En un país donde las palabras del Presidente se convierten en un eco que resuena en cada rincón, la población empieza a cuestionar la veracidad de esos discursos que alguna vez parecieron promesas. "Estamos arrasando con la inseguridad", "les duele que sea uno de los políticos más importantes del planeta tierra", "todos mis opositores, incluyendo científicos, periodistas y artistas, son ratas inmundas, fracasadas, repugnantes y vomitivas", "las tarifas de la luz, el gas y el agua están regaladas" y "el poder adquisitivo en dólares de los jubilados voló". Estas frases, lanzadas al aire periódicamente por Javier Milei, son puro espectáculo. El ruido que generan es innegable, pero el contenido se desdibuja y ya no convence a los ciudadanos argentinos. 

Un reciente informe revela que la desconfianza ha alcanzado niveles alarmantes. Más del 65% de los encuestados considera que las palabras del Presidente son "mentira". Este dato, recopilado por la consultora Zuban Córdoba y Asociados en una encuesta realizada en septiembre a 2300 ciudadanos, refleja una realidad que no se puede ignorar: el 70,6% cree que "el poder adquisitivo de jubilados voló" es solo una ilusión y un 76,2% sostiene que las tarifas de servicios públicos no están regaladas, sino que son una carga cada vez más pesada.

Ya no le creen

La desvalorización de la palabra presidencial se refleja también en la percepción sobre la gestión del Gobierno. La aprobación del partido La Libertad Avanza ha disminuido, ubicándose en 42,3%, mientras que el rechazo ha escalado hasta un 57,3%. La respuesta a la pregunta de si el Gobierno "va en la dirección correcta" es aún más reveladora: solo el 39,5% cree que el plan libertario es adecuado, contrastando con un 55,1% que opina que el Ejecutivo se encuentra en el camino equivocado para el desarrollo del país.

La consultora Zuban Córdoba también indaga sobre cómo estas percepciones impactan en el voto. Mirando hacia las elecciones legislativas de 2025, un 51% de los encuestados se inclina por un espacio opositor al gobierno de Milei, mientras que un 37,9% aún muestra lealtad al logo del León. Un 11% permanece indeciso, pero lo cierto es que esta fotografía no favorece al Ejecutivo. Sin embargo, este porcentaje podría ser suficiente para que Milei luche por la primera minoría, tiñendo de violeta un Congreso donde, para esa instancia, casi no se pone en juego ninguna banca.