Tras el papelón protagonizado por la Gendarmería, que confundió envases con talco con “más de dos kilogramos de cocaína ocultos” y terminó metiendo preso por 21 días a un hombre inocente, el manual de la política indica que lo primero que se le recomienda a las autoridades es hacer borrón y cuenta nueva. Pero la ministra de Seguridad Patricia Bullrich parece no haber leído ese libro, porque este viernes insistió con el vergonzoso accionar y lanzó una insólita excusa para justificar a las fuerzas: “El talco siempre se confunde con cocaína”.

El hecho ocurrió a inicios de octubre y fue festejado por la propia funcionaria en sus redes sociales. Según el relato de la dirigente, “un hombre intentó burlar un control en Mendoza llevando más de dos kilogramos de cocaína ocultos en envases de talco dentro de un micro de larga distancia”, mas “la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y actitud sospechosa”. El acusado pasó luego un total de 21 días detenido injustamente – así es: la presunta cocaína no era más que talco para pies.

Resulta que los envases no mentían y las explicaciones de la víctima tampoco, hecho que podría haber provocado el “nerviosismo” que la Policía interpretó como una “actitud sospechosa”. A ello se le sumó un test efectuado sobre la sustancia que habría arrojado un falso positivo. Recién 21 días después, la versión del hombre fue comprobada y las autoridades lo dejaron en libertad, aunque para ese entonces ya había pasado un total de tres semanas tras las rejas, preso por llevar dos kilos de talco en un bolso.

Pues bien: lejos de alejarse de la polémica o, en todo caso, apuntar responsables, la propia Bullrich volvió a defender el operativo y aseguró que “no hubo ninguna falla en ninguna investigación”. Así lo describió en diálogo con FM La Patriada este viernes: “En este caso, el talco siempre se confunde con cocaína y las fuerzas de seguridad avisaron que podía ser un falso positivo y lamentablemente hasta que no se comprobó lo dejaron preso, pero eso es una orden judicial”. Una excusa floja de papeles para una detención bochornosa.