“Hay que trabajar en el día uno después del acuerdo”, dice a Diagonales Leo Bilanski, titular de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), pocas horas después de que oficialismo y oposición llegaran finalmente a un acuerdo en la noche del miércoles para emitir dictamen y apurar el trámite de la votación del proyecto con el acuerdo entre el Gobierno y el FMI. Para el dirigente, uno de los expositores más críticos durante las jornadas de debate de esta semana en Diputados, todo el proceso de las negociaciones con el organismo “fue malo, porque dejó afuera varias alternativas posibles que nos hubieran fortalecido como país”. Pero llegado el momento límite, explica, el peor escenario era un default, lo que llevó a la organización que preside a brindar meramente un “apoyo institucional” al acuerdo. “Lo importante ahora es lo que pase una vez que se firme. Este acuerdo puede llevarnos hacia un barranco o hacia el crecimiento”, amplía y asegura que cómo caiga esa moneda hoy en el aire “depende de las políticas económicas que se vienen”. 

“El Gobierno nunca construyó un escenario alternativo, otro camino para negociar con más fortaleza con el Fondo, y este resultado, este acuerdo sobre el filo, con la soga cuello, es malo, aunque para nosotros hay que votarlo porque el default es peor, en el sentido que tampoco el Gobierno se preparó para ese escenario”, reflexiona. “Ese apoyo que nosotros describimos como meramente institucional, no nos impide señalar sin embargo que el Estado podría haberse financiado de otra manera para no llegar a esto. Que si había otro camino posible, se eligió solamente este. Hubo decisiones: se siguió con el negocio de las Leliqs, se optó por no investigar la deuda de (Mauricio) Macri, ni los bancos, por ejemplo. Ni financiarse en otros mercados. Finalmente estamos en esta situación, donde se ve afectada la soberanía económica del país. Faltó esa osadía de pensar más allá, como hizo Néstor Kirchner en su momento”, entiende. 

“Por eso, ahora, necesitamos que una vez firmado el acuerdo el Gobierno tome realmente las riendas de la economía doméstica y tome decisiones que fomenten el mercado interno”, apunta Bilanski. 

Leo Bilanski: “Hay que trabajar en el día uno después del acuerdo”

¿Qué necesitan entonces las Pymes para recuperarse en este contexto? - consultó Diagonales. 

-Necesitamos que se tomen medidas para desmonopolizar la cadena de valor, una política de subsidios a la energía claramente segmentada que no funda a las pequeñas empresas; que las tasas de interés estén reguladas, que regresen los créditos no bancarios y se fomente a los capitales productivos; y además, y sobre todas las cosas, necesitamos la creación del Instituto para la Economía Pyme, un reclamo muy firme que tenemos porque es fundamental el apoyo para crear nuevas empresas, que hoy es un trastorno en términos de inversión, de tiempos, de impuestos. Las empresas, que creamos verdadero trabajo en argentina, no florece como las plantas, necesitamos las condiciones económicas para eso. 

Bilanski, como representante del sector de las Pymes que dependen fuertemente del mercado interno y de la virtuosidad de la rueda que mueve salarios, consumo y estabilidad en los precios, apunta que “la cadena valor en la argentina está absolutamente rota, es impredecible” y, además de responsabilizar de esa realidad a las políticas económicas que se implementaron desde 2015 en adelante, pone la lupa sobre las grandes empresas que monopolizan cada sector. 

Precisamente esas mismas empresas, en muchos casos monopólicas u oligopólicas, presentadas como el famoso “Grupo de los 6”, compartieron mesa de debate junto a representantes del sector Pyme y la CGT este miércoles. Tanto la UIA como la Sociedad Rural apoyaron fuertemente el acuerdo, incluso la letra chica. Bilanski es claro: “Los monopolios apoyan porque les viene bien para seguir saqueando el mercado local, para sacar más ventaja”.

“Los monopolios necesitan el acuerdo para financiarse al uno por ciento en dólares en el mercado internacional”, dispara. “Pero más allá de eso, acá hay desequilibrios que el Estado debe remediar, los monopolios pisan a las pymes en las cadenas de valor y nos imponen ser unos trasladadores de precios, generando más inflación, cuando nosotros somos lo que generamos genuinamente trabajo en el país”.