Se profundiza el desastre económico mientras Milei y Caputo festejan datos falsos
La actividad económica cayó 4,3% en enero y la inflación de CABA fue de 13,2%. El índice de producción industrial tuvo una caída de 9,9% en febrero, y el en la construcción el retroceso fue de 24,6%. La producción manufacturera PyME se desploma 9,9% en febrero y las ventas minoristas caen 12,6% en marzo. Economía en picado mientras el Gobierno festeja falsos bots de X.
El tremendo papelón que protagonizaron Javier Milei y Luis Caputo en sendas entrevistas, ambos festejando datos falsos de una cuenta de X para justificar una supuesta baja de la inflación, tiene una explicación ineludible. Se la mire por donde se la mire, la economía real no arroja un solo dato positivo en estos primeros cuatro meses de gobierno libertario, más bien todo lo contrario. La recesión económica a niveles críticos, y la inflación corriendo aún por encima de los peores registros del gobierno anterior, no le dejan al oficialismo otro camino que lanzar datos imaginarios para construir un relato falso que sostenga el atado con alambres.
La “caída como un piano” o el “colapso” de la inflación que Milei y Caputo profetizaron en las últimas horas no se verifican en el dato que se conoció este miércoles sobre el aumento de precios de marzo en la Ciudad de Buenos Aires. El IPC medido por la CABA subió 13,2% el mes pasado, apenas 0,9% menos que el 14,1% de febrero. Ese nivel inflacionario todavía se encuentra por encima del peor registro del gobierno de Unión por la Patria, que en noviembre del año pasado llegó al 12,8%. A la espera del indicador nacional, que se conocerá este viernes, la suba de marzo en la CABA completó un 57,3% en el primer trimestre del año.
Pero lo más preocupante es que este nivel inflacionario, al que aún resta que le impacten los tarifazos demorados por el Gobierno, se da en un contexto recesivo que asemeja el momento actual al parate experimentado en la cuarentena del 2020. Varios datos revelados por el Indec y la CAME en los últimos días permiten graficar el trágico cuadro de la economía argentina hoy por hoy.
El último Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicado por el Indec expuso una caída general de la economía de 4,3% interanual en el mes de enero. De los 15 sectores relevados por el organismo, 10 marcaron importantes retrocesos, con picos como el -16,9% en construcción, -11,3% en industria manufacturera, y -8,2% en comercio mayorista y minorista.
El Indicador de Producción Industrial Manufacturero (IPI) también mostró una preocupante caída en el último dato expuesto por el Indec. En el mes de febrero, la producción industrial retrocedió un 9,9% interanual, registrando mermas en la actividad de los 9 sectores económicos relevados. Algunas de las que tuvieron mayor incidencia en el nivel general fueron las caídas de 33,6% en la producción de maquinaria y equipos, 23,1% en industrias metales básicas, y 13,2% en vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes.
El propio informe del Indec indicó, para explicar una caída de 48,3% en la producción de maquinaria agropecuaria, que “la reducción en el nivel de actividad responde a inconvenientes en el acceso a insumos importados por dificultades en el pago a proveedores del exterior, como así también debido a una reducción de la demanda interna”. Lo mismo sucedió con el retroceso de 33,6% en la fabricación de electrodomésticos, donde “según empresas consultadas, se observa una menor demanda interna, lo cual motivó ajustes en los planes de producción”.
Otro dato muy gráfico es el de la caída en la industria siderúrgica, que fue del 39,7% en febrero. “Se refleja una baja interanual en la demanda por parte de los sectores de la construcción, automotor, de maquinaria agropecuaria y de los fabricantes de electrodomésticos” explicó elIndec en relación a la merma del sector.
En la industria automotriz, el freno de la producción alcanzó el 17,7%, y desde el Indec señalaron que “según referentes del sector, hubo una extensión de las paradas de planta motivadas por dificultades asociadas al pago a proveedores del exterior por la importación de insumos. Según datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), en febrero de 2024 se registra una baja interanual en la cantidad de unidades producidas de utilitarios y de automóviles, de 21,6% y 16,1% respectivamente”. Los problemas de importación responden a que el Gobierno tiene pisados los pagos, limitando la entrada de insumos necesarios para que las industrias funcionen y produzcan, con el único objetivo de dibujar un falso superávit fiscal y una acumulación de reservas a partir de liquidar la industria nacional.
El caso de la construcción también resulta ejemplificador. En febrero, el sector cayó 2,6% con respecto a enero, y un 24,6% interanual. Nuevamente todos los rubros medidos por el Indec marcaron caídas, con picos como el 64,9% de caída en la producción de asfalto. El cemento, por su parte, tuvo una disminución interanual de 22,6% en su producción y una caída del consumo interno del 23,5%.
El Indec publicó en su informe mensual sobre el estado del sector de la construcción los resultados de una encuesta cualitativa realizada sobre las empresas. En el mismo, se recogieron “muestran expectativas desfavorables con respecto al nivel de actividad esperado para el período marzo-mayo de 2024”.
El 53,6% de las empresas que realizan principalmente obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 39,1% estima que disminuirá y 7,3% que aumentará, reveló la encuesta del Indec. Entre esas empresas ligadas a la construcción privada, las causas identificadas para explicar la caída del sector son la merma general de la actividad económica (29,1%) y la inestabilidad de los precios (25,2%). Entre las empresas dedicadas fundamentalmente a la obra pública, el 73% opina que el nivel de actividad disminuirá durante el período marzo-mayo de 2024, mientras que 25,% cree que no cambiará y sólo el 2,0% piensa que aumentará. Las causas para esos empresarios tiene que ver con la recesión económica (28,5%) y y los atrasos en la cadena de pagos (26,7%).
Otro dato preocupante del sector de la construcción, muy en línea con lo que viene sucediendo en muchos otros sectores de la economía, es el del aumento del desempleo. Los puestos de trabajo registrados en enero de este año fueron un total de 412.843, marcando un descenso interanual del 8,1%. Como viene quedando claro semana a semana, los despidos son la otra cara de la moneda de la recesión económica que el Gobierno impulsa con su plan de motosierra indiscriminada.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también publicó números preocupantes en las últimas semanas. La industria PyME tuvo una caída de 9,9% en el mes de febrero, registrando “el tercer mes consecutivo en que la actividad fabril cae” según el propio informe de la CAME.
“Lo que más preocupó en febrero fueron las subas de costos, especialmente en servicios y combustibles. Las industrias consultadas manifestaron las dificultades que conlleva trasladar a precios esos incrementos en el contexto actual. A su vez, hay incertidumbre por el impacto que pudiera tener la apertura de importaciones en algunos sectores” explicaron desde la CAME. El contexto se agrava si se considera que aún no impactaron totalmente los tarifazos en servicios, con el aumento del gas como principal variable para los próximos meses.
Como contracara de la merma de la producción en pleno contexto recesivo, la CAME también informó una caída anual del 12,6% para las ventas minoristas en el mes de marzo. “Los comercios están atravesando meses delicados, con pocas ventas y subas de costos. Especialmente en marzo fue notorio el incremento de precios en los servicios públicos. Aquellos locales más intensivos en el uso de energía, por ejemplo, como alimentos y bebidas, vieron saltar las cifras en sus boletas de luz” señalaron desde la confederación.
Más allá de los festejos de Milei y Caputo sobre el comportamiento de los precios que ven cuentas falsas de X, lo cierto es que en la óptica de las pequeñas y medianas empresas argentinas, “las familias vienen cuidando fuertemente sus gastos incluso cuando hay opciones de pagos con tarjetas o en cuotas. Hay incertidumbre sobre cuánto durará la recesión y por eso prevalece la precaución al momento de comprar”.
La abrumadora catarata de datos que reflejan el crítico estado de la economía real argentina contrasta con el clima de festejo del presidente y su ministro de Economía. La desaceleración de la disparada inflacionaria, que aún se encuentra en niveles insostenibles, sólo encuentra causas en el verdadero colapso que es el de la actividad económica. Con los despidos aumentando en esta nueva fase del ajuste y la recesión, resulta difícil imaginar un contexto que no sea el de una conflictividad social creciente. Mientras Milei y Caputo viven su realidad tuitera, los trabajadores argentinos siguen perdiendo capacidad de compra y ahora ven amenazados también sus puestos de trabajo. El desastre económico se profundiza, digan lo que digan los bots.