En noviembre del 2023, la mayoría de los votantes argentinos consideraron que el modelo propuesto por Cristina, Alberto y Massa estaba agotado y votaron una alternativa novedosa para cambiar de rumbo. Muchos actores de la política, entre ellos el presidente Javier Milei y la ex candidata a presidenta Patricia Bullrich, consideraron que los principales problemas a atender eran la inseguridad y la inflación. En base a esto, se justifica el camino recorrido por el actual mandatario Javier Milei y su Gabinete, quienes se jactan de haber reducido el alza de precios y combatir el narcotráfico, entre otras cosas.

No obstante, desde otra óptica puede pensarse que los principales problemas de la Argentina son la pobreza y la educación. Y ambas áreas están actualmente bajo la órbita de la Ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.

Con respecto a la pobreza, cuando el Gobierno asumió se calculaba que el Frente de Todos había entregado el Gobierno con 44,8% de pobres. Luego del brutal ajuste que La Libertad Avanza implementó en diversas áreas, en el primer trimestre del 2024 se llegó a un 54,8% de personas bajo la línea de la pobreza. Estos datos, cabe aclarar, fueron avalados por prestigiosas instituciones como el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).

En el segundo trimestre, por su parte, la pobreza se redujo al 51% de la población. Mientras que ya en el siguiente trimestre la pobreza bajó al 38,9% según datos oficiales. De esta forma, hasta el momento la gestión de Milei logró que alrededor de 7,5 millones de personas dejen de ser pobres, logrando reducir el índice de pobres casi 16% (del 54,8% al 38,9%). Aún así, algunos analistas sostienen que hay ciertas dudas alrededor de las mediciones de la pobreza. Argumentan que el Gobierno comunica datos considerados “engañosos” ya que el procesamiento de datos suele ser trimestral y las comunicaciones del Gobierno suelen ser mensuales. De esta forma, los datos pueden estar sesgados por cuestiones estacionales.

Aún así y mostrando mejoras en la macroeconomía, también es necesario destacar que la capacidad de consumo de las clases medias ha ido decreciendo y cada vez se necesita más dinero para no ser considerado pobre. Los salarios están muy atrasados, y algunos analistas sugieren que estamos en una “burbuja” ya que cuando el dólar que está atrasado (se mantiene “planchado” por decisión del Gobierno) aumente producto de una devaluación del peso, mucha más gente caerá en la pobreza otra vez.

El otro área relevante con serios inconvenientes es la Educación. En lo que va de gestión el Gobierno de Milei no ha solucionado ningún problema en esta materia y sólo se ha dedicado a generar nuevos conflictos. Básicamente, su política educativa se resume a implementar un recorte histórico que impacta en diversos niveles educativos y en abrir un prolongado conflicto entre el Gobierno y las universidades nacionales.

De los tradicionales problemas que aquejan al sistema educativo como deserción escolar, embarazos adolescentes, repitencia, falta de comprensión lectora, baja capacidad de análisis matemático, problemas de infraestructura y demanda salarial docente, el Gobierno nacional parece hacer oídos sordos o mirar para otro lado. No hay ninguna decisión gubernamental que vaya en dirección a la resolución de esos problemas. No obstante, es necesario resaltar como positivo el lanzamiento del Plan de Alfabetización, que fue consensuado con las provincias en el marco del Consejo Federal de Educación. Sin embargo, también es necesario mencionar que esta política aumenta la deuda externa, ya que se financiaría con 1000 millones de dólares proporcionados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (a pagar en 4 años).

En suma, en términos educativos la gestión de Milei parece que no solucionaría nada, y sólo sumaría problemas con el desfinanciamiento universitario y los recortes en el presupuesto. En términos de Desarrollo Social, es difícil que la situación mejore si seguimos con unos 6 millones de asalariados privados pobres, y hay también 11 millones de asalariados no registrados. Además, es poco probable que la ministra Pettovello logre una reducción significativa de la pobreza si los salarios reales no se recuperan, si no aumenta el consumo y no se expande el mercado de trabajo.