Tanto el paro docente como el de jugadores de fútbol se mantienen en la agenda nacional como los temas más relevantes de estos últimos días. Idas y vueltas, amenazas, aprietes y, sobretodo incertidumbre mantienen a los conflictos en el centro de la escena pública. En ambos casos, se improvisan "reemplazantes" para los que realizan medidas de fuerza la gestión de María Eugenia Vidal convocó a los voluntarios que se ofrecieron vía Twitter para dar apoyo frente al paro de los maestros y algunos dirigentes del fútbol argentino avisaron que se presentarían a jugar con juveniles.

El conflicto entre los docentes y el gobierno parece estar cada vez más podrido. Tras una serie de propuestas en Provincia, los representantes gremiales no aceptaron ninguna, calificaron a dichos ofrecimientos como "vergonzosos" y ratificaron medidas de fuerza para el lunes y martes. Aquí las diferencias en cuanto a los números son inmensas y parece lejana la posibilidad de un arreglo.

Vidal convocó a los cerca de 60 mil voluntarios, como algunos dirigentes que sostienen que, para evitar sanciones por parte de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), presentarán juveniles en los partidos, algo que los jugadores tildaron de "vergonzoso", al igual que los maestros.

El fútbol no comenzará en tiempo y forma, al igual que las clases. Tras la confirmación de no presentarse a jugar este fin de semana hasta tanto y cuanto no se cumpla con los sueldos adeudados en algunos clubes- hasta cuatro meses de sueldo en ciertas instituciones-, no se reanudará el deporte que apasiona a tantos argentinos.

Uno de los dirigentes del fútbol de Primera División que más énfasis hizo respecto a que presentará juveniles es el presidente de Lanús, Nicolás Russo. El titular del club del sur señaló que "yo no aprieto a nadie. Soy presidente de Lanús, no quiero perder los puntos. Si no juegan los profesionales, jugarán los juveniles. Todos los clubes tienen juveniles. Quédense tranquilos, once jugadores vamos a tener".

En ambos conflictos los ministerios de Trabajo de Nación y Provincia dictaron la conciliación obligatoria y tanto los futbolistas como los docentes se muestran reacios a cumplirla.

Resta sólo esperar cómo se desarrollan los desenlaces de ambos conflictos. Por ahora, la situación se presenta compleja.