Tal como ocurrió la semana pasada, este miércoles volvieron a ser agredidos por la Policía los jubilados que marchaban en las inmediaciones del Congreso para protestar contra el veto al aumento de los haberes: los efectivos les dieron la bienvenida con golpes y gases lacrimógenos de la mano de un nuevo despliegue del agresivo protocolo antipiquetes nacional. Mientras tanto, el Gobierno dejó claras sus prioridades y, lejos de respaldar a los adultos mayores heridos por las fuerzas de seguridad, exigió: “No hay que tener miedo a la represión”.

La respuesta fue clarísima. Esta tarde, mientras una multitud de adultos mayores pedía por la restitución de las derogadas modificaciones a la fórmula previsional, el vocero presidencial Manuel Adorni sacó pecho del cruento operativo policial que se ha convertido en los últimos días en una regla más que en una excepción entre las fuerzas nacionales: “Si cumplir la ley implica utilizar la fuerza pública para ordenar el corte de una calle, no veo cuál es el inconveniente. No hay que tener miedo a la represión, hay que tener miedo a los que incumplen la ley”.

Poco después, sus palabras se encarnaron en palazos, golpes, escudazos, empujones y gases lacrimógenos contra los jubilados. La Policía les habrá “tenido miedo”, según la lógica del portavoz, porque los atacó con llamativa dureza en pleno centro porteño en aras de dar cumplimiento al “protocolo antipiquetes”. Lo propio había sucedido la semana pasada con otro grupo de ancianos también a las afueras del parlamento; así como ayer mismo, en Tribunales, con los trabajadores judiciales como víctimas. Una ficha fija del Gobierno de Javier Milei.

El video de la represión en cercanías del Congreso, con una anciana como víctima del operativo de la Policía.

Los crudos incidentes se prolongaron durante largos minutos y dejaron un saldo de varios heridos en cercanías del Congreso, incluidos varios jubilados y hasta algunas personas con discapacidades, según reportaron diversos medios esta tarde. Las imágenes del intepestivo avance policial fueron difundidas con urgencia por numerosos usuarios en redes sociales, que volvieron tendencia la palabra “represión” y condenaron el ímpetu con el que la Federal, la Gendarmería y la Prefectura avanzaron contra los jubilados y demás manifestantes presentes en la marcha.