Massa: entre las buenas noticias desde EEUU y las deudas pendientes fronteras adentro
El Ministro de Economía cosecha elogios en su gira estadounidense, de la que ya se traerá un crédito de US$ 700 millones del BID. El FMI le aprobó la segunda revisión y desembolsará US$ 3.800 millones, destacando “acciones decisivas del nuevo equipo económico”. Pero la inflación no cede, los salarios no se recuperan y vuelve a latir la tensión política en el FDT.
En unas semanas calientes, donde el clima político del oficialismo parece volver a inclinarse hacia las turbulencias de las internas que trabaron el Gobierno durante buena parte de la gestión del FDT, Sergio Massa es una de las pocas fuentes de buenas noticias para la alianza gobernante. De gira por los EEUU, el Ministro de Economía y su equipo vienen manteniendo una intensa agenda de reuniones con distintos actores que ya dio algunos frutos, y esperan volver a la Argentina con promesas de inversiones que permitan pensar a futuro en una consolidación de las reservas, hoy por hoy el principal problema macroeconómico del país.
La misión partió al país del norte con el objetivo de consolidar el apoyo político internacional que viene recibiendo la nueva gestión económica, en pos de avanzar en su hoja de ruta de estabilización de la economía. Además, se trazó una intensa agenda de reuniones con el foco puesto en incrementar inversiones en los sectores que el equipo de Massa considera estratégicos, las turbinas de la máquina de hacer dólares: energía, agroindustria, minería y economía del conocimiento. En paralelo a esto, el otro gran objetivo de la gira es afianzar el vínculo con los organismos multilaterales, algo que ya comenzó con el BID y continuará estos días con el FMI.
Justamente del Fondo Monetario Internacional surgió el primer gol de Massa en estos días. El viernes pasado, el organismo de crédito aprobó la segunda revisión del acuerdo suscripto con la Argentina en marzo, lo cual significó el visto bueno a los resultados del nuevo equipo económico en materia de reducción del déficit fiscal y acumulación de reservas. La aprobación implica un desembolso de unos US$ 3.800 millones en Derechos Especiales de Giro que entrarán al país en los próximos días para ser utilizados en la cancelación de una cuota de la deuda tomada por la administración Macri y renegociada por Martín Guzmán.
Pero el directorio del FMI no sólo aprobó la revisión, sino que se encargó de destacar que “las acciones decisivas del nuevo equipo económico han sido críticas para estabilizar los mercados y comenzar a reconstruir confianza”. El apoyo del organismo al Ministro de Economía fue contundente, y a la declaración del directorio se sumaron palabras de la Directora Gerenta, Kristalina Georgieva, quien resaltó que “en respuesta a las disrupciones del mercado de mediados de 2022, el nuevo equipo económico de Argentina adoptó medidas correctivas decisivas que están comenzando a restaurar la confianza y la credibilidad de las políticas”.
Ya en territorio estadounidense, la seguidilla de apoyo de los organismos de crédito internacionales a Massa siguió ayer con la aprobación por parte del Directorio del Banco Interamericano de Desarrollo de un préstamo de US$ 700 millones. Los fondos, tal como comunicó el BID, serán “para que Argentina cubra sus necesidades de financiamiento de corto plazo y proteja el gasto social a grupos vulnerables y en infraestructura, mientras se implementan reformas para reducir el déficit público, promover la estabilidad de los precios y asegurar la sostenibilidad de la deuda”, es decir, reservas frescas para un Banco Central sediento de dólares.
Massa festejó en su cuenta de Twitter la aprobación del crédito, que debería ingresar a las reservas del país antes del fin de semana, y lo mencionó como “parte del paquete de apoyos financieros que la Argentina tiene de distintos multilaterales”. Las gestiones que había realizado con el BID en su anterior visita a EEUU garantizaron unos US$ 3.000 millones del organismo para la Argentina antes de fin de año, de los cuales alrededor de US$ 1.200 irían directo a fortalecer reservas. Esas gestiones tuvieron como interlocutor principal a Mauricio Clever Carone, uno de los máximos responsables del crédito del FMI al gobierno de Macri, quien recientemente fue desplazado de la titularidad del BID tras un escándalo en el que se vio implicado por una relación con una subordinada suya en el organismo. Las dudas sobre si la salida de Clever Carone complicaría los créditos negociados por Massa comenzaron a despejarse con este nuevo anuncio.
El Ministro aprovechó también la oportunidad para plantear un debate político en un conversatorio que organizó el BID con ministros de finanzas de la región. Allí, Massa se refirió a los esfuerzos extra que la guerra en Ucrania supone para los gobiernos de la región a partir del encarecimiento de la energía, y convocó a que no se computen como déficit las inversiones para el desarrollo que realizan los países. “Eso condena a nuestros países a ser pobres. Si de verdad los multilaterales están pensados como instrumentos para el desarrollo, es clave que lo que invertimos en desarrollo desde nuestras cuentas públicas sea computado como inversión de desarrollo y no tomado simplemente como requisito para el cumplimiento de una meta fiscal” afirmó el Ministro.
Detrás de esa declaración, Massa planteó un debate que podría significarle a la Argentina una reconsideración de alrededor de 1.3 puntos del PBI en sus negociaciones con el FMI. Y es que si la inversión en obra pública, energía, etc., es considerada como inversión en desarrollo y no computa para el déficit fiscal, el Gobierno tendría un nuevo oxígeno de valor incalculable en materia de gasto público para sostener la crisis. Si bien no hay nada concreto en este sentido, el planteo de Massa deja entrever posibles negociaciones a futuro del Ministro con el FMI en relación a este tema.
El titular de Economía trasladó ese planteo a una cena de trabajo que mantuvo anoche con representantes del G20 en el marco de la Asamblea Anual del FMI. Allí expresó a modo de preguntas “¿tiene sentido que entre los multilaterales tengamos competencia a la hora de calificar inversiones versus gasto en los países en vías de desarrollo? ¿Tiene sentido que tengamos países con enormes recursos energéticos que por falta de capacidad de inversión intensiva tengan recursos para vender al mundo mientras el mundo debate con guerra? ¿Tiene sentido que hablemos de los procesos de cambio climático sin reconocer que hay países acreedores desde lo ambiental y deudores desde lo financiero?”.
Este jueves Massa mantuvo una serie de reuniones en línea con la búsqueda de inversiones y de soluciones a los problemas de deuda externa que aún mantiene el país. La primera del día fue por la mañana con Emmanuel Moulin, Secretario del Tesoro de Francia y Secretario General del Club de París, organismo con el que la Argentina mantiene una deuda de US$ 2.000 millones, con una elevada tasa de interés del 9% anual y cuyos pagos fueron suspendidos a la espera de un acuerdo. Ya durante la tarde el Ministro se reunió con Nadia Calviño Santamaría, Vicepresidenta de Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, y luego con Paulo Guedes, Ministro de Economía de Brasil.
Por la noche, el Ministro culminó la intensa jornada en una reunión con representantes del FMI cuyo eje estuvo puesto en el impacto de la crisis global en los países de ingreso medio. Massa compartió el encuentro con Gita Gopinath, Subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional y su equipo, y con la propia Kristalina Georgieva, que horas antes había tenido palabras de elogio para el Ministro y que se metieron de lleno en la interna política del FdT.
“Somos plenamente conscientes de que, no sólo en Argentina, en muchos países, hay presiones de la población que van en contra de lo que es mejor para la gente. Presiones para aumentar el gasto cuando no es asequible y cuando alimenta la inflación” soltó la titular del Fondo, que luego agregó “lo que nos complace es que el ministro Massa se ha tomado su responsabilidad muy en serio. Se ha comprometido con su equipo a cumplir lo que hemos acordado en nuestro programa”. Habrá que ver cómo caerán esas declaraciones en el corazón del kirchnerimo, particularmente en Máximo Kirchner, principal crítico del FMI, pero lo concreto es que Massa tuvo al final del jueves con foto y el apoyo de dos de las principales figuras del organismo.
También este jueves, el prestigioso medio económico británico The Economist publicó un artículo titulado “Sergio Massa es lo único que se interpone entre la Argentina y el caos”. Haciéndose eco de la gira del Ministro por EEUU, The Economist resaltó las medidas de Massa para reducir el gasto público y estabilizar la economía, pero también alertó que los riesgos para el país siguen siendo muy altos y, mayormente, de carácter político. “El mayor de esos peligros es político. Cristina Fernández tuiteó que el Gobierno debería hacer más para moderar los precios de los alimentos; su hijo, Máximo, diputado nacional, arremetió contra el ‘dólar sojero’. Sin embargo, Fernández (de Kirchner) debe saber que Massa es lo único que se interpone entre Argentina y el caos” afirmó el semanario.
Y es que al mismo tiempo que Massa consigue buenas noticias fronteras afuera del país, la economía fronteras adentro sigue lejos de los resultados que el oficialismo necesita para ilusionarse con una victoria electoral el año que viene. Este viernes se conocerá el nuevo índice de inflación del Indec para el mes de septiembre y las expectativas no son muy auspiciosas. Con los últimos dos registros mensuales por encima del 7%, el valor de septiembre rondaría un 6,5%, un leve descenso que no alcanza para presentarlo como una buena noticia. Mucho menos si se considera que la primera semana de octubre ya marcó un incremento de un 2,8% en el precio de los alimentos según la consultora LCG, que registró una inflación mensual en ese rubro del 8%.
El problema de la inflación descontrolada parece no mostrar soluciones en el horizonte, y la pregunta que se desprende de ello es cuánto crédito interno seguirá teniendo Sergio Massa en la coalición gobernante si no logra controlar los aumentos de precios en el corto plazo. El Ministro se desligó al momento de su asunción de las dos primeras mediciones, aduciendo una inercia producto del descalabro provocado por la renuncia de Martín Guzmán. Esos dos primeros índices ya pasaron, el que llegará mañana no será mucho mejor y a este ritmo octubre tampoco traerá buenas noticias.
En el entorno del Ministerio corre el rumor de un plan de estabilización que podría comenzar en noviembre, pero no hay precisiones de qué se trataría ni de si hay acuerdo político para implementarlo. ¿Cuánto falta para que el kirchnerismo duro empiece a marcarle más fuerte la cancha a Massa si no llegan resultados palpables en esta cuestión? Pregunta determinante en un oficialismo que de a poco vuelve a sumergirse en sus internas.
La inflación, sin embargo, no es el único problema doméstico con el que debe lidiar Massa por estas horas. La implementación del “dólar Qatar” desató una fuerte polémica por la multiplicidad de tipos de cambio que conviven en el país y que son fuente también de la tensión cambiaria que redunda en inflación. Detrás de esa multiplicidad de tipos de cambio, lo que subyace es la flaqueza de las reservas. Quemado el cartucho del dólar soja, que le reportó a las arcas del central una entrada de unos US$ 8.000 millones en septiembre, para el mes de octubre la cartera conducida por Massa ya estima un balance negativo en materia cambiaria debido a las últimas importaciones de energía necesarias para el resto del año. En ese contexto, distintos sectores industriales pugnan por excepciones cambiarias como la que recibió la soja y plantean la necesidad de flexibilizar importaciones para mantener el ritmo productivo y de crecimiento, mientras que las últimas rondas diarias del BCRA arrojaron pequeños saldos negativos.
El debate que plantea sostener la actividad económica en un contexto de falta de reservas es el gran desafío para la gestión de Massa de cara al 2023, año en que sin una recomposición salarial sensible para la sociedad difícilmente el oficialismo, y el propio Massa, puedan aspirar a un resultado electoral favorable. Cuánto apoyo financiero externo y cuánto apoyo político interno tendrá el Ministro para afrontar ese desafío son hoy por hoy las grandes preguntas que pueden marcar el futuro cercano del FDT y del país.