El Gobierno prepara el “golpe interno” contra Villarruel
La imagen de la vicepresidenta cae en las encuestas y en los últimos días los rumores por una posible intervención de los hermanos Milei en las funciones de la titular del Senado se intensificaron. Escenario de mayor debilidad y un posible corrimiento de autoridades afines hacen que Villarruel deba replegarse.
Javier Milei y su mesa chica huelen sangre y atacan sin dudar. Para las entrañas de un gobierno nacional que se desvive por la imagen popular de sus funcionarios, cualquier atisbo de mejoría en los sondeos de opinión pública puede significar fuertes golpes de timón que, en este caso, podrían generar fuertes efectos de cara al primer desafío electoral para La Libertad Avanza (LLA).
Y más aún si la que retrocede es una figura que podría hacerle sombra y se encuentra dentro del armado “libertario”. Por eso, desde que arrancó el 2025, Milei se ha encargado, junto a algunas figuras de su espacio y, por supuesto, las milicias digitales adeptas que comanda Santiago Caputo, de volver a cargar contra la vicepresidenta Victoria Villarruel.
No es el mejor momento de la titular del Senado, que en las encuestas siempre tenía un diferencial positivo sobre el mandatario. Ahora dio un paso hacia atrás.
Así se infiere del trabajo de la consultora Isasi- Burdman, que siempre da números más benignos para LLA. De esa publicación, basada en un estudio que se realizó entre el 16 y el 22 de diciembre pasados, con 2065 encuestados de forma telefónica y online, se desprende que la imagen de Milei se mantiene estable y la aprobación de su gestión crece.
El jefe del Estado que pretende destruir terminó el año con 54 por ciento de imagen positiva y 39 por ciento de negativa, con un 7 por ciento que sostuvo que es "regular".
Como contracara, Villarruel no solo es superada por Milei, sino que otros integrantes del Gabinete “libertario” tienen una valoración más alta que la presidenta de la Cámara alta. De los dirigentes nacionales, siguen al Presidente en el ranking Patricia Bullrich (53%), Guillermo Francos (49 por ciento), Manuel Adorni (48 por ciento), Luis Caputo (45 por ciento), Federico Sturzenegger (44 por ciento), Sandra Pettovello (42 por ciento) y recién aparece octava en la nómina Villarruel, con un 41 por ciento.
Por otra parte, la gestión de Milei alcanzó la mayor aprobación en su rumbo de gobierno. Alcanzó, según este trabajo, el 55 por ciento en diciembre, que lo posiciona por encima de los números de octubre y noviembre.
Pero un dato que deberá tener en cuenta el oficialismo, frente a una oposición deshilachada, es que mientras que el 50 por ciento de los encuestados desea que se intensifique el rumbo tomado por Milei, el 47 por ciento se inclina por un cambio profundo.
Es por eso que el Gobierno toma nota y en estos primeros días del año sale a marcar la cancha contra los detractores internos. Busca fagocitar a la “oposición” conciliadora, al mismo tiempo que va a fondo con los rebeldes de su armado. Y Villarruel lo sabe.
En la primera entrevista que brindó Milei en enero fue contundente contra su aliada en el binomio presidencial. En medio de la polémica por los sueldos en el Senado, por los que la vice señaló que cobra “dos chirolas”, el Presidente le marcó la cancha, aduciendo que está “desconectada de la realidad”, y la acusó de ser parte de la “casta”. A estas críticas, les siguieron los agravios de la comunidad mileista twittera, las milicias digitales y bots, pero también las encarnizadas acusaciones de la diputada Lilia Lemoine.
Frente a todo esto, Villarruel optó por el silencio. La vicepresidenta no quiere confrontar, y en lugar de intentar hacer las paces por enésima vez, ahora eligió no publicar ni hacer comentarios en sus redes. Sabe que los insultos no son lo peor que puede recibir. Lo peor está en su propia casa, el Senado.
La abogada negacionista que organizaba visitas a la prisión donde se alojaba Jorge Rafael Videla prevé un golpe del Poder Ejecutivo para sacarle el control administrativo de la Cámara alta.
La suerte de Villarruel se definirá en febrero. En el segundo mes del año se nombrarán cargos fundamentales: quienes serán definidos como presidente provisional, que entra en la línea directa de sucesión, y quienes serán los secretarios administrativos y legislativos.
Villarruel vuelve a mirar de reojo a la hermana del Presidente, Karina Milei. La secretaria General de la Presidencia, de pésima relación con la vice, es sindicada como la organizadora del golpe, por el que el Gobierno buscaría que sean figuras afines a la Casa Rosada los que desbanquen a los laderos de Villarruel.
Quien pende de un hilo como presidente provisional del Senado es Bartolomé Abdala. El senador por San Luis, exPRO de Mauricio Macri, podría ser corrido para poner en su lugar al senador “amarillo” Luis Juez. El cordobés preside el bloque del partido en esa provincia, pero es una de las voces críticas contra Macri.
Su cercanía a Milei es cada vez más innegable. Uno de sus principales hitos en este corrimiento a las “Fuerzas del Cielo” fue cuando desoyó a Macri y fue contra la posición de Villarruel, votando por la expulsión del entrerriano Edgardo Kueider.
Las Secretarías Administrativa y Legislativa también corren la misma fatídica suerte para Villarruel. Son cuerpos que también eligen los senadores, y la vice anticipa un escenario en los que serán corridos sus nombres de confianza. En particular, la secretaria administrativa Maria Laura Izzo.
Es por eso que la presidenta del Senado ahora solo espera que pase la tormenta sin tanta turbulencia. Villarruel derogó tres disposiciones internas por las que se delegaban funciones generales y las volvió a tomar para su cuerpo. Si bien desde su equipo prefieren no hacer comentarios ante las consultas de Diagonales, esto se infiere como una dimisión anticipada.
Sabe que los que vendrán no le responderán más directamente. Es tiempo de aguantar, hasta que la Casa Rosada tenga una seguidilla de errores no forzados.