Trotta: “El único que tiene la capacidad para sentar a todos y recrear el espíritu del FdT es el Presidente”
El ex ministro de Educación conversó en exclusiva con Diagonales sobre la actualidad del país, la necesidad de revitalizar el oficialismo, su distanciamiento de Alberto Fernández y su nueva iniciativa, el Centro para la Concertación y el Desarrollo.
Apenas unas horas antes del acto por los 100 años de YPF en el que pareció bajar la espuma de la interna oficialista, que volvería a explotar luego con la operación en off que denunció CFK y por la cual Alberto Fernández le pidió la renuncia a Matías Kulfas, Nicolás Trotta hacía énfasis en un diálogo exclusivo con Diagonales sobre la responsabilidad del Presidente para ordenar al FDT. La institucionalización del frente es la receta que enarbola, para lograr un esquema de representatividad en la toma de decisiones que plasme la amplitud inicial del experimento político que hoy gobierna el país. “El FDT fue una experiencia electoral exitosa que permitió generarle expectativas a la sociedad después de cuatro años muy negativos de Macri, pero que lamentablemente no se transformó en un frente de gobierno” diagnostica.
Después de su salida del Gobierno, el ex ministro no volvió a hablar con Alberto Fernández, a quien le coordinara los equipos técnicos en 2019. Tiene claro cuáles fueron los hechos que significaron puntos de quiebre, “decisiones inconsultas con su equipo” que le marcaron a Trotta que “el Presidente no tiene un método en el esquema de toma de decisión”. Hoy, sin la urgencia de la gestión, se aboca a pensar políticas y consensos a largo plazo desde un nuevo centro de estudios que se lanzó esta semana.
Presentaron el Centro para la Concertación y el Desarrollo. ¿En qué consiste la iniciativa?
-Es un espacio que construimos colectivamente con distintas referencias políticas y académicas, con una mirada profundamente federal y a partir del diálogo entre la experiencia o la trayectoria política con todo un trabajo de investigación y académico que llevan adelante varios integrantes del centro. Lo imaginamos como una herramienta para poder construir información vinculada al campo de las políticas públicas, informes, análisis.
¿Por qué es tan difícil alcanzar consensos básicos en la argentina?
-Yo creo que en ciertas áreas se lograron construir consensos. El problema es que en algún momento se abandonan, relacionado a lo que son las crisis recurrentes del país. El área educativa, por ejemplo, donde hace ya 15 años se lograron aprobar leyes como la del financiamiento educativo, la ley de educación nacional o la ley de educación técnica profesional, que fueron acompañadas después de mucho debate por las distintas fuerzas políticas.
"Hay que construir una correlación de fuerzas, una presencia social muy fuerte para darles continuidad en el tiempo a los consensos".
Luego, en un momento se quebraron esas leyes, por ejemplo entre 2015-2019 donde se sufrió en un contexto de crisis económica y social de la Argentina y un fuerte recorte en la agenda educativa. Todo eso también nos tiene que dejar la enseñanza que más allá que se sancionen leyes y se alcancen consensos, hay que construir una correlación de fuerzas, una presencia social muy fuerte para darles continuidad en el tiempo.
¿Cómo ves el momento actual del país?
-Es un momento de mucha complejidad, no es un escenario sencillo el que la ha tocado al Presidente Alberto Fernández, con una Argentina que venía de una fuerte recesión económica, con un gran endeudamiento externo y un Estado muy debilitado. A esas complejidades se sumó la pandemia, que desequilibró la vida de los argentinos e hizo todo cuesta arriba.
"No es un escenario sencillo el que la ha tocado al Presidente Alberto Fernández".
Ahora, encaminado el proceso de superación de la pandemia, observamos también las propias dificultades que tiene el Gobierno para poder desplegar decisiones que permitan superar algunos problemas estructurales que tiene el país. Por ejemplo la altísima inflación que tenemos, que el Gobierno de Alberto Fernández heredó de la gestión de Macri, que nos dejó la inflación más elevada desde la creación de la convertibilidad y este año se están superando eso niveles.
"Hay un gobierno que por las propias debilidades de la coalición, dilata la toma de decisiones"
Y observamos que hay un gobierno que por las propias debilidades de la coalición, a partir de la falta de institucionalización de espacios en el esquema de toma de decisión, dilata la toma de decisiones y eso ha puesto a ciertas áreas del gobierno en una situación de mucha debilidad.
Fuiste coordinador de equipos técnicos en la campaña de 2019, ¿creés que el FdT tal como fue concebido ya está terminado o ves alguna posibilidad de una nueva síntesis?
-No creo que esté terminado. Sí creo que el FDT fue una experiencia electoral exitosa que permitió generarle expectativas a la sociedad después de cuatro años muy negativos de Macri, pero que lamentablemente no se transformó en un frente de gobierno.
"No creo que el FdT esté terminado".
Es un frente que, por supuesto, tiene en el Presidente una figura central y en la vicepresidenta y su representatividad otra, pero el frente es más que eso. En el proceso electoral fue la síntesis del acompañamiento de la mayoría de los gobernadores de Argentina, no solo del justicialismo sino también de fuerzas provinciales. También con mucho apoyo de la CGT y la CTA. Lamentablemente la no institucionalización de un espacio común, cuando hoy claramente no hay un único liderazgo fuerte como fue en otros momentos, ha implicado duda en la implementación de decisiones.
"El único que tiene la capacidad para sentar a todos y recrear el espíritu del FDT es el Presidente".
Es ahí donde se dilatan tiempos, se llega a veces tarde con distintas medidas. El que tiene la llave para resolver eso en un sistema presidencialista es el Presidente Alberto Fernández.
¿Y cómo podría resolverlo?
-Primero de institucionalizando un espacio común para poder instrumentar las medidas necesarias que permitan llevarle mucha mayor previsibilidad a la sociedad Argentina de acá a unos meses. Eso incluye por supuesto la convocatoria a la vicepresidenta, al presidente de la Cámara de Diputados y a un conjunto de gobernadores y gobernadoras, para que allí esté reflejada la diversidad de actores políticos que tiene el FDT.
"Hay que institucionalizar el Frente de Todos".
Eso es sumamente importante porque permitiría darle un dinamismo al Gobierno que la sociedad hoy no percibe que esté teniendo. Inclusive hoy tenemos indicadores macroeconómicos en algunos sectores muy positivos pero vemos que eso se encuentra empañado, en parte por la inflación pero también por un humor social muy desconcertante frente a lo que son estas diferencias de la coalición gobernante.
La educación está en agenda por dos temas y quiero preguntarte tu opinión. ¿Qué pensás de la polémica alrededor de los resultados de evaluaciones que mostró el Gobierno de la CABA esta semana?
-La evaluación de nuestros estudiantes, en este caso en la CABA, no evalúa sólo la pandemia sino toda una trayectoria educativa. Por supuesto el impacto de la pandemia en lo educativo es muy marcado, en la Argentina y en el mundo. Pero también hay que mencionar que venimos atravesando dificultades en el campo educativo y creo que parte de eso es el reflejo de la ausencia de continuidad con los cambios de Gobierno.
"Debemos lograr la priorización de la agenda educativa y su continuidad en un país federal".
Entre otros aspectos la baja inversión que se sufrió en los últimos años. Frente a eso creo que debemos lograr la priorización de la agenda educativa y su continuidad en un país federal. También siendo conscientes de que el principal condicionante de la calidad de la educación que reciben nuestros estudiantes es la desigualdad. Y hoy la desigualdad no es la excepción sino la regla, porque más de la mitad de los niños y niñas están inmersos en esa realidad de exclusión.
¿Y con respecto a la falta de gas en muchas escuelas bonaerenses?
-Tenemos que visibilizar esos problemas que se hacen presentes en la PBA, y tenemos que mencionar también el enorme compromiso que ha tenido el Gobernador Kicillof en estos dos años y medio de gestión para la recuperación de la inversión en la infraestructura escolar.
"En Provincia también estamos frente a un escenario que marca la postergación de la inversión escolar".
Ahí estamos también frente a un escenario que marca la postergación de la inversión escolar durante muchos años, recordemos lo que pasó en la escuela de Moreno con la explosión que les costó la vida a Sandra y a Rubén. Se ha hecho mucho en la provincia durante la gestión de Kicillof pero claramente todavía falta y eso demanda seguir sosteniendo no sólo la inversión educativa sino que vaya creciendo la porción de inversión en torno a los que es el presupuesto general de la provincia.
La oposición hizo de la defensa de la educación una bandera que fue su principal caballito de batalla en 2021 para ganar las elecciones. Mirando hacia atrás, ¿sentís que fue un error mantener tanto tiempo cerradas las escuelas?
-Depende de la jurisdicción. Lo que no puede haber es un marco de especulación en un contexto de pandemia. Nosotros cada decisión que tomamos lo hicimos a partir del diálogo con especialistas y la construcción de evidencia. Y la realidad es que la decisión final de apertura o no de presencialidad en las aulas la tenía cada uno de los gobernadores y gobernadoras. Y quiero decir en ese sentido que todos los acuerdos federales fueron aprobados por unanimidad.
"Nosotros tomamos todas las decisiones para garantizar la salud pero también el derecho a la educación".
Nosotros tomamos todas las decisiones para garantizar la salud pero también el derecho a la educación, lo cual puso en relieve lo que fue el enorme retroceso que se dio en la gestión de Macri, por ejemplo con la desarticulación del plan conectar igualdad, que nosotros institucionalizamos con el plan Juana Manso. En el 2021 Argentina ha sido el país del cono sur que ha tenido la presencialidad más robusta, y eso no es mérito de un gobierno sino de nuestra comunidad educativa. Yo he tenido en abril y mayo diferencias públicas con el Presidente vinculado a lo que fue la suspensión de la presencialidad en el AMBA. Nosotros siempre, de manera responsable, planteamos toda la priorización posible de la presencialidad segura en nuestras aulas.
¿Cómo evaluás en retrospectiva tu gestión como ministro y qué pensás hoy que podrías haber hecho diferente?
-Es muy difícil pensar qué decisión distinta se podría haber tomado en cada momento, porque cuando nos golpeó la pandemia nadie sabía cómo iba a evolucionar. Cuando tomamos la definición con todas las jurisdicciones de la suspensión de la presencialidad en marzo, la expectativa que se tenía era que sería una suspensión a lo sumo de dos o tres meses.
"Con la información o la evidencia que tenemos en el 2022 claro que tomaríamos decisiones distintas".
Con la información o la evidencia que tenemos en el 2022 claro que tomaríamos decisiones distintas, pero esa evidencia no la teníamos en el 2020 y el 2021. Y también, por supuesto, teniendo en 2022 la sociedad vacunada, algo en lo que la Argentina ha tenido un desempeño muy importante.
Fuiste un ministro muy cuestionado, como le pasa hoy a Guzmán o al propio Alberto Fernández ¿cómo ves hoy las críticas que reciben y cómo creés que pueden estar impactando en el desempeño de esos funcionarios?
-Creo que un ministro tiene que hacer su trabajo. Yo he recibido críticas de distintos sectores de la coalición y de la sociedad, como también hemos recibido mucho reconocimiento de distintos sectores de la sociedad en un momento de mucha dificultad. Yo creo que un funcionario público tiene que hacer lo que considere que es correcto para la Argentina en el marco de un equipo de trabajo.
"Como el propio Presidente no logró construir ese liderazgo, se debería haber institucionalizado una experiencia que es novedosa".
El problema que tenemos hoy es que no se ha institucionalizado un espacio político y no hay un liderazgo excluyente. Como el propio Presidente no logró construir ese liderazgo, se debería haber institucionalizado una experiencia que es novedosa. El justicialismo siempre ha sido una expresión política vertical y ese verticalismo hoy no existe porque es un gobierno de coalición. En las coaliciones adoptar decisiones siempre implica un proceso de escucha, de encontrar caminos intermedios. Creo que eso está ausente y es una de las principales causas que ponen en una fuerte debilidad en muchos aspectos a nuestro gobierno.
Terminaste tu gestión con diferencias con Alberto Fernández. ¿Hubo algún punto de quiebre en la relación? ¿Cuál fue?
-Tuve varias diferencias que fueron públicas y otras que fueron privadas y me las reservo. Quizás un punto de quiebre en nuestro vínculo fue esa diferencia que tuvimos en marzo y abril, vinculado a la suspensión en el AMBA, donde yo ahí observé a un Presidente que desplegaba decisiones inconsultas con su equipo. En ese momento varios actores sociales y políticos me planteaban que debía renunciar para dejar clara mi posición en contra de la suspensión de la presencialidad. Y yo fui claro con cada uno de ellos, en que una renuncia mía en ese momento hubiera significado un fuerte impacto y un daño a nuestro gobierno y a nuestra coalición.
"Muchos de los que acompañamos entre 2015 y 2019 la construcción de una alternativa sentimos que este es nuestro gobierno más allá de las diferencias que podemos tener con el Presidente".
Además, aunque en una pequeña cuota parte, muchos de los que acompañamos entre 2015 y 2019 la construcción de una alternativa sentimos que este es nuestro gobierno más allá de las diferencias que podemos tener con el Presidente. Y el segundo punto que significó el quiebre definitivo fue cuando de manera irracional salió a reivindicar a una docente de la PBA que no había tenido una actitud correcta al frente del aula.
"El Presidente no tiene un método en el esquema de toma de decisión".
Fue otra de las experiencias que me marcaron que el Presidente no tiene un método en el esquema de toma de decisión, y creo que eso es parte también de la explicación de por qué muchas veces llegamos a decisiones de manera tardías o muchas veces nuestro gobierno tiene procesos de avances, retrocesos, contradicciones en la toma de decisiones que confunden a la sociedad y hacen perder la credibilidad a las decisiones del Gobierno.
¿Volviste a hablar con Alberto?
-No, no he vuelto a conversar con el Presidente.
"No he vuelto a hablar con el Presidente".
¿Y a Cristina como la ves el lugar que ocupa institucionalmente y en la coalición?
-Cristina tiene una enorme representatividad, tiene un vínculo muy estrecho con un sector importante de nuestra sociedad. Es una de las figuras más relevantes del justicialismo, pero yo creo que tenemos que reconstruir el espíritu del FDT. Que CFK tenga un rol protagónico como también lo tienen que tener los Gobernadores, las centrales de trabajadores, etc.. Que FDT recupere esa mirada de la pluralidad y la amplitud y que se traduzca en un esquema de representatividad dentro del gobierno.
"Cristina tiene una enorme representatividad, tiene un vínculo muy estrecho con un sector importante de nuestra sociedad".
De esa manera en el 2023 podemos volver a generarle una expectativa a la sociedad de cara al futuro, pero también mostrándole resultados como la sociedad está esperando.
La oposición pareciera estar logrando instalar un clima triunfalista para 2023, mirada que es incluso compartida por sectores del oficialismo ¿Puede llegar competitivo el FDT al año que viene? ¿Qué tiene que pasar para eso?
-Creo que el FDT puede tener un esquema de continuidad de gobierno. El que tiene las herramientas para poder desplegar decisiones que generen una posibilidad de victoria electoral es el Gobierno. Creo que queda mucho por recorrer, y que queda en el Gobierno y principalmente en la capacidad de recrear el espíritu del FDT que tiene el Presidente de la Nación. El que tiene que lograr sentar en una mesa a todas las referencias que hicieron posible la victoria del 2019 para poder revitalizar el FDT es sólo el Presidente de la nación, es el único que tiene esa capacidad.
¿Cómo ves las actitudes de la oposición en esta línea que rescatás de la necesidad de construir consensos y acuerdos?
-Creo que es fundamental que saquemos la palabra enemigo de arriba de la mesa, más allá de las diferencias entre fuerzas políticas. Argentina viene pasándose entre distintos gobiernos problemas estructurales que no logramos resolver. Tenemos que darle respuestas distintas a la sociedad, y eso implica acordar una hoja de ruta para la cual no alcanza sólo con una ley, tiene que haber una conciencia política mucho más profunda.
"Es fundamental que saquemos la palabra enemigo de arriba de la mesa".
Los desafíos estructurales que tenemos no se resuelven en una o dos gestiones de gobierno. Lo que no puede sostenerse más en la Argentina son realidades pendulares que nos llevaron a un país mucho más desigual que hace 45 años. El Presidente en la campaña plantaba que no nos preguntemos de dónde venimos sino hacia dónde queremos ir. Yo creo que nuestro país necesita eso y espero que la sociedad tenga la capacidad para premiar a aquellos dirigentes que hagan del diálogo la posibilidad de una mirada distinta.