Una sorprendente dupla toma por asalto a la política argentina y amenaza con poner en jaque al mismísimo presidente Javier Milei: la del gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, figuras distantes en el espectro partidario pero unidas por el conflicto que Nación mantiene con ambos distritos a raíz de la eliminación de los subsidios al transporte. Cada uno por su lado, pero con un objetivo en común, avanzan en fuertes reclamos contra el corrimiento libertario, en un conflicto que podría tener su parada final en la Corte Suprema.

La alianza de la que otrora disfrutaban el líder de La Libertad Avanza y el alcalde capitalino parece haber llegado, como mínimo, a un impasse que el pasar de las horas no hace sino profundizar. En La Plata, uno de los más importantes líderes de la oposición afila su estrategia en un nuevo capítulo que lo enfrenta con la Casa Rosada, aunque este cobra tintes especiales. El origen del pesar es, en ambos casos, el mismo: la intención del ministerio de Economía de Luis Caputo de eliminar de cuajo los subsidios al transporte en el Área Metropolitana (AMBA).

En la Ciudad, todo comenzó con las declaraciones que realizó este martes el secretario de Transporte Franco Mogetta. En una candente conferencia de prensa celebrada en la Cámara de Diputados, el funcionario anunció que el Estado dejará de subvencionar desde septiembre un total de 31 líneas de colectivo que transitan en territorio porteño: “No vamos a poner un peso”. La contraofensiva no se hizo esperar: de la mano de Jorge Macri, la jefatura de Gobierno advirtió que la situación compete exclusivamente a Nación y responsabilizó a Casa Rosada por cualquier eventual problema con los servicios.

En Buenos Aires la situación es algo diferente. Caputo busca desprenderse en el distrito más extenso de la Argentina de los costos que afronta por la cobertura del programa de Red SUBE, que ofrece descuentos automáticos para los pasajeros que utilicen varios medios de transporte dentro de cierto límite de tiempo. Kicillof contestó que en la Provincia no se puede implementar otras estrategias como la del “boleto integrado”, como sucede en otras partes del país; ante ello, la gobernación lanzó un ultimátum para exigir que Nación dé marcha atrás: “Vamos a agotar la vía administrativa y luego iremos con un recurso a la Corte”.

Detrás de los dos reclamos juegan posicionamientos potentes con dirigentes de primerísimo peso. No se debe olvidar el conflicto en el que actualmente se hallan enfrascados Milei y el exmandatario Mauricio Macri, quien lo fulminó públicamente con críticas a sus “debilidades” y dardos a “su entorno” durante el lanzamiento del “Nuevo PRO” en La Boca. Por su parte, el kicillofismo busca deshacerse del mal sabor de boca provocado por la reciente adjudicación de la mega planta de GNL a Río Negro en lugar de a Buenos Aires en lo que significó un fuerte golpe político para el líder opositor. Es en este marco que, más unidos que nunca, los mandatarios estrenan una dupla impensada para salir al cruce del presidente.