Este miércoles será un día determinante. Para la sociedad argentina, para la educación pública, para las universidades del país y toda la comunidad universitaria, para el Gobierno nacional y para los ocupantes del Congreso de la Nación que el propio Javier Milei denominó “nido de ratas”. Diputados y diputadas definirán el destino de la Ley de Financiamiento Universitario, aprobada por amplia mayoría en ambas Cámaras y vetada por el presidente, que establece una recomposición presupuestaria para cubrir gastos salariales de trabajadores del sistema científico y universitario.

El Gobierno de Javier Milei tendría los votos para sostener un veto que significa mucho más que ahorrarse el ínfimo gasto del 0,14% del PBI que implica la ley. Si la votación en la Cámara Baja le resultara adversa, el presidente perdería el blindaje que consiguió con el veto a la fórmula jubilatoria y que sirve para mostrar un sistema de gobernabilidad a mercados y posibles inversores. Tal como sucedió con el veto a los jubilados, el oficialismo desplegó todos los mecanismos de la casta para comprar los votos de las “ratas” que necesita para no perder esa fachada de poder político, en un contexto donde su imagen y la de su Gobierno caen en picada mes a mes al ritmo de la recesión y la crisis económica.

Uno por uno, los diputados traidores a la universidad pública

Para rechazar el veto se necesitan dos tercios en ambas Cámaras. En Diputados, Milei necesita al menos 83 apoyos, y la oposición 168 para alcanzar cada uno su objetivo. Ahí entran a jugar otras variables como los ausentes y las abstenciones, ya que los dos tercios necesarios se computan sobre los presentes al momento de la votación y no sobre el total de la Cámara. ¿Cómo está el poroteo a horas de la resolución? Y, yendo más a fondo, ¿qué diputados y diputadas de los que apoyarían el veto de Milei pasaron por la universidad pública?

DIPUTADOS UNIVERSITARIOS

La consultora Mirada Argentina elaboró un informe a partir de la información vertida por los propios legisladores en cuanto a su formación en educación superior. De los 257 diputados nacionales, un 51,8% estudió en universidades públicas del país, mientras que el 21,8% lo hizo en universidades privadas. El 26,5% restante no respondió en cuanto a sus estudios universitarios. Esto significa que, del total de diputados y diputadas que declararon estudios universitarios completos, el 70,4% estudió en universidades públicas.

Uno por uno, los diputados traidores a la universidad pública

En el bloque de Unión por la Patria, el 55,6% de los legisladores cursó sus estudios universitarios en entidades públicas y el 16,5% lo hizo en instituciones privadas (el 28,3% no respondió). Por su parte, sumando los bloques del PRO y los libertarios, la mayoría de los diputados universitarios siguen proviniendo de la universidad pública: un 41,3% cursaron allí sus carreras, mientras que el 31,3% lo hizo en instituciones privadas y el 27,5% no informó al respecto.

El radicalismo quedó en el foco de las críticas en el sostenimiento al veto a los jubilados a partir de los diputados “panqueques” que dieron vuelta su voto tras negociaciones con el Gobierno. Con la lupa puesta en qué harán esos legisladores este miércoles en el Congreso, vale decir que el bloque de la UCR es en el que más peso tiene la universidad pública: el 69,7% de sus diputados se formaron en instituciones públicas contra sólo un 18,2% que lo hicieron en privadas y un 12,1% que no respondió sobre su formación.

Uno por uno, los diputados traidores a la universidad pública

“RATAS” PÚBLICAS

Al mediodía del miércoles, el Gobierno estaría muy cerca de lograr los votos para sostener el veto. La agachada del PRO de Mauricio Macri, que se muestra cada vez más debilitado frente a Milei y Santiago Caputo y ya ofreció los votos de sus diputados, dejaron al oficialismo al borde del número que necesita. Con algunos de los “panqueques” de la UCR también confirmados, y legisladores de los bloques provinciales prestándose para el voto anti universitario, Milei ya tendría unos 84 votos confirmados y otros al caer. La oposición, por su parte, contaría con 160 apoyos, al tiempo que hay unos 6 diputados en duda y se calculan 7 ausencias. Tanto las abstenciones como las ausencias favorecen en este caso al Gobierno.

De los 81 confirmados por el veto, cuatro provienen de la UCR. Se trata de Martín Arjol, Mariano Campero, Luis Picat y Federico Tournier. Arjol y Campero estudiaron en la Universidad Nacional de Misiones y la de Tucumán, respectivamente, ambas públicas. A su vez, el neuquino Pablo Cervi, formado en la Universidad Nacional del Comahue (pública), adelantó que se abstendrá en la votación, facilitando el objetivo de Milei de hacer caer el financiamiento para las universidades.

Entre los diputados libertarios, al menos 13 se formaron en universidades públicas: Facundo Correa Llano, Romina Diez, José Luis Espert, Eduardo Falcone, Ferreyra Alida, Maria Cecilia Ibañez, Lorena Macyszyn, Nicolás Mayoraz, Guillermo Montenegro, Julio Moreno Ovalle, Emilia Orozco, Oscar Zago y Carlos Raúl Zapata.

El bloque del PRO, que como partido agitó la “bandera” de la educación pública cuando se conoció el veto de Milei, tiene al menos 20  diputados y diputadas formados en la universidad pública: Sabrina Ajmechet, Karina Ethel Bachey, Gabriela Besana, Emmanuel Biachetti, Alejandro Bongiovanni, Sofía Brambilla, Sergio Eduardo Capozzi, Germana Figueroa Casas, Alejandro Finochiaro, Álvaro González, Fernando Iglesias, Luciano Laspina, Hernán Lombardi, Silvia Lospennato, Gerardo Milman, Cristian Ritondo, Laura Rodríguez Machado, Diego Santilli, Héctor Antonio Stefani y Martín Yeza.

Uno por uno, los diputados traidores a la universidad pública

El bloque de diputados provinciales llamado Innovación Federal tiene a 4 de sus 8 diputados formados en universidades públicas: Agustín Domingo (Río Negro), Carlos Alberto Fernández (Misiones), Pablo Outes (Salta) y Yamila Ruíz (Misiones). En este bloque las dudas pasan por qué harán los diputados misioneros, que posiblemente se vuelquen al veto, mientras que los provenientes de las otras provincias apoyarían la ley de financiamiento.

POROTOS

La cuenta viene muy fina y la resolución final no llegará hasta el momento de la votación. Con las ausencias y las abstenciones favoreciendo al Gobierno, los números de las especulaciones inclinan a pensar que el oficialismo está muy cerca de lograr sostener el veto.

El Gobierno cuenta con 39 votos propios; 35 del PRO; dos del MID, que a su vez aportará también la ausencia de Oscar Zago; los cuatro “panqueques” radicales mencionados, a los que se suma la abstención de Pablo Cervi y la ausencia de Fernando Carabajal. Se especula también que sumarán los votos de los tres legisladores del bloque tucumano Independencia, compuesto por Elia Marina Fernández, Agustín Fernández y Gladys Medina, ésta última formada en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (pública).

Esto le permitiría a Milei contrarrestar los votos de 98 diputados de UP, 27 de la UCR, 14 de Encuentro Federal, 6 de la Coalición Cívica, 5 del Frente de Izquierda y 2 de Por Santa Cruz, 4 que provendrían de Innovación Federal, el de Lourdes Arrieta (la diputada del patito, ex libertaria que declaró que votará por la ley), y dos del PRO que se manifestaron a favor de la ley, Álvaro González y Héctor Baldassi.

Resultan también definitorias para el apoyo al veto las ausencias de 3 diputados de Encuentro Federal, Jorge Ávila, Ricardo López Murphy y Alejandra Torres, estos dos últimos formados por universidades públicas nacionales; el radical formoseño Fernando Carabajal, que también estudió en la universidad pública; la de Héctor Stefani del PRO, también formado por la universidad pública; la mencionada de Oscar Zago, del MID, otro diputado salido de la universidad pública; y la de María Fernanda Ávila, de UP, formada por la Universidad Nacional de Tucumán (pública).