Se realiza en Mar del Plata la 52° edición del Coloquio de IDEA. Más que en ocasiones anteriores, la reunión agrupa a lo más concentrado de la cúpula empresarial que actúa en la Argentina 900 participantes que pagaron inscripciones de entre 30.000 y 50.000 pesos cada uno. El evento, por primera vez desde el 2001, fue abierto por el presidente de la Nación. Además, varios funcionarios oficiales de primer nivel concurren a los paneles centrales de los tres días, compartiéndolos con empresarios estrellas y lo más granado de los economistas del establishment local.

Puentes hacia el futuro es el lema de este año. Repasando las mesas de discusión, el tema de debate es claro ¿cuál es el camino hacia el desarrollo y la modernización de la Agentina? Si nos guiamos por el discurso del presidente Macri, encontramos tres ejes. Por un lado repitió lo que viene insistiendo en otros foros ya hay compromisos de empresarios locales y extranjeros para invertir en la Argentina por un monto de 48.000 millones de dólares de acá a 2019. El segundo ítem fue volver a insistir en la necesidad de incrementar la competitividad argentina . Y el tercer andarivel es el anuncio de la convocatoria a la Mesa de la Producción y el Trabajo, la materialización del repetido adagio de tenemos que sentarnos a dialogar entre el capital y el trabajo .

El cuestionamiento global que hacemos al Coloquio de IDEA arranca de una pregunta básica ¿puede esta clase dirigente (denominando por economía de esfuerzo, de esa manera, a esa particular mezcla de cúpula empresarial, políticos y economistas del establishment) ofrecerse para liderar un modelo de desarrollo para la Argentina? ¿Acaso no fueron ellos mismos los principales responsables del retroceso de las últimas décadas? Siendo concretos ¿quién fugó los entre 220.000 y 400.000 millones de dólares que se encuentran en el exterior? ¿Quién emplea en negro al 40% de la fuerza de trabajo argentino? ¿Quiénes fueron los empresarios que no cumplieron con los requisitos de inversiones y calidad exigidos en los propios contratos de las privatizaciones desde los 90? Y podemos seguir ¿quiénes son los actores beneficiarios de las decenas de bicicletas financieras , compra-venta de bonos de deuda externa y un larguísimo etcétera?

Efectivamente, en los últimos 40 años la pobreza creció de un promedio de 5-10% al actual 33% de piso (que sumando lo estructural es mucho más). Nació y se desarrolló como bola de nieve el flagelo de la deuda externa. Vivimos hiperinflaciones y crisis como la de 2001. La clase trabajadora y los sectores populares sufrieron en carne propia las consecuencias. Los empresarios que actúan en la Argentina (tanto transnacionales como grupos económicos locales), por el contrario, crecieron, acumularon super-ganancias (por encima de la media internacional) y fugaron al exterior los excedentes, en vez de reinvertirlos en el país. La clase trabajadora argentina se terminó consolidando con una masa permanente de desocupados y salarios promedio por debajo de la línea de pobreza.

En los pasillos y mesas de IDEA se habla de la necesidad de modernizarse y de aumentar la productividad . Pero todas las recetas pasan, en última instancia, por reducir lo que denominan el costo laboral , flexibilizando, quitándoles derechos a los trabajadores, haciéndolos, en suma, más pobres. Esto es lo que se espera que las direcciones burocráticas de la CGT bendigan en la futura mesa de diálogo .

El gobierno y muchos de los empresarios presentes aseguran que la lluvia de inversiones (esa que se retrasa y aparece cada vez más etérea) permitirá construir un modelo de desarrollo a la australiana . Digámoslo con todas las letras un país exportador de materias primas agrícolas y mineras, con una clase trabajadora flexibilizada al extremo. Esto tiene un problema Australia tiene el doble de nuestros recursos y la mitad de la población. El desarrollo , la modernización y la competitividad que se discuten esta semana en IDEA no son un puente hacia el futuro , sino más bien un oscuro túnel hacia mayor explotación, miseria y marginación para los trabajadores argentinos