Faltaron mecanismos, intervención estatal, formas en que el Gobierno a través del Estado puede mejorar las condiciones de los argentinos. El control de precios implementado por el Gobierno demuestra que solo el Estado interviniendo activamente logra volcar al electorado natural del Frente de Todxs, que son las mayorías electorales, para que participen más activamente del proceso electoral. No hay 2023, si no se logra la participación electoral de las mayorías.
En qué quedamos ¿fuga o deuda?
El Frente de Todos, en especial sus fuerzas mayoritarias, plantean que la deuda contraída por el gobierno de Cambiemos fue para fuga de capitales. O sea, dinero que se pidió en el exterior, y que no se utilizó para mejorar el aparato productivo argentino, se usó para generar tasas exorbitantes en el aparato financiero y que luego de un tiempo de succionar las riquezas generadas por lxs argentinxs, se lo llevaron al exterior ¿Pero si ese es el proceso, porque se la reconoce? ¿Por qué se respeta un hecho absolutamente irregular, tanto para la legislación argentina (el endeudamiento, por lo menos con el FMI no pasó por el Congreso) como la legislación del propio fondo ( el tamaño del endeudamiento y la cláusula de no poder prestar para que el dinero se fugue ) se acepta como normalidad y se transforma la fuga, en deuda. O sea, en beneficio de sectores minúsculos del capital financiero local y /o extranjero en detrimento del resto de lxs argentinxs . Esa contradicción entre el discurso y lo que realimente se opera, muestra quizás uno de los temas principales por lo cual el electorado del Frente de Todxs, no votó por Cambiemos, pero tampoco apoyo masivamente su propuesta electoral . Quizás algunos de sus votos, cayeron sobre las listas de izquierda como mucho. Pero la resolución futura de este problema, condicionará al gobierno y el acompañamiento por parte de las mayorías electorales constituidas alrededor del oficialismo gobernante.
Si no se reconoce la ilegalidad de origen de esa deuda, es complicado negociar la misma, en términos favorables para los argentinos y las argentinas. Si no se negocia en términos favorables, como planteó el 15 de noviembre último después de la elecciones generales, el presidente Alberto Fernández, se estará construyendo la alternancia imposible, con Cambiemos, y su proyecto de país para 10 millones de habitantes. El Frente de Todos, representa a las mayorías que no pueden cargar sobre sus espaldas la fiesta de unos pocos.
Frente de Todos o de algunos
La particularidad del Frente de Todos, fue y pretende ser, su grado amplio de representatividad, su incorporación de distintos sectores del peronismo, del progresismo y de la izquierda. Pues bien, cuando el Frente de Todos, no logra canalizar las demandas de todos sus componentes, no logra representar, pierde en las elecciones.
Ya venimos insistiendo, en esta columna, que la riqueza de esta coalición es su diversidad y que su principal necesidad es poder cuajarla en algún formato organizativo, en donde el diálogo entre sectores, fuerzas políticas, clases sociales, se de no mediatizado por interpretaciones periodísticas y/o ideológicas. En donde los integrantes que representan aquellos sectores que comparten la idea de una economía en desarrollo que priorice el mercado interno y el trabajo argentino, puedan discutir el rol de Estado, los grados de participación de los trabajadores en el proceso productivo, el grado de industrialización de las materias primas exportables, la integración latinoamericana, la defensa de la soberanía,la reforme constitucional, la imprescindible reforma judicial , etc. Es decir, un espacio para discutir lo que la política mediática inmediata no discute, un proyecto de país. Si el Frente de Todos logra mostrarse activo en la discusión de estos y otros temas, seguramente pueda llegar al 2023, con otra vitalidad electoral.
*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y la UNDAV. Coordinador de Grupo de Estudios sobre Marxismo e Historia Argentina en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe. Integrante del Centro de Estudios Nacionales y Sociales Arturo Jauretche. Twitter: @Pablolopezfiori