Emergencia Social una victoria de la unidad del campo popular
Columna de opinión por Patricia Cubría
Hasta hace un puñado de días, el proyecto de Ley de Emergencia Social, que había obtenido media sanción en el Senado con el apoyo de todos los bloques opositores, representaba para los voceros del gobierno nacional una jugada de un plan desestabilizador. Muchos funcionarios ningunearon la iniciativa e incluso dejaron trascender que el presidente Mauricio Macri la vetaría.
Creemos que el cambio de postura del Poder Ejecutivo para aceptar la primera paritaria de los trabajadores de la economía popular y luego llegar a un acuerdo por la Emergencia Social fue posible por la lucha y la movilización popular que generaron la legitimidad necesaria para imponer los reclamos de los trabajadores excluidos, de los nuevos descamisados de la Patria, en la agenda política nacional.
Sin la presión que significó la multitudinaria movilización del viernes 18 de Noviembre al Congreso, cuando confluyeron en unidad de clase los trabajadores de la economía popular, los movimientos sociales y la CGT, no hubiera sido posible esta conquista para los sectores más humildes. Además, este gobierno neoliberal ha reconocido en los hechos que su política económica generó el deterioro social que venimos denunciando en la calle desde principios de año.
Somos conscientes que este logro es una medida paliativa ante la urgencia de la situación en nuestras barriadas populares. No resuelve los problemas estructurales de hambre, pobreza y exclusión que viene sufriendo nuestro pueblo, pero estamos convencidos de que es un primer paso, en una coyuntura de retroceso, para seguir avanzando en la lucha por condiciones de vida dignas y justas para los más humildes.
Esta victoria parcial nos marca el camino para la tarea que tenemos por delante reconstruir el sujeto social y político que transforme la realidad en favor de la inclusión, la igualdad y la justicia.
Estamos convencidos de que no hay posibilidad de transformación sin la presencia de un bloque social que tenga la amplitud necesaria para doblegar la resistencia de los actuales ganadores del proyecto neoliberal las corporaciones económicas.
Sostenemos que esta Ley de Emergencia Social es el resultado de un proceso de unidad que nació al calor de las demandas populares en aquella marcha histórica de las organizaciones sociales (CTEP, Barrios de Pie y CC) desde San Cayetano hasta Plaza de Mayo. En el trayecto se fueron sumando otros actores políticos y sociales, como las dos CTA y la CGT, para lograr finalmente el acuerdo de todos los bloques opositores parlamentarios.
A través de esta experiencia concreta en favor de los reclamos de los más humildes, quedó demostrado que las diferencias de origen son secundarias y deben dejarse de lado, y lo prioritario es enfocarse en la unidad de acción para enfrentar las políticas de retroceso y ajuste.
La unidad de acción materializada en última movilización del 18 de noviembre es la que nos debe guiar para volver a construir esa mayoría necesaria para derrotar en las urnas a esta derecha conservadora. Desde nuestra organización política creemos que esa mayoría se debe nutrir de todos los sectores que se ven afectados por las políticas neoliberales del macrismo. Estamos dispuestos a transitar el camino y la articulación con todos aquellos que se opongan a este modelo de capitalismo salvaje, para conformar una mayoría real y representativa de todo el campo popular.
Nuestra propuesta se banca en la calle y en los barrios y no en la búsqueda anticipada de candidatos, ni en mediatizar las polémicas o contradicciones secundarias que debemos resolver hacia el interior del Movimiento Nacional.
Es a través de la construcción de poder popular que llegaremos a esa sociedad más justa, sin compatriotas sumergidos en la pobreza y la exclusión, que tanto anhelamos. La reconstrucción recién comienza.