La elección del domingo tuvo muchísima tensión e incertidumbre. Así se vivió en el estadio de Arsenal, en el gimnasio a metros de la cancha, en Sarandí. Cuando se conocieron los primeros resultados, la diferencia entre Cristina Kirchner y Esteban Bullrich era muy grande a favor de Cambiemos; habló el presidente en el bunker de Costa Salguero, pero después que terminó la conferencia, los números empezaron a darse vuelta.

En todo momento, en el bunker de Unidad Ciudadana había tranquilidad, no había pesimismo ni euforia, pero cuando pasaban las horas y ya eran cerca de las diez de la noche, nos dijeron a los periodistas que estábamos cubriendo las elecciones que en el lugar donde se encontraba Cristina junto a su hijo y los precandidatos a diputados, había felicidad y expectativa.

Estas dos palabras nos llamaron la atención porque todos empezamos  a hacer un análisis y pensábamos, que seguramente la ex Presidenta estaba recibiendo los números de la tercera sección electoral. Y lentamente, minuto a minuto, veíamos con muchísima incertidumbre y nerviosismo, cómo se iba achicando la diferencia, hasta que bajó Leopoldo Moreau e hizo una denuncia hacia el Ministerio del Interior, hacia el Correo, porque habían dejado de contabilizar los votos o lo estaban haciendo de manera muy lenta.

Pasaban las horas, ya casi de madrugada y todavía no se sabía el resultado. El círculo íntimo de Unidad Ciudadana señalaba que Cristina iba a dar vuelta la elección, que ella estaba recibiendo de parte de los jefes comunales los números de La Matanza, por lo menos de José C Paz y de Moreno.

Hacía muchísimos años que no se daba un escenario de paridad y ese escenario de tanta tensión en un bunker de campaña, me refiero a lo que pasaba en Sarandí. Estaban los militantes, los fiscales que habían trabajado en las mesas de Avellaneda bailando, cantando y pidiendo por Cristina para que aparezca. Afuera había gente que quería ingresar.

Hasta que en algún momento la diferencia era por 0.01 y desde el bunker insistían que Cristina tenía más votos a favor por los números que iban llegando de la tercer sección electoral, hasta que en un momento, ya todos cansados, con fuerza nos dicen: “Va a hablar Cristina” e inmediatamente las cámaras enfocaron el escenario y nos apostamos hasta que empezaron a subir todos los ciudadanos que participaron de la campaña de Cristina. Su campaña se basó en no hablar tanto de ella y que los ciudadanos muestren sus problemas a causa de las medidas económicas del gobierno.

Subieron los ciudadanos y algunos precandidatos que acompañan a Cristina, hasta que lo hizo ella y habló al público presente como sabe hacerlo.

*Periodista. Twitter: @salonia_adrian