Zito Lema, el artista que buscó “contar Malvinas desde el arte”
El escritor, dramaturgo y militante social que falleció en diciembre estrenó a mediados de los 80s la primera obra de teatro inspirada en Malvinas, en la que actuó el Frente de Artistas del Borda. Más de 40 años después, fue homenajeado esta semana en Trilce, donde se montó “Las islas en el manicomio”.
Un día lo llamaron para dar un taller literario en el Hospital Borda. En ese mismo lugar, Vicente Zito Lema había dado con el paradero de Jacobo Fijman, al que rescató del olvido. Fue una tarde: el poeta estaba hundido en la única biblioteca del hospicio, vestido con un sobretodo marrón claro. El encuentro fue precedido por un incendio cerca del puente de Barracas, detrás de la estación Constitución. Entre los que acudieron al taller había varones que habían combatido en Malvinas. Y en ese mismo lugar, ligado a la mística de Zito Lema, nació su método de composición: la “antropología teatral poética”, que consistía en utilizar un grabador y un anotador para registrar la realidad y volcarla en un teatro de nuevo tipo, inventado por él, que rozaba la no-ficción. También nacería, de esa misma manera, la primera obra de teatro estrenada en el país cuyos personajes son ex combatientes.
Fue en la década de los 90, se bautizó “Gurka” y fue dirigida por Norman Briski. Los actores, en parte, pertenecían al Frente de Artistas del Hospital Borda. “Hablo aquí de una tragedia que sufrió nuestro pueblo, cuyas víctimas directas fueron cientos de muchachos de los sectores más humildes de nuestro país, que pagaron con usura, con sus cuerpos y sus espíritus, aún después de terminada formalmente la guerra”, escribió Vicente sobre la obra hace unos años. También la describió como una representación de la guerra y del hospicio mismo, que a esa altura le parecían un poco la misma cosa.
La última obra que Vicente estrenó, y en la actuó con 82 años, fue una segunda parte de “Gurka”, a la que bautizó “Las islas en el manicomio”. El protagonista es un viejo escritor, que relata sus vínculos con esos muchachos mientras repasa imágenes en su memoria que cobran vida sobre el escenario, en su mayoría de locura, sufrimiento, muerte y denuncia social. Los que fueron sus temas predilectos, hasta el final. Cómo él mismo lo dijo en la sinopsis del espectáculo: “pretende poner ante nuestros ojos la verdad de una sentencia poética: si hay un infierno está en la tierra”.
Con la actuación de Nara Carreira -que ya había protagonizado “Eva Perón resucitada en los tiempos del rencor”, otra de las últimas obras de Zito Lema- y Miguel Wahren, “Las islas en el manicomio” volvió a montarse en el Teatro Trilce en la víspera de un nuevo aniversario de Malvinas, por primera vez con Vicente en otro plano, luego de su fallecimiento en diciembre del año pasado. Las funciones fueron el 29, 30 y 31 de marzo, a sala llena de amigos, compañeros y locos como él.
“A 40 años de la guerra volví a reflexionar sobre ese hecho y quise agregar un contenido más poético, traté de darle la mayor belleza posible a la atmósfera de dolor que se respira en la obra. Apunto a transmitir una gran metáfora a partir de esa gran tragedia, con un lenguaje real -por tratarse de una historia real-, pero con mayor vuelo poético”, la describió cuando la obra se estrenó, ese mismo año.
“…Sí, los gurkas, los del cuchillo. Nos estaqueaban, nos abrían el culo con los cuchillos…Yo pude fugarme, pero otros no, y tuvieron que soportar aquello...El otro día, uno que también estaba aquí, pobrecito, tan hermoso, que tenía la cara destrozada por una bala, se tiró con su uniforme desde los techos... ¿Cómo dormirán los pájaros cuando llueve? A veces golpean las ventanas, quieren entrar, tienen frío, un frío como el agua, seco…”, se lee en uno de los trayectos de “Gurka”, con la crudeza del testimonio fruto de la técnica del maestro.
“No hay que temerle a la muerte, no es mucho más que un sueño, la voz me dice. A mi la voz no me engaña... ¿estará muerta la voz? Hay muchos que combatieron y ahora deambulan por los patios, parecen momias, los ojos perdidos...ni siquiera pueden escuchar música. Voy a tener que levantarles la moral, y organizarlos muy bien para resistir el ataque. Aquí el peligro se huele hasta en la sopa. La muerte nos lleva de la mano, parecemos chicos…”.
Una de las ideas que lo obsesionaba en el último tiempo era hacer entender que “Malvinas es parte del terrorismo de Estado”. “Es algo que se puede explicar desde la historia, pero también desde el arte”.