Cien días sin Facundo: cronología de una desaparición
Diagonales hace el repaso de una causa con muchos interrogantes, pocas certezas y una investigación con la mira puesta en la Policía Bonaerense
"Tengo que encontrar a mi hijo, mi corazón me dice que falta poco", dijo Cristina Castro cuando llegaba a un nuevo rastrillaje. Pasadas las ocho de la mañana, la mamá de Facundo arribó al kilómetro 780 de la ruta 3, muy cerca de Mayor Buratovich, para presenciar un nuevo operativo por la zona donde hace dos días la Policía Federal encontró una mochila semienterrada, ropa y restos óseos que parecían ser de algún animal.
Cien días se cumplieron desde la última vez que se supo de Facundo Astudillo Castro y aún no hay ninguna certeza sobre el paradero del joven de 22 años o sobre lo que puede haberle pasado. A partir del 13 de julio, las fuerzas nacionales llevan adelante rastrillajes a lo largo de la ruta nacional 3 en el partido de Villarino, entre las localidades de Pedro Luro y Teniente Origone. Desde entonces, Cristina participa como testigo de los operativos con la esperanza de encontrar algún indicio o información sobre su hijo.
"Mi corazón de mamá dice que mi hijo ya no está con vida”, había dicho la mujer hace algunos días en declaraciones a los medios de comunicación. “Esta gente (por la policía) ha cambiado los Falcon por las Hilux", aseguró en aquella oportunidad. Cristina está cansada, lo confiesa ella misma cada vez que habla con un periodista, pero no abandona la búsqueda.
Durante la jornada de hoy, la policía inspeccionó un predio donde existen canales de riego, lo que hizo necesaria la intervención de la Prefectura. Durante la pesquisa, los efectivos encontraron una campera azul talle M que no fue reconocida por la madre de Facundo, pero que de todas fue secuestrada para ser analizada.
Todos los elementos hallados durante estos últimos días, serán peritados por orden del fiscal Ulpiano Martínez. Por otro lado, después de cien días de la desaparición de Facundo, la División Tecnologías Aplicadas de la PFA finalmente pudo acceder a los mensajes de WhatsApp del celular del joven, los cuales serán analizados en las próximas horas.
Lo cierto es que hasta ahora, no hay ningún dato certero sobre lo que sucedió con Facundo el 30 de abril en los 171 kilómetros que separan a Pedro Luro -de donde salió el joven- de Bahía Blanca -su destino-.
Cronología de la causa por “desaparición forzada” de Facundo Astudillo Castro
30 de abril: Temprano a la mañana, Facundo salió de su casa en Pedro Luro para emprender un viaje a dedo hasta la localidad de Bahía Blanca, donde vive su ex novia. Quería hablar con ella y tratar de recomponer la relación. Había recorrido unos pocos kilómetros en la ruta 3 cuando una mujer lo llevó en su auto hasta el acceso de Mayor Buratovich. Allí, cerca de las 10 de la mañana fue demorado por dos policías, los agentes Gabriel Sosa y Jana Jennifer Curruhinca. Los efectivos lo identificaron y llamaron a su madre para constatar el domicilio del joven. Cristina Castro estaba trabajando y no sabía que su hijo había emprendido un viaje en plena cuarentena. Cuando se enteró cerca del mediodía, llamó a Facundo y discutieron por la decisión del joven de violar el aislamiento. Ambos estaban enojados y cortaron el teléfono. Esa fue la úlitma vez que Cristina habló con su hijo.
5 de junio: Al principio Cristina creía que su hijo había llegado a Bahía Blanca y no se comunicaba con ella porque le duraba el enojo. Sin embargo, después vio que su hijo no se conectaba al Whatsapp desde el 30 de abril y comenzó a preocuparse. Finalmente realizó la denuncia que se derivó a la UFI 20 de Bahía Blanca, donde el fiscal Rodolfo de Lucía abrió con una investigación por “averiguación de paradero”. Hasta entonces, la hipótesis era que el chico se había ido por voluntad propia.
15 de junio: El efectivo Alberto González aseguró ver a Facundo en el km 750 de la ruta 3. Según el policía, paró al joven y le sacó una foto a su registro de conducir para verificar la identidad. En este punto aparecen las primeras contradicciones, el hombre aseguró que Facundo siguió su camino pero en una de sus versiones dijo que el chico había continuado caminando y en otra oportunidad contó que se había subido a un auto.
19 de junio: Se realizó el primer rastrillaje en Mayor Buratovich. Cristina Castro se trasladó hasta esa localidad y cuando llegó se encontró con cinco patrulleros bloqueando el acceso al pueblo. En ese momento, apareció el testimonio de la policía Somara Ayelén Flores, quien dijo que había llevado a Facundo hasta Teniente Origone en su auto particular. A partir de ese relato, el operativo no se realizó en Buratovich como estaba determinado y los efectivos de la fuerza bonaerense se trasladaron a la localidad contigua.
27 de junio: Tres personas llamaron a la familia de Facundo para decirles que habían visto al joven el 30 de abril, pasadas las 15.30 cuando dos policías lo subían a un móvil a 5 kilómetros de la entrada de Mayor Buratovich. Además contaron que hacía días habían escuchado la noticia de que el chico estaba desaparecido y que habían llamado a la Comisaría de Pedro Luro para contar lo que habían visto, pero que el efectivo que los atendió les dijo que Castro había sido visto en Bahía Blanca y nunca fueron citados a declarar. Los tres testigos describieron haber visto a Facundo, con su mochila en la espalda, caminando contra un alambrado a la vera de la ruta 3, cuando dos policías se bajaron de un patrullero, lo frenaron y lo subieron al vehículo. A partir de ese momento, se produjo un vuelco en la causa y los abogados de Cristina presentaron una denuncia ante la Justicia Federal para que la causa se investigara como “desaparición forzada de personas” y se apartara a la policía bonaerense.
8 de julio: Comenzó a intervenir el Juzgado Federal N 2 de Bahía Blanca y las fuerzas federales secuestraron una camioneta policial, actas y celulares de cuatro policías de la dependencia policial de Mayor Buratovich.
12 de julio: La Justicia secuestró otra camioneta policial, en este caso, perteneciente a la comisaría de Teniente Origone.
13 de julio: El Ministerio de Seguridad bonaerense desafectó al subcomisario Pablo Reguillón de Mayor Buratovich, luego de que los abogados de la querella denunciaran amenazas por parte del funcionario policial. Ese mismo día, se intervinieron las comisarías de Buratovich, Teniente Origone y Ascasubi, y comenzaron los rastrillajes a lo largo de la ruta 3 en el partido de Villarino.
16 de julio: Apareció en la causa el testimonio de una testigo de identidad reservada que aseguraba haber llevado a Castro hasta Bahía Blanca. Sin embargo, la mujer no pudo identificar al joven que llevó como Facundo, dijo que era más alto y tampoco podía establecer con seguridad la fecha en que lo había trasladado.
17 de julio: Se realizó el peritaje de dos móviles policiales y el auto particular de la policía Siomara Ayelén Flores, donde se encontraron posibles rastros hemáticos.
24 de julio: Se sumó el perito de parte de pidió la familia de Castro, Marcos Herrero con su perro rastreador, Yatel. Participó del allanamiento a la subcomisaría de Mayor Buratovich y del peritaje de dos móviles policiales; en uno de ellos,perteneciente a la dependencia de Teniente Origone, el can advierte rastros odoríferos de Facundo Castro. Por su parte, la policía había negado que el joven haya estado en la sede policial de Origone o en cualquiera de sus móviles.
3 de agosto: En un allanamiento a la comisaría de Teniente Origone, Yatel señala un objeto que Cristina Castro reconoció como un amuleto de su hijo. Se trata de una cajita de madera, pintada como una sandía, con una vaquita de san antonio en su interior. El elemento había sido un regalo de la abuela de Facundo, le había dado uno a cada uno de los hermanos. El perro lo encontró en un depósito de basura en la parte trasera de la dependencia de la policía bonaerense.
5 de agosto: La madre de Facundo recibió el llamado de una mujer desde Mendoza, quien se describió como “vidente” y le dio una ubicación a 5 kilómetros de Buratovich donde rastrillar. De manera urgente, la Justicia dispuso un operativo en la zona de canales de riego y desagües que había señalado la “vidente”. Allí se encontró una mochila semienterrada, ropa y huesos, que todo indica pertenecen a algún animal. Sin embargo, Cristina señaló que uno de los objetos encontrados podría ser de su hijo.
7 de agosto: se volvieron a realizar rastrillajes en la zona de canales de riego, pero no hubo ningún resultado positivo. Por otro lado, la División Tecnologías Aplicadas de la PFA finalmente pudo acceder a los mensajes de WhatsApp del celular de Facundo, tras solicitar a la empresa de telefonía que emita una nueva tarjeta SIM con el número de Facundo. En las próximas horas, se analizarán los mensajes.
Cien días pasaron desde la última vez que vieron con vida a Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 oriundo de Pedro Luro. Hasta el día de la fecha, no se sabe nada sobre su paradero o qué le sucedió en esos 171 kilómetros que separan a Pedro Luro de Bahía Blanca, pero las pistas apuntan cada vez hacia la Policía Bonaerense.