Terremoto Nicolás Posse: la dimisión del jefe de Gabinete concretada entre gallos y medianoche del lunes pero rumoreada durante varias semanas entre acusaciones de espionaje, broncas internas y disputas de poder se vivió como un verdadero fenómeno sismológico en el gobierno de Javier Milei. Como tal, el cimbronazo, que provocó el ascenso de Guillermo Francos, dejó la puerta abierta a las réplicas, que amenazan con llevarse puestos a más ministros de la exclusiva mesa del Poder Ejecutivo – y la mayoría de los números los tienen Diana Mondino y Mariano Cúneo Libarona.

La gestión Mondino en la Cancillería apenas ha podido desplegar sus alas. En las ocasiones en que no estuvo oficiando como parche y salvavidas al rescate de los vínculos diplomáticos de la Argentina tras, las más de las veces, dichos desafortunados del presidente de la Nación, la funcionaria apenas si pudo avanzar en su misión internacional. Como consecuencia de ello, no han progresado las negociaciones con China por el swap de deuda, una cuestión que amenaza con poner en jaque al programa económico oficial.

A raíz de esto, la ministra de Relaciones Exteriores camina por la borda del barco liberal libertario en el Poder Ejecutivo y su eventual dimisión suena cada vez más fuerte, si bien por el momento permanece en el terreno de la especulación. No ayuda a la continuidad de Mondino la cancelación de la disertación que iba a brindar esta misma tarde en el Senado acerca de las relaciones entre la Argentina y España en medio de la crisis diplomática: la cita fue suspendida en el día alegando una “superposición de agenda”.

Detrás de la baja de la exposición en la Cámara Alta se oyen los ecos de aquella desafortunada primera aparición de Posse tan solo un puñado de semanas antes de ser removido, cuando el entonces jefe de Gabinete hizo su debut público con una extensísima jornada de preguntas y respuestas en el Congreso Nacional, en un evento que terminó por desgastar aún más la al momento ya erosionada figura del dirigente, cuestionado por su secretismo en la función pública y por diversos conflictos con otros funcionarios trascendidos en off the record.

En tanto, la otra nominación recae actualmente en Cúneo Libarona, quien podría verse catapultado del ministerio de Justicia de la Nación en el marco de una interna con la Secretaria General Karina Milei, “El Jefe” de La Libertad Avanza y hermana del primer mandatario; y con el asesor gubernamental Santiago Caputo, el “arquitecto” del triunfo mileísta y un miembro seguro de la mesa más chica de la cúpula presidencial. Su salida ya ha sido rumoreada mediáticamente en las últimas horas en medio del vendaval desatado por Posse.

La cuestión de Cúneo Libarona se remite además a una serie de sospechas despertadas en torno a las designaciones de los nuevos miembros para la Corte Suprema de Justicia. Al respecto, el eje Karina-Caputo cree que el ministro favoreció ciertos cuestionamientos al magistrado Ariel Lijo, uno de los dos impulsados por Milei, en línea con presuntos operadores judiciales. De concretarse la dimisión, es altamente probable que el funcionario sea reemplazado por el hoy secretario de Justicia Sebastián Amerio, un “peso pesado” más cercano a los intereses de la Presidencia.