Cristina, como un día sin celular
Quien aquí escribe, experimentó medio día sin celular y se le ocurrió la analogía, con la situación por la que atraviesa el FdT con la ex presidenta. Durante la nota intentaremos describir lo más precisamente, este acontecimiento
DÍA SIN CELULAR
Todos tendrían que hacer el experimento, no aquellos que ya lo vivencian, sino aquellos a quienes el celular se hizo parte de una necesidad de vinculación con el entorno, diríamos inmediata. En solo 5 hs. sin el, se habían acumulados cerca de 50 notificaciones que necesitaban respuesta, solo en el WhatsApp. Sensaciones de miedo, incertidumbre, angustia, entre otras, se concentraban demostrando el grado de dependencia de, por decirlo de algún modo, “el consumo problemático” que generan los dispositivos. Ese experimento indeseado, ejercicio inconsciente, es el que vamos a tratar de analogizar respecto a la situación de FdT con la ex presidenta. Pero no desde un plano “psicologista” o “diagnosticador” sino sintiéndonos parte de los que pasa, haciéndonos cargo porque todos aquellos que intentamos un futuro mejor para la Argentina, estamos involucrados en este proceso.
MIEDO/ PARANOIA
¿Dónde dejé el celular?, ¿quién lo puede ver, qué puede ver?, ¿qué pueden hacer con toda la información que tengo en él? El miedo genera paranoia. La paranoia que retroalimenta al miedo ¿Qué haremos sin Cristina? ¿Cómo unificar lo que antes estaba disperso sin ella? ¿Cómo no desconfiar del de al lado, sin la “conducción” de ella? Sin ella sólo se imagina un futuro donde aflora lo “peor” del peronismo, sin ella se piensa que la fragmentación entre el campo nacional y popular será mayor y exacerbada ¿Cómo no temer al futuro, sin la percepción que ella es la prenda de unidad del campo nacional y popular? Algunos por miedo, otros por necesidad, otros por lealtad, todos la ven como la posibilidad de enfrentar al rival, adversario y/o enemigo. Miedo al futuro si ella no está.
ANSIEDAD
¿Dónde estará? ¿Qué dirá? ¿Cuántas cosas están pasando en donde yo no estoy? Por decirlo de otro modo, todo lo importante pasa en otro lado del lugar en el que estoy. Las redes sociales privadas y públicas me muestran que siempre es más importante otro lugar, otra acción, otro acontecimiento distinto del que yo estoy transcurriendo. Con la Vicepresidenta pasa lo mismo ¿será o no será? ¿sino quien será? Sentimos que, como con el celular, lo importante, lo que va a definir nuestro futuro, acontece en otro lado. No somos protagonistas sino espectadores, espectadores interesados por supuesto…
ANGUSTIA
Algo que no está, que no sabemos si va a volver estar, si no fue perdido para siempre ¿Lo habré dejado en el auto, en la casa, o se me cayó? ¿Y si no está más? ¿Todo lo que habré perdido y que ya no está? En el caso de Cristina Fernández de Kirchner ¿Qué haremos sin Cristina? ¿Y si la perdemos para siempre? No es por supuesto CFK , sino también el contexto que nos obliga a pensar en la necesidad del accionar de ella, de que ella esté, porque la asociamos con millones de aciertos políticos, definiciones estratégicas, victorias electorales (derrotas dignas). La Angustia se asocia a la carencia de ella, cuando parece irse del rol que centenares de dirigentes, militantes y población en general espera de ella. No solo de su dedo, sino de ella . De lo que implica, como se la asocia con las posibilidades de mejoramiento en las condiciones de vida de millones de habitantes.
ROMPER LAS ANALOGÍAS
Esta nota podría sonar kirchnerista, cabeza termista, si así fuera el autor habría fracasado en su ejercicio de tratar de pensar una situación traumática individual vinculada a las nuevas tecnologías, con la sensación que tiene un tercio de la población que espera de parte de la Vicepresidenta decisiones respecto del futuro del FDT o como se llame en el futuro, que ella contribuyó hegemónicamente a construir y ahora parece estar partido, sin rumbo y sin una definición clara de cómo seguir. Una definición que la necesita a ella en un puesto donde “no ceda” eso que ella concentra en la expectativa de muchos argentinos.
También nos permite pensar en situaciones políticas (organizaciones y/o eventos) en donde quedamos como espectadores, expectantes de que algo ocurra, que nos sorprenda y nos haga salir de esa situación en la que estamos. El caso más claro es pensar en la situación en la que nos encontramos aquellos que acompañamos al Gobierno del FDT que no cumple con el programa electoral que se les prometió a los argentinos, y esperar que la Vicepresidenta “haga algo”.
La sociedad de hoy nos crea como espectadores, sería importante generar instancias organizativas, desde lo social y lo político que nos construyan como actores de la historia que se viene en la Argentina de los próximos años. Quizás entonces, no le pidamos a la Vicepresidenta cuestiones que tenemos que resolver nosotros mismos.