El consultor y asesor de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, volvió a polemizar con los votantes de Alberto Fernández tras el brutal cachetazo electoral que sufrió Juntos por el Cambio. 

A los pocos días del resultado adverso del espacio hoy oficialista, Durán Barba había practicado una especie de autocrítica y parecía apuntar a bajar los niveles de confrontación. Sin embargo, duró poco. Ahora volvió a atacar a los votantes de la oposición, en específico a los del Frente de Todos, a quienes tildó de "arcaicos", clienteleras y que quienes van a las marchas de las organizaciones sociales no saben por qué están allí. 

El asesor ecuatoriano contrastó a estos con los votantes de Mauricio Macri, a los que definió como tecnológicos e integrados al mundo.

En su columna habitual en el periódico Perfil comenzó con algo que podría haber descripto al actual Gobierno, pero buscaba hablar del peronismo: "La poca experiencia en alternancia democrática difunde una visión apocalíptica de la política. Algunos sienten que si sus adversarios ganan las elecciones se acaba el mundo y por eso, cuando las ganan, creen que es necesario exterminar a la oposición", escribió. 

Durán Barba volvió sobre la idea de la polarización: "Argentina se encuentra dividida en dos partes de tamaño similar que tienen actitudes distintas ante la vida, que se expresan también en la política. Los unos están más apegados al cambio y los otros más vinculados a la política tradicional (...) Quienes están relacionados con el mundo y la tecnología de manera inteligente se sienten mejor expresados por Macri y quienes tienen actitudes más arcaicas lo rechazan. Los unos quieren una Argentina integrada al mundo, los otros prefieren un país encerrado en sí mismo". 

"Por un lado está la política clientelar, que se alimenta de una pirámide de favores que alimentan el funcionamiento de un aparato. En esa visión de la política es normal distribuir casas y subsidios entre quienes son sus partidarios, manejar esos beneficios a través de organizaciones políticas afines, como es el caso de organizaciones piqueteras", aseguró el consultor sobre los movimientos sociales que reclaman por la emergencia alimentaria. 

Y agregó: "Existía un manejo piramidal del poder en el que los cuadros formados manejaban a gente que en muchos casos ni siquiera sabía para qué iba a una movilización, como lo comprobaron radios y canales de televisión que entrevistaron a algunos movilizados. Pasa lo mismo con las ollas populares, donde se produce un buen espectáculo y no en donde existe gente con hambre. Este no es un ataque ni una crítica, sino una descripción".

Uno de los fragmentos más polémicos fue cuando señalo que "la mayoría de los que hacen piquetes y bloquean la Ciudad no saben por qué lo hacen, pero obedecen a dirigentes iluminados, que además los ayudan a satisfacer sus necesidades inmediatas".

A diferencia de esto, dijo que los que van a las marchas oficialistas "quieren participar de los procesos políticos por sí mismas, sin que los lleve en un camión un puntero esclarecido".