Sí hay plata: Milei avanza con la compra megamillonaria de aviones estadounidenses “jubilados”
El exembajador de Macri en China, Diego Guelar, le planteó a Diagonales que “si no hay plata, no es necesario” comprar los 24 aviones norteamericanos, de más de 40 años de antigüedad, que el Gobierno negocia con Dinamarca. Washington le impone condiciones a Javier Milei, que desiste de comprar la flota china, mucho más equipada y moderna.
Mientras el Presidente Javier Milei apoya sus manos en el Muro de los Lamentos durante su visita a Israel y coloca a la Argentina en la mira de la organización Hamas por su idea de llevar la embajada nacional desde Tel Aviv a Jerusalén, libra otra contienda en las relaciones internacionales.
Como parte de su alianza incondicional con los Estados Unidos, el mandatario acelera las negociaciones para la compra de 24 aviones dinamarqueses F-16, de origen norteamericano, por un valor estimado en 600 millones de dólares, si se cuenta también el armamento y el equipamiento electrónico, incluidos en el acuerdo.
La consigna de Washington es clara: no importa tanto si el gobierno argentino no les compraba esta flota que hoy se encuentra en desuso, lo que valía era que Milei no hiciese trato con China.
Con este flamante acuerdo, Estados Unidos se asegura que su máxima amenaza en la hegemonía mundial no le venderá a nuestro país sus aviones J-17, mucho más modernos y equipados con armamento. La influencia del Reino Unido en esta negociación tuvo un fuerte peso, considerando que los aviones que comprará la Argentina no están preparados para conflictos bélicos.
Diego Guelar conoce cómo se teja la política internacional desde los dos lados del mostrador de las potencias. Fue embajador de Mauricio Macri en China durante su presidencia entre 2015 y 2019, e hizo lo propio en la embajada estadounidense en los años ´90, durante el gobierno de Carlos Menem.
Fue uno de los artífices de la reconciliación del riojano con la embajada norteamericana y el comienzo de las “relaciones carnales”, tras el escándalo de coimas conocido como “Swiftgate”. La administración de George Bush (padre) puso el grito en el cielo por la denuncia de la empresa frigorífica Swift Armour S.A, que acusaba al Gobierno de pedirle coimas para garantizar la liberación de impuestos a sus maquinarias en su planta instalada en Rosario. Durante esa década, en el marco del nuevo e incondicional vínculo bilateral, Estados Unidos le vendió a nuestro país sus aviones A-4 Skyhawk.
Guelar hizo hincapié en que el Gobierno argentino desistió de la compra de aviones chinos “de última generación” y “más baratos”, por su posicionamiento estratégico en favor de Estados Unidos, que es por eso que adoptó los aviones daneses “jubilados”. “Son Ford Falcón hechos a nuevo”, resumió en LN+.
En charla telefónica con Diagonales, no quiso confrontar con la postura que adoptó el nuevo gobierno nacional pero tampoco se quedó callado. “Si no hay plata, lo que no había que hacer era comprar los 24 aviones, sino solo 6 o 7 para instrucción de nuestros pilotos”, planteó. Este no es un detalle menor: solo para volarlos el Gobierno deberá destinar entre 10 mil y 15 mil dólares la hora y es una incógnita cómo será el financiamiento estatal para el entrenamiento.
La decisión del gobierno en avanzar con esta compra a Dinamarca de los aviones F-16 producidos por la norteamericana Lockheed Martin, se justifican, para Guelar, en que hoy “Argentina es el principal aliado” de Estados Unidos por fuera de la OTAN en materia de defensa y seguridad.
Además desestimó la relación argentina con China, en términos militares y la catalogó de “light”. “Con ellos tenemos una asociación estratégica integral, de intercambio de algunos militares. Hay solo dos países con los que China tiene un rango superior de relacionamiento: Rusia y Pakistán. Entre ellos hay acuerdo de defensa. Nosotros no lo tenemos con ellos y sí con los Estados Unidos”, sentenció.
A pesar de la diferenciación que hace Guelar en cada tipo de vínculo bilateral, la mirada geopolítica de cada potencia mundial, y su peso en los países periféricos a los que financian, pueden tener un enorme impacto para sus cuentas públicas.
Los trascendidos indican que el enojo del gobierno chino que encabeza Xi Jinping por la decisión argentina desembocaría en un reclamo por los 5 mil millones de dólares del préstamo que el gigante oriental le otorgó al estado nacional el año pasado.
Otro frente externo que abrió Milei en cuestión de pocas horas.