Con un poco más de 300.000 habitantes, Karlsruhe es la segunda ciudad más grande del estado federado de Baden-Würtemberg, y conocida como la residencia del derecho, por ser cede del parlamento nacional. Lo primero que llama la atención es el palacio que antiguamente fue el lugar de residencia de Karl Wilhelm, que en junio de 1715 fundó la ciudad, y hoy se puede visitar como parte del complejo de museos disponibles.

El Straße Bahn (S-Bahn o tren sobre la calle) es el medio de transporte preferido por todos los que vivimos aquí, después de la bicicleta obvio, principalmente porque es muy fácil llegar a cualquier lugar gracias a la forma de abanico que tiene la ciudad. Vista desde el cielo, las calles irradian desde el castillo y se interconectan con semicírculos dándole a la ciudad esa forma "Fächer".

Die Karlsruhe Institut für Technologie (KIT) es la universidad de Karlsruhe. Es la principal fuente de trabajo en Karlsruhe y la principal razón por la que está lleno no solo de gente joven sino también de muchos extranjeros. Es por esto que la vida nocturna suele ser muy buena, ya que hay muchos cafés, bares y clubes nocturnos a los que se puede acudir con una gran variedad de música como la electrónica industrial, reggae o música latina. Debido al KIT y la gran cantidad de extranjeros y alemanes que vienen de muchas partes de Alemania, quien hable un poco de alemán no va a encontrar problemas de entender o hablar con cualquiera aquí ya que el dialecto alemán no es muy utilizado y el Hochdeutsch o Inglés son más comunes.

Tanto la ciudad como la universidad ofrecen una gran cantidad de actividades para poder hacer, por lo que integrarse a la vida en la ciudad y en la comunidad alemana no suele ser un problema serio. La gente es muy amable para quien hable el idioma con un mínimo conocimiento del mismo y para aquella que sólo hable inglés no se preocupe, siempre se hace el mayor esfuerzo para poder entender y ayudar lo mejor que se pueda.

Como estudiante del KIT y viviendo en esta ciudad, puedo decir que el ambiente que se respira es excelente no sólo por la gran cantidad de actividades que se organizan por parte del municipio y la universidad, sino también por la ubicación geográfica de la ciudad en Alemania, que hace que viajar no sea para nada difícil o caro. Por esto y por el gran ambiente de integración al extranjero que se respira en Karlsruhe, es que les recomiendo esta ciudad a quien quiera vivir en Alemania.