El mundo productivo atraviesa un momento crítico en el país. El último dato del indicador de actividad económica del Indec marcó una caída interanual del 8,4% en marzo, y sin importar que sector se mire, la recesión avanza tanto en la producción como en el consumo de los argentinos. En ese contexto, Diagonales conversó con Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino, un grupo de industriales que viene denunciando el impacto de las políticas del Gobierno nacional sobre el entramado productivo argentino, con especial énfasis en las pequeñas y medianas empresas.

Bilanski producía hasta diciembre camisas de vestir para hombres. Junto a su socio, tenían un taller donde trabajaban 5 personas produciendo para terceros. Tras la victoria de Milei, el empresario pyme se corrió del negocio presagiando el difícil contexto que hoy es una realidad. “Decidí no seguir y no invertir más porque las condiciones no eran prósperas”, le cuenta a Diagonales y agrega: “hay 500.000 empresarios empleadores que están todos los días enfrentándose a estas decisiones”. Hoy se sostiene con algo del stock que le quedó del año pasado, mientras discute activamente el rumbo económico del país, por ejemplo, visitando el Congreso para intentar frenar el avance de la Ley Bases, que considera un posible punto de inflexión para el país.

¿Cómo estás viendo la situación económica?

- Estamos en una recesión que provocó el ministro de Economía Luis Caputo, que arranca con el freno a la obra pública en diciembre que impactó en la construcción, siguió con la devaluación y se frenó la industria. Nosotros relevamos unas 500 empresas en 20 provincias y en el primer trimestre del año el 53% de esas empresas tuvo caídas en el ventas del 10% medido en unidades. El sector de servicios, que tuvo un buen último trimestre el año pasado, ahora sobrevivió al primero pero perdió una porción significativa de las ventas. Lo que estamos planteando es que antes de ver una caída significativa de la inflación, para llegar al 2% o el 3% mensual, lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes. 

“ANTES DE VER UNA CAÍDA SIGNIFICATIVA DE LA INFLACIÓN, LO QUE VAMOS A VER SON DESPIDOS MASIVOS Y CIERRE DE PYMES”. 

Los datos oscilan en relación a los despidos, pero los bancos informaron que cerraron 275.000 cuentas sueldo. Cuando la política gobierna mal, lo que ponen en juego son nuestras empresas, no las suyas. Aerolíneas no cierra, YPF no cierra, las empresas con participación del Estado no cierran, cierran las pymes. El 85% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores, dependen de lo que venden. Y una empresa que depende de lo que vende no soporta una recesión de más de 2 o 3 meses.

“Antes de una inflación del 2% lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes”

¿Creés que es sostenible la desaceleración inflacionaria de los últimos meses?

- Lo que aprendimos del macrismo es que el tarifazo es inflacionario. Entonces, hablar de baja de la inflación y después ajustar tarifas de todos los precios regulados es una contradicción. Son precios que vienen asociados con impuestos, entonces te cobran el incremento en la tarifa más el impuesto asociado. No se condice la lógica política que promueven con lo que están haciendo, que es darle beneficios a los sectores regulados en contra de los sectores competitivos que abrimos todos los días al mercado con la mejor oferta de productos y servicios. 

“LO QUE APRENDIMOS DEL MACRISMO ES QUE EL TARIFAZO ES INFLACIONARIO”.

Y lo hacen con la lapicera del Estado, son libertarios pero ellos fijan los precios del gas, la luz, el agua, los combustibles. Nosotros somos los que competimos con los precios porque si no nadie nos compra. Hoy están beneficiando a los sectores monopólicos, oligopólicos y cartelizados.

¿Está habiendo migraciones de empresas productivas hacia la importación?

- Sí, por supuesto. Hay tours de pymes a China. Igualmente la importación y su deuda no está normalizada, ni las importaciones nuevas, entonces la caída de las ventas hace que todos estén consumiendo los stocks que acumularon el año pasado. Se están preparando pero no hay una decisión masiva de importar. En definitiva, es un ciclo destructivo, porque las empresas industriales que hacen un mix con importación van a tratar de ir a una guerra con otros que producen, pero después también los va a afectar la caída de la demanda. Es una sábana corta importar ante una recesión.

“ES UN CICLO DESTRUCTIVO”. 

¿Y puede haber una recuperación económica como la que plantea el Gobierno?

- No veo ningún escenario de recuperación económica, no hay ninguna medida que estén tomando para eso. La inflación es la única variable que en términos generales está mirando Caputo, sí hay una baja de la tasa de interés y eso es algo positivo, pero los bancos tampoco están prestando al que no tiene ventas. 

“NO VEO NINGÚN ESCENARIO DE RECUPERACIÓN ECONÓMICA”. 

A diferencia del pasado, ahora te miran el cash flow en el corto plazo, si no estás vendiendo no te dan crédito, a pesar que tengas garantías. Entonces las empresas están rolleando créditos que tomaron el año pasado a 160% para cambiarlo por otro al 40%. Es un artilugio administrativo y financiero que sí está funcionando, y es relativamente positivo porque volvemos a tasas más razonables, pero eso no es una reactivación.

“Antes de una inflación del 2% lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes”

¿Están invirtiendo los empresarios?

- No, para nada, está todo parado. Lo que está funcionando es la bicicleta financiera, la timba, los bancos tuvieron el mejor primer trimestre desde hace 10 años. Otro sector regulado que le está yendo muy bien, a contramano de los sectores productivos y competitivos.

“LO QUE ESTÁ FUNCIONANDO ES LA BICICLETA FINANCIERA”. 

¿Cómo es el día a día de una pyme en este contexto?

- Las pymes hoy tienen dos frentes. Uno interno, que es reducir todos los costos posibles, cortan gastos, reducen personal, reducen horas extra, achican todos los gastos para minimizar el costo total de la empresa. Y después, por el lado de las ventas se trata de hacer promociones, innovar en alguna estrategia para por lo menos sostener el equilibrio. El que no llega a ese punto tiene que meter la mano en el bolsillo y fondear la empresa con fondos propios, que es un problemón, porque no tenés un escenario de previsibilidad sobre cuándo y cómo se puede reactivar. 

“EL 70% DE LAS PYMES VIVEN DE LA DEMANDA DEL MERCADO INTERNO Y EL CONSUMO ESTÁ POR EL PISO”. 

No escuchás a Caputo decir “en agosto o septiembre vamos a tomar tal medida de reactivación”. Ya ese verso del segundo semestre, que fue Caputo el que lo puso en la época de Macri, fracasó. Entonces hay una fuerte incertidumbre entre el empresariado sobre hasta cuándo hay que poner plata. El que estaba endeudado el año pasado con un crédito a tasa alta, en lugar de salir a vender va al banco, pide un crédito con una tasa más accesible y achica costos. Están sobreviviendo, porque el 70% de las PyMEs viven de la demanda del mercado interno y el consumo está por el piso.

¿Cuánto se desplomó la demanda interna?

- La industria pyme está funcionando a un 50% de la capacidad instalada, cuando debería estar en un piso del 65%. Es un dato similar a la pandemia. Los comercios están con caídas del 10% en unidades en el 53% de las empresas, más de la mitad de empresas con caídas en las ventas. Todos los sectores medidos por el Indec de las pequeñas y medianas empresas cayeron. Eso te da una pauta de cómo está el mercado interno.

“Antes de una inflación del 2% lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes”

Y en ese contexto, ¿hay empresas fundiéndose?

- No sé si fundirse es la palabra, pero sí muchos en la reflexión de “pago todo ahora y cierro, y cuando se reactive el mercado veo que hago, porque si sigo con esta agonía después no sé si voy a poder pagar las indemnizaciones”. Es saber el punto en el que tenés que parar, porque si seguís sí que te fundís. A diferencia del 2001, los empresarios no están endeudados en términos de crisis, son más conscientes de su nivel de exposición y cuando no le dan los números toman medidas inmediatamente. De hecho la industria paró la máquina antes de que suba Milei, cuando ganó las elecciones. Porque ya se sabía que iba a haber un cambio económico que no iba a tender a la producción industrial, y había un resto porque el año pasado hubo problemas de precios pero no de actividad.

¿Cómo se vive como empresario la situación de tener que despedir trabajadores?

- El 85% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores. Si yo te pongo a esos trabajadores juntos con el empresario vos no lo identificás del resto. Se conocen los nombres, las familias, los cumpleaños. Es una mierda tener que echar a alguien, y eso también te forma negativamente el carácter como empresario, porque las crisis te las tenés que morfar vos. 

“ES UNA MIERDA TENER QUE ECHAR A ALGUIEN, Y ESO TAMBIÉN TE FORMA NEGATIVAMENTE EL CARÁCTER COMO EMPRESARIO, PORQUE LAS CRISIS TE LAS TENÉS QUE MORFAR VOS”.

No estás capacitado, te comés las crisis, ¿qué puede salir emocionalmente de eso? Sólo cosas malas. Y Argentina está entrenada en construir estas recesiones recurrentemente, entonces también se va generando esa cultura empresarial que no es constructiva. Porque lo tipos saben que tienen que hacer esa mierda para sobrevivir. Aprendemos a prueba y error, y en una recesión mayoritariamente hay errores, esos shocks emocionales los absorbemos los empresarios también. No es una tarea fácil ser empresario en Argentina, y en la medida en que la sociedad no lo reconozca tenemos un problemón, porque se valoran las marcas y no las personas. Se valora a Coca Cola pero nadie sabe quién es el industrial que da 50 puestos de trabajo.

¿Hay un plan económico por parte del Gobierno o son todas decisiones sobre la marcha?

-No, no lo tienen. Sólo están buscando un inversor para dolarizar, o el esquema que le encuentren a eso. Necesitan 20 o 25 mil millones de dólares, que en el mundo es un vuelto, sobre todo para un país con los recursos y el potencial que tiene Argentina. En rigor el plan Caputo debería dar resultados cuando los precios bajen, y yo eso no lo vi nunca desde que tengo memoria empresarial.

“Antes de una inflación del 2% lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes”

¿Cómo juegan la Ley Bases y el RIGI en ese tablero?

-Ese el problema por el que no consiguen inversores todavía, porque no pueden garantizar un marco legal mínimo que haga que no se vayan a revertir las condiciones que hoy están generando a la fuerza.

¿Va a salir la Ley?

- Estuvimos dos veces en las últimas semanas en el Senado. Hay senadores dialoguistas que se están dando vuelta por bolsos y favores, negocios. El bloque de UP está firme. El que va a determinar si avanza o no la medida es Lousteau, que está dialogando mucho. Hoy veo un escenario de 60-40 para que salga, pero la otra vez era 70-30 a que salía y se cayó. Las firmas de los dictámenes en mayoría son en disidencia, lo cual habla de que los acuerdos no están cerrados. La diferencia ahora es que hay un jefe de gabinete político, antes había uno corporativo. Nuestro planteo es rechazarla por completo, así como en Diputados con el DNU, que todavía es un escándalo que se siga sosteniendo.

¿Cómo lo ven la reforma laboral desde el mundo pyme?

-La UIA es la que la levanta, y es lógico que un abogado  laboralista (Funes de Rioja) que está al frente de una entidad industrial diga que está de acuerdo con esta reforma laboral. Pero la Ley Bases perjudica a toda la industria, esto es un consenso entre los industriales. La reforma laboral es un tema en el que hay que plantear primero un objetivo antes que el camino para ir hacia ahí, y acá no está claro cuál es el objetivo. La Ley Bases propone modificar las reglas del mercado interno, y la reforma laboral permite descargar los costos de los perdedores de ese proceso sobre los trabajadores, le van a hacer pagar el costo de la transformación al empleado, en una situación laboral que ya es crítica. Es un círculo destructivo, como a finales de los 90.

¿Por qué en Argentina no hay un empresariado nacionalista?

-Sí lo hay, pero es una minoría. Cuando se intentó construir esa burguesía nacional vino la dictadura y los mató a todos, porque ellos juegan por toda la cancha, cuando no pueden por la competencia capitalista te mandan a matar. Así fue como se consolidaron muchas posiciones dominantes de mercado y negocios en la Argentina, primero a partir de la dictadura y después con el neoliberalismo de Menem y las privatizaciones de sectores estratégicos, todas con arreglos con la justicia, ninguna compitiendo. 

“CUANDO SE INTENTÓ CONSTRUIR UNA BURGUESÍA NACIONAL VINO LA DICTADURA Y LOS MATÓ A TODOS”. 

Lo que quedó de eso es lo que estamos reconstruyendo. Por otro lado, el gobierno de CFK no colaboró en la construcción de un empresariado nacional fortalecido. El empresariado nacional que existe es autoconstruido, auto convocado, no fue organizado por ningún sector político. El problema son los dirigentes, que nunca pagaron una quincena, y entonces ponen a cualquiera al frente de un ministerio que no sabe qué hacer más que repartir la plata del Estado. Durante el gobierno del FdT se repartieron entre 350 mil y 500 mil millones de pesos, ¿dónde están hoy esos empresarios que se beneficiaron? ¿Los ves en algún lado agradeciendo? Hoy muchos siguen pagando tasas del 19% de inversión productiva que dio el gobierno anterior durante la pandemia, les regalaron la plata.

“Antes de una inflación del 2% lo que vamos a ver son despidos masivos y cierre de pymes”

¿Y por qué no existe esa conciencia sobre eso en el empresariado y prima tanto el anti peronismo?

-Justamente porque vos no construís conciencia cuando regalás la plata sin contraprestación. Y encima a cualquiera, cuando en realidad habría que formar en todas estas cuestiones que parecen de sentido común, como defender los procesos que generan mejores oportunidades para las empresas. Argentina no tiene un modelo de desarrollo empresarial, y tiene una dirigencia incapacitada para conducir una reforma de la visión política de lo que necesitamos a nivel productivo. Los economistas que tenemos son un desastre, viven haciendo diagnósticos y no pueden explicar cómo terminamos con un 350% de inflación, y me consta que cuando están al frente de la Secretaría de Comercio o el Ministerio les tiembla la mano para firmar algo en favor del pueblo y en contra de las corporaciones. Es difícil que las cosas cambien si los muchachos que ponés son blanditos con el poder o les gusta comer con empresarios con avión privado.

¿Cómo ves lo que viene hacia adelante?

- Muy difícil porque faltan liderazgos en la oposición, entonces está cada uno a la buena de Dios. Por suerte este Gobierno no tiene detrás un partido o un movimiento sino que es un rejunte de cosas, y al no tener plan va pegando manotazos de ahogado que algunos le salen y otros no. Si fuera realmente un movimiento sería una aplanadora, nos pasa por arriba a toda la Argentina. 

“FALTAN LIDERAZGOS EN LA OPOSICIÓN, ENTONCES ESTÁ CADA UNO A LA BUENA DE DIOS”. 

Pero si sale la Ley Bases , ellos se pueden ordenar y llegan al 2025 con posibilidad de ganar la elección y tener una mayoría en las Cámaras, vamos a estar en una situación muy parecida a los 90. Y está el tema de la dolarización, que si avanza sería algo muy difícil o casi imposible de revertir. Y Milei está haciendo bien la tarea, está buscando un inversor, va todos los meses a EEUU. No le importa lo que pasa acá adentro, si son problemas domésticos que Caputo los lleva haciéndoles ganar guita a las financieras y tratando de bajar la inflación. Por ahora los números les dan y el tema es conseguir el inversor para dolarizar.

Algunos sectores productivos ya hablan de un industricidio, ¿compartís esa mirada?

- Sin dudas. Con la Ley Bases puede haber una destrucción de 50.000 pymes. Si es exitosa habrá reconstrucción de algunas de esas empresas en otros sectores, pero no en los que están hoy, entonces el dolor se va a sentir igual. Y en el peor de los casos se van a morir esas 50.000 pymes y no se va a recuperar ninguna. Es válido que Milei como presidente electo plantee un modelo de país distinto, lo que también es válido es la discusión de cómo queremos ir hacia ahí mitigando la mayor cantidad de daño posible, y eso debería discutirse a fondo en el Congreso, no avanzar a decretazo puro.