Bonaerenses por el mundo De La Plata a Ciudad del Cabo
Por Ricardo Mela de La Plata
De buena esperanza. Ciudad del Cabo es una ciudad especial, distinta y muy amplia.
Es una ciudad especial, porque tiene bellezas naturales de las más famosas del planeta, como Table Mountain, una meseta que se eleva a más de 1000 metros de altura y domina toda la ciudad. Tiene la playa, que, al pie de la montaña, se asoma en varios lugares de la ciudad. Tiene parques nacionales por todos lados, una zona vitivinícola que produce una variedad única y muy reconocida, el Pinotage, barrios pintorescos, gente muy servicial y una vida tan relajada o activa como uno quiera. La vista es majestuosa, y en los días de viento, que en verano son los más, las nubes se apoyan sobre ella haciendo de mantel...
Es una ciudad distinta porque es el resultado de una suma de culturas, religiones y vivencias, un centro de estudio de los mejores de África, una variedad de espectáculos, sabores, colores y aromas que parecen no tener fin; y al que nosotros como argentinos nos integramos con nuestro toque particular, aunque extrañemos el dulce de leche, las facturas y los buenos helados, y sobre todo, cenar y hacer sobremesa hasta tarde.
Es amplia no sólo en el sentido cultural, sino también en lo extenso, La Plata con su relativo orden y sus diagonales no tiene comparación con una ciudad de recovecos, callejones sin salida, una calle larguísima que da la vuelta a la montaña y se llama Main Road (calle principal). Donde el transporte público es bastante deficiente y escaso, donde si uno quiere doblar para cualquier lado, en la esquina alcanza con poner las luces mágicas (luces de giro, les decimos nosotros) y esperar a que haya un resquicio entre los autos... Y mandarse! Por suerte Uber acá funciona, y es la mejor manera de evitar a los taxistas que, acá también, "pasean" a los turistas.
Mi familia y yo vinimos a vivir hace unos meses y la experiencia ha sido bastante desafiante. El consejo más importante que tengo para dar es que tengan cuidado con la tarjeta de crédito y estén atentos a los consumos, porque en todos lados se cuecen habas& Y se clonan tarjetas.
Para recorrer y conocer, los imprescindibles son el funicular giratorio a Table Mountain, un paseo por el Waterfront, el "puerto viejo" con negocios, muchos lugares para comer bien, y una vista muy hermosa. Y hay muchos, muchos paseos para hacer. La playa de Muizenberg es la mejor, y del andén del tren se puede bajar a la arena. El jardín botánico de Kirstenbosch es un espectáculo, y todavía quedan muchas cosas más que hacer, desde visitar la isla donde Nelson Mandela estuvo encarcelado, hasta nadar con tiburones y la cata de vinos en la zona de Stellenbosch.
A nosotros nos confunden con alemanes, con portugueses y con brasileños, nos miran con sorpresa y asco el mate, nos reconocen a Messi y Maradona... Y creen que juego bien al fútbol. Como dice el himno local, Nkosi Sikelel i Afrika, "Que Dios bendiga a África".