Renunció el presidente del INTA tras presiones de Caputo para lograr 900 retiros voluntarios
Juan Cruz Molina Hafford dejó su cargo en el organismo y confirmó su salida con una carta al ministro de Economía
El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Juan Cruz Molina Hafford, renunció a su cargo en las últimas horas en medio de las presiones del Ministerio de Economía para implementar cientos de retiros voluntarios en todo el organismo.
El ingeniero agrónomo informó su salida a través de una carta que envió al titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo. En la misiva, además agradeció al Consejo Directivo nacional del INTA y a todo su equipo “por el compromiso demostrado durante su gestión”.
Con la llegada de Milei al Gobierno, en el INTA abrieron un plan de retiros voluntarios como lo hicieron en casi todos los organismos y entidades nacionales. Hasta la fecha, alrededor de 250 empleados aceptaron la oferta del Ejecutivo. Sin embargo, el plan de Caputo era que el número ascienda a 900.
En ese marco, Molina Hafford presentó su renuncia cansado de las presiones. El agrónomo había ingresado al INTA en febrero de 2018, tras pasar un proceso de selección abierto que lo llevó a dirigir el Centro Regional Córdoba de la entidad.Además, Molina Hafford fue secretario de Agricultura y Ganadería de Córdoba entre 2011 y 2018.
En su carta de renuncia, destacó los avances y logros alcanzados durante su gestión en el organismo y expresó su orgullo “por haber liderado un equipo comprometido con el desarrollo agropecuario del país”.
"Me siento orgulloso de los logros alcanzados y confío en que el INTA continuará trabajando al servicio de la Argentina”, exclamó.
Consultado por el medio especializado Bichos de Campo, el profesional reconoció tener “alguna diferencia entre los pedidos del Ministerio” y su “propuesta de gestión”. "Estoy agradecido por la oportunidad, orgulloso de trabajar en INTA y quedé a disposición para la transición”, afirmó.
La realidad es que tras su salida, crecen los rumores sobre un ajuste aún más brutal sobre el organismo, tanto en recursos como en personal.