Argentina sin Ministerio del Interior, pero con más cargos jerárquicos y súper poderes para Francos
Con el ascenso a la Jefatura de Gabinete concentrará los DNI, pasaportes, deportes, turismo y la organización de las elecciones, entre otras funciones. Se pasará de 8 a 7 ministerios, pero se nombrarán 2 vicejefes de gabinete con rango y jerarquía de ministros. “Milei cumple su promesa y nos lleva, literalmente, 170 años al pasado”, denunciaron desde ATE Capital.
El Gobierno nacional atraviesa momentos turbulentos e intenta reacomodar su estructura, golpeada por escándalos internos de ineficacia y corrupción. En esa línea, tras la polémica salida de Nicolás Posse, el ¿ex? mejor amigo de Milei, de la jefatura de gabinete, Guillermo Francos tuvo un vertiginoso ascenso con el que pasó a concentrar buena parte de las decisiones políticas y administrativas centrales del Estado. Ese movimiento de piezas implicó, sin embargo, una ampliación de los cargos jerárquicos en el gabinete y la eliminación del Ministerio del Interior por primera vez desde que fue creado en 1854.
El decreto 484/2024 oficializó el cambio de posición de Francos subsumiendo Interior dentro de la jefatura de gabinete. “El Ministerio del Interior existe desde que Argentina es un país. Fue creado en 1854, con su cierre Milei cumple su promesa y nos lleva, literalmente, 170 años al pasado”, denunciaron desde ATE Capital en relación al cierre de la cartera responsable de la articulación entre la administración central y las provincias.
En el relato oficialista, este movimiento aparece como una reducción más de la estructura estatal, pasando de los 8 ministerios que había a 7. Sin embargo, lo cierto es que en el traspaso se nombrarán dos vicejefes de gabinete, uno Ejecutivo y otro del Interior. Estos cargos tendrán rango y jerarquía de ministros, por lo que en los hechos el gabinete pasará a tener un sueldo más que antes de ministro, sin contar posibles ampliaciones de la estructura que se den hacia adelante.
Por otro lado, el efecto político inmediato es una concentración de poderes en manos de Guillermo Francos, el más político de todos los ministros de Milei y a quien el presidente le encomendó reparar todas las fracturas que él mismo se encarga de producir con su beligerancia contra todos los sectores y actores del sistema que no se subsumen a sus designios.
Entre otras cosas, Francos controlará los DNI, pasaportes, migraciones, parques nacionales, y será el representante directo del Ejecutivo ante los demás poderes del Estado y las provincias. “Un superministerio, casi un presidente”, expresaron al respecto desde ATE Capital, poniendo el dedo en la llaga sobre un tema en el que el propio Francos expresó que Milei “no entiende” la política argentina.
Otro aspecto que resaltaron desde ATE es que el Ministerio del Interior era el responsable de organizar las elecciones junto a la Cámara Electoral. “Este avance sobre el organismo, junto con el desguace del correo argentino, por en serias dudas la organización de las próximas elecciones”, dispararon desde ATE, y agregaron: “El Ministerio del Interior es el responsable de garantizar el derecho a la identidad, el federalismo y la soberanía. Atacarlo es atacar la esencia misma del Estado y del país”.
Cabe recordar aquí que Guillermo Francos es quizás el mayor exponente de lo que Milei catalogó como "la casta política". Con una extensa trayectoria en la función pública, el actual superministro fue concejal de la Capital Federal entre 1985 y 1993, diputado nacional entre 1997 y 2000 y presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires durante el primer mandato de Daniel Scioli en la PBA. Además, entre el 10 de diciembre del 2019 y el 25 de septiembre del 2023 se desempeñó como representante de la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo, respondiendo a la presidencia de Alberto Fernández.
De larga tradición en el peronismo, hoy Francos aparece como una pieza determinante en el esquema libertario que, cada vez más, parece recurrir a la casta para resolver la política y la gestión que el presidente no entiende o no le interesa. Más poder para la casta y menos federalismo es el saldo de la jugada defensiva de Milei, en el momento más crítico desde su asunción el 10 de diciembre pasado.