Miguel Fernández: “Muchos intendentes que están con Larreta llaman para ver si podemos darles boletas para cortar”
El precandidato radical a vicegobernador por la lista de los “halcones” de JxC habló de todo con Diagonales y planteó que la gente necesita una gestión “consistente” que “marque un camino”. La economía, la inseguridad, la realidad en el interior de la provincia de Buenos Aires, y la feroz interna que desembocará en el adversario del peronismo en octubre, los ejes de una charla "al grano" y sin reservas.
Miguel Fernández es porteño de nacimiento pero se considera como cualquier vecino nativo de Trenque Lauquen. Como carta de presentación durante la entrevista con Diagonales, Fernández se asume “adicto al laburo”, y reconoce que todo el día está haciendo cosas relacionadas con la política. Sus cargos al frente del municipio, donde vive desde los 26 años, y como titular del Foro de Intendentes por el radicalismo en la provincia de Buenos Aires lo desviven, pero todo lo hace “con gusto”.
Su confirmación como precandidato a vicegobernador por la lista de Patricia Bullrich, en la boleta de la gobernación junto a su compañero de fórmula para la gobernación de la provincia de Buenos Aires Néstor Grindetti, fue casi al filo del cierre de la larguísima jornada del 24 de junio. Con su designación, muchos analistas políticos concuerdan que hubo un reconocimiento a Fernández (y también a la estructura de la UCR) como voz autorizada, representante territorial de los pueblos del “interior” de la provincia de Buenos Aires.
Este fin de semana se puso en “modo campaña”, primero en Junín y luego participando de un acto por el 9 de julio en unos de los bastiones peronistas más importantes, que puede definir la elección para un lado o para el otro: La Matanza. El próximo sábado, anunció que tomará licencia en su cargo municipal, al igual que lo había hecho Grindetti en Lanús. “No se puede hacer como (Sergio) Massa, y ser ministro de Economía y al mismo tiempo estar en campaña”, chicaneó.
Si se busca más información sobre su tarea como jefe comunal en la página web de este pueblo de menos de 50mil habitantes, conocido como “La Perla del Oeste” bonaerense, Fernández establece allí que su “perseverancia” lo define. “Toda mi vida fui así de emprendedor. De chico, mi hermana era la inteligente, con medalla de honor. A mí me gustaba jugar al fútbol. Lo mío siempre fue ‘este pibe no va a poder’, y me jodían. Yo me había propuesto que quería entrar al Liceo Militar o al Nacional de Buenos Aires, y mi viejo me miraba medio de reojo. Y al final, quedé. Lo mío siempre fue decir ‘ah, ustedes no creen, bueno, mirá cómo lo hago igual”, resaltó. “Para mí siempre se trató todo de aprender, reaprender, y seguir corrigiendo”.
Su esposa es médica al igual que él, pero ella sí se mantuvo en la profesión y fue pionera en el pueblo: como pediatra, puso junto a dos socios el primer servicio de neonatología local. “Después yo puse el primer centro de diálisis, con la primera unidad de terapia intensiva”, recordó orgulloso Fernández, que es especialista en nefrología.
Uno de sus cuatro hijos, el más joven, sigue sus pasos y estudia Medicina en la Ciudad de Buenos Aires. El resto de la familia, sus otros tres hijos, se especializaron en distintas ramas: Biología, Economía y Comunicación Social. El clan Fernández se reparte por distintos lugares del mundo. La hija más grande vive en la costa oeste de Estados Unidos; el segundo, en Londres; y, la tercera, con su pareja en Asturias. Miguel asegura que no se fueron “ni enojados ni resignados” con la situación del país, ni diciendo que “no se puede vivir acá”, sino que fue “para desarrollar sus carreras”. En broma, señala que para juntar a todos debe “donar un riñón” haciendo la conversión dólar- peso, y que por eso “la base está en Trenque Lauquen”. Reconoce que “hace mucho tiempo” que no se puede hacer reunión de equipo familiar completo.
Consultado sobre lo que le dijeron cuando se enteraron que su papá sería precandidato a vicegobernador, Fernández afirmó que hubo rechazo en la familia y la respuesta fue contundentemente seca: “Hacé lo que quieras”, le dijeron irónicamente. “Ellos no quieren. Tuve un infarto hace dos años, y me pusieron un stent. Pero llega un momento en que la política no es ‘si queres o no queres’, te dice ‘tenés que ser’. Hay momentos en los que no podes decir que no. A mí me pasó esto, es lo que me gusta. Dios dirá”, planteó sin dar vueltas.
Esta sentencia metió a Miguel Fernández y a este cronista en el barro de la política y el vértigo de campaña de estos próximos 45 días de cara a unas internas de Juntos por el Cambio (JxC) que arden. La competencia del otro lado de la coalición cambiemista, por el espacio de Horacio Rodriguez Larreta, será contra Diego Santilli y Gustavo Posse.
¿Crees que, al igual que como vos te definís como alguien “perseverante”, en esta campaña se impondrá el espacio más perseverante?
-Yo creo que van a sobresalir dos cosas: conceptos claros y entender a la gente. A mí me encanta ir a los detalles, a lo que hay que hacer, hacer la lista de problemas y ver cómo resolverlos. Eso es fundamental. Pero la gente no tiene el oído receptivo para todo eso. Hay que mostrar que es lo que hace falta para salir de esta situación difícil en la que estamos. Y Patricia en este terreno tiene una gran ventaja. Con conceptos cortos y claros se hace entender y va ‘al hueso’. Me sorprende ver la llegada que ella tiene con la gente. Habla de cosas con las que no podemos seguir: que la economía está desordenada, que la gente no tiene seguridad, y que las fuerzas de seguridad no saben qué hacer Si no nos ordenamos, esto es un quilombo, y es imposible decir después qué es lo que vamos a hacer
¿Cuáles ves que son los problemas más importantes que deberán resolver?
-Tenemos que ordenar la economía, darle seguridad a la gente y arreglar la educación. Los chicos tienen que tener clases. También sabemos que la economía no se arregla de un día para otro. Pero lo que sí está claro es que nosotros no podemos seguir como estamos. Todos sabemos cuáles son las cosas que necesitamos tener, una economía estable, un buen acceso a la salud, a la educación y a la seguridad, un buen trabajo con derechos y en el que te respeten. El tema es que para eso tenemos que trabajar, tenemos que producir. No podemos repartir lo que no hay. Y eso pasa por la inflación, que es un ‘choreo’. Te vas a dormir con 1000 pesos y cuando te levantas ya vale 990.
¿Concretamente, cómo se vive esta situación en el interior de la provincia?
-Se sufre un poco menos porque hay una red de contención comunitaria distinta, los trabajos son de un poco mejor calidad. La inseguridad existe, por supuesto, pero no con la magnitud que hay en el conurbano. Pero debemos tomar conciencia de que las cosas que, por ejemplo, pasan en Rosario o en el conurbano pueden llegar si no actuamos a tiempo. Esto es como una ola. No debemos dejar que llegue a los lugares donde están un poco mejor las cosas.
¿Cómo se traduce esto en la situación económica de los pueblos del interior bonaerense?
-En el interior de Buenos Aires hay trabajo, el problema es la situación que atraviesan las empresas. En Trenque Lauquen lo vemos en el parque industrial que tenemos. También en estos días estuve en Pergamino y en una empresa que fabrica cosas en acero inoxidable, con matricería y todo robotizado, nos decían ‘no conseguimos mano de obra’. La gente nos pide que todo se ordene para poder producir. Hay ganas de tomar trabajadores pero falta gente que maneje software, capacitados en la formación técnica. La ligazón entre las empresas y sus trabajadores, capacitándolos, es importantísimo. El sistema productivo y la educación se tienen que vincular. Esto significa un cambio de paradigma, pero es una realidad. Si no hacen esto para aumentar la producción, los tipos pierden plata.
Teniendo en cuenta esto, ¿qué ves en la situación educativa?
El rol de las escuelas técnicas es clave. Otro problema distinto y también grave es el de la duración de las carreras en las universidades: hoy faltan médicos, nos faltan ingenieros, enfermeros. Y es algo básico, tienen que estar bien pagos. Una enfermera no puede estar formándose para terminar ganando cien lucas. Terminan diciendo, ‘me las rebusco haciendo otra cosa’. Esto es parte de un desafío enorme. Si no nos ordenamos como sociedad y nos ponemos metas claras vamos a seguir en este camino de decadencia.
¿Cómo fueron esos primeros contactos con Patricia (Bullrich)? y Néstor (Grindetti) para que te sumes a su equipo?
-Fue todo bárbaro. Patricia es una mujer muy afable, con quien te sentás a charlar y decís ‘es como nosotros’, una mujer lisa y llana. No habla cosas raras, es muy amena. Y con Néstor fuimos ocho años compañeros en el foro de Cambiemos. Es un tipo divertido, aunque no lo parezca (risas). Tiene mucha experiencia: además de ser intendente de Lanús durante ocho años, que no es poca cosa, también estuvo en Hacienda de CABA, que le da un manejo y una experiencia invaluable. Articulamos muy bien. Y representamos algo nuevo, que es que dos intendentes, uno del conurbano y otro del interior pretendan dirigir y conducir los destinos de la provincia con la perspectiva de los intendentes. Sin ellos no se puede conducir la provincia como se debe. Sabemos las dificultades que tenemos en el territorio, y por qué no andan. Hoy las cosas se resuelven desde La Plata y no en el mismo territorio, eso es un problema. Tenemos la ilusión muy grande de poder cambiar las cosas.
-De cara a las PASO, ¿crees que su espacio dentro de la interna de JxC se hace más fuerte en las secciones electorales del interior y que deberán profundizar su campaña en estos días en las zonas más populosas del conurbano?
-La matemática electoral no sirve. Las encuestas funcionan por segmentos. Ahí se pregunta a quien vas a votar, por separado, para presidente, para gobernador, para intendente. Pero en el cuarto oscuro la boleta está completa. Yo veo que hay muchos intendentes que están con Horacio (Rodríguez Larreta) que llaman para ver si podemos darles boletas para cortar. Pero, como siempre, todo lo define la gente, que elige lo que quiere, y no los dirigentes con sus estrategias. Algunos candidatos creen que alcanza con el marketing. Y yo creo que la situación es tan complicada que la gente quiere que les digan concretamente que es lo que vamos a hacer. Lo que se viene son cuarenta días en los que se va a definir el perfil de lo que sobresaldrá en esta campaña. Y eso se define por quien es más claro para hablar y quien tiene más empatía con la gente.
¿En qué posición crees que los deja el feroz debate al interior de JxC?
-Creo que a fin de cuentas, de las primarias saldremos fortalecidos. Ahora hay mucha efervescencia con los debates en nuestro espacio, por lo que dice Patricia. Está bien que la gente diga que no hay que pelearnos. Pero lo cierto es que tenemos que discutir el cómo. Hay diferencias. Si somos lo mismo, ¿por qué no vamos juntos? Acá se va a necesitar mucho coraje para enfrentar lo que se viene. Y ese es el diferencial de Patricia. Ella transmite esa seguridad y coraje para salir adelante. Después, por el programa de gobierno y la política, todo está garantizado porque hay un equipazo para poder conducir esto. No va a sobrar nada, pero es necesario discutir qué es lo que proponemos.
¿Y después de agosto?
-Nos enfocaremos en la campaña de las generales de octubre. Nos vemos bien para ganarle al peronismo. Veo que el frente de Unión por la Patria tiene enormes problemas también. Y son problemas mucho más profundos que los que tenemos nosotros hoy en día. Tienen que proponer algo que en cuatro años no pudieron lograr. Si no lo hicieron entonces, ¿por qué lo harían en los próximos cuatro? Y si nos dicen ‘ustedes también ya fueron’, nosotros les contestamos ‘sí, pero ya aprendimos’.
¿Crees que en esta nueva etapa, el radicalismo le puede dar mayor consistencia al armado de JxC para este contexto político, económico y social del país?
- Yo creo que ya se dieron cuenta, Sin el radicalismo no funciona. El PRO solo no puede. Nosotros tenemos mucho para aportar. Tenemos mucho territorio y muchos dirigentes potentes. Conducimos tres provincias, tenemos 32 municipios de la provincia, 400 en todo el país, y contamos con la experiencia necesaria. Aprendimos y tenemos vocación de trabajar por este proyecto.
Y si ganan, la gente les pedirá resultados inmediatos…
-La gente nos pedirá consistencia. No quieren escuchar más humo. La tolerancia es mínima. Lo primero que tenemos que demostrar es que nos vamos a sacrificar para la gente. Debemos ser claros y rápidos en mostrar consistencia. Si lo que dijimos lo estamos haciendo, y mostramos señales claras de hacia dónde vamos, creo que vamos a ganar tiempo suficiente para conseguir los resultados concretos. Pero si decimos una cosa, y al día siguiente hacemos otra, se nos va a ir de las manos.
¿Dónde te ves el 10 de diciembre?
-Sin dudas, en La Plata.