Kicillof y el peronismo bonaerense sin CFK en la boleta
El Gobernador esquiva las especulaciones de una candidatura nacional y se focaliza en la gestión. “Sin mejorarle la vida a la gente no hay elección para nadie” rematan en su entorno. Los intendentes mantienen cautela y esperan a la reaparición de la Vice, mientras analizan candidatos.
En el post de una semana que pareció un año por su nivel de intensidad, todavía reverberan los sacudones del bombazo que lanzó CFK tras ser condenada a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, cuando anunció en su descargo que no será candidata “a nada”. Trastocando una vez más toda la galaxia política argentina con su anuncio, la Vicepresidenta dejó más dudas que certezas a ambos lados de la grieta sobre el devenir del FDT y el reordenamiento de todo el mapa político, acostumbrado a girar alrededor suyo. Quizás el territorio más afectado por las preguntas abiertas que dejó la dueña de los votos sea, justamente, el corazón de su armado político y del peronismo: la provincia de Buenos Aires.
Las especulaciones que sobrevolaban respecto a qué lugar ocuparía CFK en la oferta electoral del oficialismo el año que viene tenían ramificaciones e intereses en cada distrito. Si la Vice iba como candidata a presidenta o a Senadora por la provincia, importaba en los territorios por el efecto de arrastre de votos que implicaba para las miles de candidaturas que se verían beneficiadas por compartir esa boleta. Con la certeza de que ya no contarán con esa ayuda, los líderes del PJ bonaerense se encuentran en un proceso de reacomodo de fichas que aún tiene a todos perplejos y sin un horizonte demasiado delineado hacia el cual avanzar.
El primer “afectado” por el renunciamiento de CFK es el Gobernador Kicillof. La jugada de volver a poner juntos en una boleta a los dos nombres más potentes del kirchnerismo en 2023, si bien no le aseguraba la reelección sí le pavimentaba el camino. Mucho más en un contexto donde, superada la fase de la pandemia, los resultados de la gestión empiezan a darle cada vez mejores números al oficialismo bonaerense en su competencia con Juntos. Pero esa carta ganadora ya no está en la baraja y el Gobernador deberá enfrentar nuevas presiones en el escenario que se abre.
De hecho, ya comenzaron las especulaciones, que tuvieron espacio en los medios hegemónicos y opositores, alrededor de una posible candidatura nacional de Kicillof como salida kirchnerista al espacio vacío que deja el renunciamiento de CFK. La tesis tiene lógica: en cualquier medición que se mire, Kicillof es el candidato que más votos de la Vicepresidenta consigue retener. Sin embargo, en el kicillofismo tomaron estos primeros movimientos como un intento opositor por instalar un escenario donde Kicillof no juegue en la provincia, justamente a partir de la levantada que viene mostrando en su intención de voto.
“Nosotros estamos abocados a la gestión, para las estrategias electorales esperemos al año que viene” responden a Diagonales desde la mesa chica del Gobernador, sin negar ni subirse a esas especulaciones. Fiel al perfil que siempre buscó mostrar, Kicillof sigue adelante en su permanente recorrida del territorio bonaerense, inaugurando obras, anunciando otras nuevas, suscribiendo convenios e inversiones con los municipios, mostrando presencia en los distritos y cercanía con los jefes comunales.
“Si no nos ocupamos de mejorarle la vida a la gente no hay elección para nadie” afirman en el círculo íntimo del Gobernador, y agregan “por eso tenemos que concentrarnos en la gestión, tenemos que matarnos con la gestión para seguir mejorándole la vida a la gente”.
Este lunes, quien salió a sumar a esa posición del Gobierno bonaerense respondiendo a las especulaciones que se buscaban instalar sobre el futuro de Kicillof, fue su Jefe de Asesores y mano derecha, Carlos Bianco. En declaraciones radiales Bianco afirmó “cuando se están haciendo bien las cosas en un Ejecutivo, como creo que se están haciendo en nuestro el Gobierno, el del Gobernador Kicillof, lo lógico es que ese Ejecutivo reelija”.
Bianco, vocero calificado de la gestión Kicillof, profundizó su postura con un argumento que trasciende las fronteras provinciales. “La provincia de Buenos Aires tiene que tener el candidato más competitivo posible, no sólo para sostener el proyecto político que se ha planteado, una transformación estructural en todos los ejes de la provincia, también para sumar votos para la elección nacional. La PBA tiene el 39% del padrón y un buen resultado allí da muchas chances que nuestra fuerza pueda ganar la elección nacional. De lo contrario, si se llega a hacer una mala elección en la provincia difícilmente haya alguna chance de fortalecer nuestro proyecto político a nivel nacional” sentenció.
Esta parece ser la postura que adoptará el oficialismo bonaerense de acá en adelante, a excepción, por supuesto, que la propia CFK tenga otros planes en su estrategia para Kicillof. Por ahora, y para blindarse de operaciones y especulaciones que pueden llegar, de afuera y de adentro, el kicillofismo pone más que nunca su foco en la gestión y se aleja de la rosca electoral que, por otro lado, ya tiene ganada al interior de la provincia.
Pero los únicos interesados en que Kicillof pegue el salto nacional no son la oposición y sus representantes, cuyo objetivo sería evitar al candidato más fuerte del peronismo. Los intendentes del PJ nunca ocultaron ciertas diferencias que mantuvieron y mantienen con el Gobernador, ni tampoco sus aspiraciones a que uno de los suyos ocupe el Sillón de Dardo Rocha. Si esa posibilidad estaba clausurada por el enorme respaldo de CFK para el Gobernador, y por una gestión del que fue soldando fisuras y no tiene grandes puntos de conflicto que le den lugar a cuestionamientos internos, el cambio de escenario tras el renunciamiento de la Vicepresidenta y la posibilidad de una candidatura nacional de Kicillof quizás revitalice esa aspiración de los jefes comunales.
Por ahora eso no sucedió y en los distritos nadie tiene del todo claro cómo se dará el reordenamiento. En varios municipios consultados por este medio la respuesta fue la misma, desensillar hasta que aclare o, dicho en otras palabras, esperar a que sea la propia CFK quien, con su inminente reaparición, despeje algunas dudas sobre el camino hacia el 2023. Mientras tanto, casi nadie se atreve a hablar y todos están concentrados en el proceso de levantar del piso todo lo que desparramó el terremoto CFK para empezar a reordenar las estanterías.
Un primer escollo a sortear es la aprobación del presupuesto 2023. La discusión con la oposición, que venía avanzando semana a semana, se trabó en la reunión del martes pasado por una diferencia de $17 mil millones entre lo que pretende la oposición y lo que ofrece el Gobierno. Los fondos en cuestión irán el FIM y al Fondo de Seguridad, y tras el reclamo opositor están también las voluntades de los intendentes peronistas por contar con más recursos directos para obras de infraestructura y seguridad en un año electoral. En estos días podría haber una nueva reunión entre representantes del oficialismo y la oposición, en la que se debería encaminar un acuerdo si es que el kicillofismo pretende aprobar su ley de leyes antes de fin de año. Habrá que ver si los jefes comunales del PJ prestan una mano por lo bajo en la negociación de esta rosca, además de hacer que sus legisladores las levanten al momento de la votación en la Legislatura.
La gran pregunta, por otra parte, sigue siendo en qué lugar se parará CFK tras anunciar que no será candidata, con qué intensidad se meterá a arbitrar el rumbo político del FDT y cómo incidirá en el armado de listas y la distribución de espacios para los distintos actores del frente. En eso aún no hay certezas y, en medio de la confusión generalizada, el universo frentetodista espera la reaparición de la Vice con ansias de nuevas claves para el reordenamiento. A pesar de que ya salgan voces como la de intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien expresó que “no le podemos pedir más a ella. Hay muchos dirigentes políticos dentro de este frente al que pertenecemos que se quedaban tranquilos con la posibilidad de que Cristina fuera candidata. Hay que dejar de pedirle y de vivir de los beneficios que tiene Cristina en términos electorales”, lo cierto es que solo CFK seguirá marcando el pulso del oficialismo, al menos en el corto plazo.
Esa reaparición estaba planificada para este mismo lunes, en una cumbre del Grupo de Puebla que CFK cerraría como oradora y que el peronismo iba a acompañar con una contundente movilización. El diagnóstico positivo de Covid de la Vice el fin de semana obligó a cambiar los planes, y el encuentro se realizará el próximo 19, un día después de la final del mundial. Mientras tanto, CFK dejó un mensaje claro para el núcleo duro de la dirigencia kirchnerista. En una cena en Punta Lara, organizada por el intendente Mario Secco el mismo día de la condena a CFK, la Vicepresidenta pidió a los suyos “salir a construir”, “militar y caminar”. Restará ver cuánto le toma a la maquinaria peronista trasladar la directiva por todos sus engranajes hasta llegar a las bases, hoy por hoy todavía sacudidas y confundidas por el temprano renunciamiento de su líder, y qué tensiones se generarán en el medio.