Otro peronismo bonaerense y su proyección nacional
Sectores y dirigentes del peronismo no alineados con el kirchnerismo caminan la provincia en la construcción de un nuevo espacio. Vínculos con gobernadores y el cordobecismo de Llaryora. “Irreconciliable no es nada” dicen cerca de Fernando Gray, impulsor del espacio, sobre una posible confluencia con el PJ. Pero también sentencian: “Máximo no nos representa”.
En medio de la brutal crisis económica que las políticas de Javier Milei y Luis Caputo desataron sobre una ya deplorable situación heredada del Frente de Todos, el peronismo atraviesa un proceso de recomposición tras la durísima derrota electoral del año pasado a nivel nacional. La velocidad y la profundidad del ajuste implementado por el Gobierno, la agresividad oficialista para avanzar en reformas estructurales como privatizaciones, la desregulación de la economía y la reducción a la mínima expresión posible del Estado, aceleran los tiempos para las fuerzas políticas opositoras que pretendan representar a la sociedad castigada por el ajuste y volver a ser una alternativa de poder.
Particularmente en la provincia de Buenos Aires, sectores y dirigentes que fueron alejándose del PJ en los últimos años, enfrentados con la conducción de Máximo Kirchner y La Cámpora, comienzan a acercarse entre sí con vistas a la conformación de un nuevo espacio desde el cual incidir en la renovación peronista en curso. Este jueves, algunos de los principales impulsores de esa iniciativa se reunieron y dejaron una foto que generó cierto revuelo en el mapa provincial.
Se trata de Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, Juan Zabaleta y el titular del gremio de peajes, Facundo Moyano. El encuentro se dio en el Centro de Monitoreo de la autopista Buenos Aires-La Plata, ubicado en el peaje de Hudson. La interconexión entre centros operativos de monitoreo para generar corredores seguros fue la excusa para dejar un mensaje político con la reunión: otro peronismo bonaerense se mueve en búsqueda de un espacio propio de cara a lo que se viene.
Zabaleta, Moyano y Gray comparten algo. Los tres mantienen fuertes críticas y diferencias con el kirchnerismo. Particularmente, Zabaleta perdió la interna en Hurlingham con el camporista Damián Selci, y Gray se vio desplazado de la conducción del PJ provincial por Máximo Kirchner en un proceso que generó fuertes polémicas y hoy se encuentra judicializado ante la Corte Suprema por parte del intendente.
En Esteban Echeverría entienden que existe “una cantidad importante de peronistas y no peronistas también que somos conscientes que este esquema no va más”. En ese sentido, Gray y su entorno están lanzados a la construcción de una nueva corriente en la que pretenden hacer confluir a sectores que no acuerdan con la actual conducción del PJ. “Abrir el peronismo, renovarlo, caras nuevas, propuestas nuevas y otros aires, no podemos ir a otra elección con las mismas caras y la misma gente diciendo lo mismo, así no le vamos a ganar a nadie” dicen cerca del intendente, y resaltan que “la gente y la militancia están ansiosos de que haya algo distinto”.
El jefe comunal de Esteban Echeverría combina por estos días su dedicación a los problemas del distrito con una agenda más amplia que le permita ganar espacio en la discusión política provincial y nacional. Equipos técnicos conformados por constitucionalistas, sectores universitarios de la UTN y profesionales de distintas ramas preparan iniciativas para enfrentar el proceso privatizador de Milei y Caputo sobre las empresas públicas. El Correo Argentino, el Banco Nación, AySA y Télam son algunas de las causas en las que el intendente ya se mueve, con especial atención en AySA por su vinculación al municipio, y Télam para la cual prepara una presentación judicial.
En ese proceso, desde el distrito afirman que mantienen diálogos con actores de múltiples sectores como el sindicalismo, intendentes y gobernadores. Allí resalta el vínculo de Gray con Martín Llaryora, el gobernador cordobés que viene siendo uno de los principales animadores de la discusión política nacional y se proyecta también como una de las cartas de renovación de un peronismo que hoy tiene a toda la estructura cordobesa por fuera.
Gray y Llaryora compartieron un encuentro en Córdoba hace dos semanas, del cual también participó el intendente de la capital provincial, Daniel Passerini, y que fue leído como un intento de desembarco del cordobecismo en la provincia de Buenos Aires para forzar una apertura del PJ. “Nos reunimos para intercambiar experiencias de gestión y proyectar una agenda conjunta. Con el gobernador nos une una visión de trabajo sobre cómo generar oportunidades para el desarrollo de las empresas nacionales” declaró Gray tras el encuentro, que incluyó también intercambios entre los equipos técnicos de ambos mandatarios en temas como la modernización del Estado, la economía del conocimiento y el medio ambiente.
“Los gobernadores están metidos todos en sus cuestiones provinciales, sus cuentas y las agendas de su provincia. El único que se asoma es Llaryora porque Córdoba está muy sólida económicamente, es una provincia bien administrada” deslizan desde Esteban Echeverría explicando el puente que los une al gobernador, en su disputa por darle un rumbo diferente al peronismo. Sin embargo, no se asumen como una pata bonaerense de una estrategia trazada en Córdoba: “nosotros estamos concentrados en nuestra provincia”.
Allí hay un vínculo cordial y de diálogo con el gobierno bonaerense, aunque también se mantienen diferencias políticas. “El gobernador va a presentar siete puntos propios al presidente y el tema más importante, que es la seguridad, no está. Preguntale a cualquier bonaerense qué es lo que más le preocupa hoy y te dice la situación económica y la inseguridad” ejemplifican. La cuestión de fondo, sin embargo, es la pertenencia de Axel Kicillof a una conducción encabezada por CFK. En el entorno de Gray no ven “de ninguna manera” la posibilidad de que el gobernador intente una construcción de algún grado de autonomía con respecto a la ex presidenta.
Pero el enfrentamiento más a fondo es con Máximo Kirchner y La Cámpora. Desde el municipio de la Tercera Sección electoral entienden que fueron ilegalmente desplazados de la titularidad del PJ provincial por el diputado de UP, y sostienen que desde entonces el partido quedó reducido a una caja de resonancia de la organización kirchnerista.
“Están aferrados al partido, no quieren soltar, no tienen legitimidad pero tampoco dan el brazo a torcer, entonces es un partido deslegitimado hoy por hoy” sostienen. Para graficarlo, van más a fondo con el picante: “si agarrás la foto de los que se juntaron en Cañuelas, ¿quiénes son? Casi todos empleados de Máximo. ¿Cuántos intendentes del peronismo hubo en esa foto? El 10% de los intendentes del peronismo en la provincia”.
En el entorno de Gray expresan que están lejos de ser los únicos que piensan en esa línea con respecto al partido provincial, pero que muchos dirigentes “en off dicen muchas cosas pero en on no dicen nada”. En ese sentido, la construcción del nuevo espacio que están encarando persigue una renovación del partido con “el formato que sea, por adentro, por afuera, por el costado, por donde sea”.
La pregunta que sobrevuela todo el espectro peronista a lo largo y ancho del país es si las distintas vertientes del justicialismo lograrán o no conformar una gran alianza para frenar a Milei y volver a pararse como una alternativa. Múltiples diálogos y de los más impensados se dan por estas horas entre referentes de todos los espacios, explorando las posibilidades para reconstituir un peronismo que se fue fragmentando con el tiempo y al que la experiencia fallida de UP también le dejó cicatrices recientes.
En ese sentido, cerca del intendente de Esteban Echeverría consideran que “irreconciliable no es nada”, dejando abierta la posibilidad a que estos movimientos incipientes en múltiples direcciones y en todo el territorio nacional puedan confluir en algún momento. Sin embargo, también son tajantes en aclarar que si algo así llegara a darse, tendría que ser con “cada uno en su proporción”.
“No decimos que hay que excluir a La Cámpora, pero La Cámpora no puede conducir al peronismo. A nosotros Máximo Kirchner no nos representa y no creemos que represente al peronismo en la provincia. Que ocupen el lugar que tenían con Néstor Kirchner, ¿qué les daba Néstor en las listas?” desafían.
Los movimientos subterráneos y no tanto continúan en un peronismo que busca reponerse lo antes posible del golpazo electoral del 2023 y pararse nuevamente como la alternativa al Gobierno nacional. En la provincia de Buenos Aires, corazón del peronismo a nivel nacional, cada sector va trazando su estrategia y sumando voluntades. Si terminará habiendo uno o varios peronismos es la pregunta cuya respuesta puede condicionar el futuro político bonaerense y de todo el país.