El real sentido de la paridad de género
Columna de opinión por Fernando "Chino" Navarro
El proyecto de paridad de género, que apoyé, debería operar como un llamado para toda la clase política, hombres y mujeres, mujeres y hombres, en el sentido de que si pudimos alcanzar sobre este proyecto que hoy estamos tratando, es preocupante que ni siquiera nos animemos a tratar otros proyectos que tienen que ver con la política, como es la financiación de los partidos políticos y su rol.
En el Congreso Nacional mientras tanto, también se está tratando un proyecto similar, y la moneda de cambio en la búsqueda de acuerdos legislativos es la boleta electrónica, un sistema que en aquellos países que generalmente se los toma como modelos, está absolutamente objetado, algo que no deberíamos desconocer. En lo que todos coinciden, no obstante, es en que es un gran negocio económico dado que en una negociación entre distinta fuerzas políticas, para lograr que se apruebe la reforma vinculada a la igualdad de género se le dio un gran empujón a la boleta electrónica.
Pero además, es un llamado de atención para quienes hacemos política, hombres y mujeres, mujeres y hombres, porque si desde lo masculino o lo femenino no podemos garantizar que haya representación para el conjunto del pueblo, sin quererlo iremos construyendo una aristocracia política, una aristocracia partidaria, dado que si no llegan a los espacios de representación los representantes de los trabajadores organizados y los de la economía informal, estaremos ante el fenómeno peculiar de ver una representación política desacoplada de los intereses reales de los sectores populares, que son lo sabemos- la víctima preferencial de las políticas neoliberales.
Si pudimos hacer acuerdos como el de la paridad de género para la integración de las listas electivas y se vislumbran acuerdos similares en el Congreso Nacional ¿Por qué siendo mayoría la oposición, respecto de un gobierno que desde el 10 de diciembre ha desarrollado una política de ajuste y empobrecimiento, no pudimos construir consensos para decirle No al tarifazo y tuvimos que esperar que fuera la Corte la que frenara una medida que afecta a millones de argentinos?
Y al pensar en la paridad de género no olvido que estamos en una nación donde la mujer siempre tuvo un rol preponderante -por supuesto que en una situación minoritaria, en una correlación de fuerzas desigual- uno puede nombrar a Juana Azurduy y un montón de mujeres patriotas, pero la historia está escrita por hombres& Uno puede nombrar desde Alicia Moreau de Justo a la diputada radical Florentina Gómez Miranda, por supuesto a la eterna Evita y a quien fue presidenta durante los últimos ocho años, Cristina Fernández de Kirchner. Y también reconocer que, aún, con grandes disidencias y diferencias, la provincia de Buenos Aires por primera vez votó una gobernadora mujer como la señora María Eugenia Vidal.
Creemos, finalmente, que la igualdad de género, la igualdad y equidad entre hombres y mujeres se construye en la calle, se construye en el conflicto, se construye en la tensión. Y se construye también denunciando que Macri ha transferido alrededor de 25 mil millones de dólares a los sectores más acomodados y que sus políticas sólo presagian empobrecimiento para los sectores populares. Por eso invito a todos los que somos oposición, que pensamos en una Argentina justa, que pensamos en una Argentina sin pobreza, que pensamos en una Argentina sin desocupación y con salarios dignos a que construyamos la unidad, en la calle, en los conflictos, con los humildes, con los que hoy persigue la Policía en forma descarada e ilegal, con los despedidos, con los pequeños y medianos comerciantes, pequeños y medianos productores que ven cómo tambalean sus emprendimientos o directamente han cerrado, con los que han perdido su trabajo, con los que salen día a día a buscar un plato de comida para poner en la mesa. Ahí se construye la unidad para beneficiar al pueblo, para frenar el ajuste y frenar el empobrecimiento.
Entonces sí, este tipo de leyes tendrá un real sentido, porque habrá una unidad integral en la sociedad y no solamente en la clase política