Cerca de las 8 de la mañana de este jueves, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo juraba y perjuraba en una entrevista radial que el Gobierno cerraría un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) “este año” y que el programa podría incluir “fondos frescos” para la Argentina. Un rato después, desde Washington, el propio organismo que conduce Kristalina Georgieva lo desmentía sin evasivas: “Entablaremos conversaciones cuando se solicite formalmente. No hay un cronograma específico para esas discusiones”.

Así fue que el titular de Hacienda quedó, evidentemente, en offside – no solo por sus adulaciones a la entidad crediticia norteamericana, con la que aseguró tener una “muy buena” y “buenísima” relación, sino en primer lugar por sus terminantes afirmaciones a favor de un eventual entendimiento con el Fondo que le garantice un ingreso de dólares extra a la Argentina. Tampoco le ayudaron los fuertes términos que escogió para sus declaraciones: “Seguro habrá un acuerdo este año, y podría significar fondos frescos”.

“La relación con el Fondo es buenísima. El programa monetario que anunciamos ese famoso viernes, el Fondo lo recibió con beneplácito cuando se lo contamos y lo avaló en 48 horas, que debe ser récord en la historia del organismo, no debe estar ni cerca de haber hecho una cosa parecida. La relación es muy buena. Estamos empezando a hablar del nuevo acuerdo, seguro estará para este año, y podría significar fondos frescos”, festejó un estridente Caputo en diálogo con Radio Mitre. Pero el FMI le paró el carro en seco.

“El staff entablará conversaciones sobre un posible nuevo acuerdo una vez que las autoridades lo soliciten formalmente, y en esta etapa no hay un cronograma específico para esas discusiones”, expresó la portavoz de la entidad Julie Kozack desde Washington también esta mañana. Con todo, la vocera celebró como “acontecimientos bastante positivos” la sanción de la “Ley Bases” y el paquete fiscal oficialistas, pero recordó que faltan “esfuerzos continuos para asegurar la recuperación económica” del país. Un trago amargo para Caputo y el Gobierno en medio de una jornada negra en los mercados.