El fallo de los jueces Germán Castelli y Daniel Alejandro Esmoris, del Tribunal Oral y Federal N°1 de La Plata, otorgó el beneficio al represor Miguel Etchecolatz, que también es el principal sospechoso de la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López.

Amparados en la edad del condenado y "motivos humanitarios", los jueces le concedieron la prisión domiciliaria, sentando un precedente que podrían aprovechar otros genocidas presos que cuentan con la misma edad. Lamentablemente sabemos que con la composición del Tribunal Oral Nº1 se abre la puerta para que la mayoría de los imputados en la jurisdicción de La Plata tenga el mismo destino , declaró Guadalupe Godoy, abogada de la familia de Julio López.

Durante esta misma semana, el juez federal platense, Enrique Kreplac ya había rechazado brindar la opción de prisión domiciliaria para el ex jefe de la Policía Bonaerense, aunque dispuso su traslado a un hospital fuera de la unidad penitenciaria, basado en un informe médico que dictaminaba que Etchecolatz  cursa un cuadro de deterioro físico importante dada la huelga de hambre que está realizando, lo que motiva la necesidad de su internación fuera de la cárcel para su mejor control clínico y de laboratorio .

 Sin embargo, la negativa de Kreplac a otorgarle el beneficio de la domiciliaria estuvo fundado en el mismo informe médico, que marcaba que  el deterioro de su estado de salud general deriva de su decisión voluntaria y libre de someterse a una medida de fuerza consistente en la negativa a ingerir alimentos y recibir medicación .

Guadalupe Godoy aeguró que apelarían la resolución, pero se lamentó de que de todas maneras "el resultado final va a terminar siendo el otorgamiento definitivo de la prisión domiciliaria", y apuntó contra el Gobierno al asegurar que esta decisión "se enmarca en lo que en estos meses hemos tenido en materia de los juicios" y en la conducta adoptada desde el Gobierno de Mauricio Macri respecto a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.