En diciembre de 2024, la importación de alimentos en Argentina creció un 82%. El dato ratifica una tendencia que se consolidó durante el primer año de gobierno de Javier Milei y que afecta directamente a los productores nacionales.

El ingreso de alimentos extranjeros al país comenzó a acelerarse a mediados de 2024 y ya en noviembre del año pasado, se había registrado un aumento del 61% en la importación de alimentos. Sin embargo, los valores de diciembre marcaron un nuevo récord y las expectativas para los meses siguientes son de cifras similares o incluso mayores. 

El fenómeno atenta directamente contra la producción local y las economías regionales, especialmente porque los productos que más crecieron en las importaciones son alimentos que también se producen en el país. 

Tal es el caso de limones, cebollas, tomates, zahorarias, tomate elaborado y vino, entre otros. En estos casos, se evidenciaron subas anuales de entre 100 y 11.000%. 

El caso emblemático es el de la cebolla: el aumento de su importación provocó que en varias zonas de Catamarca, los productores decidieran no cosecharla debido a que el costo de la recolección y comercialización era superior a la ganancia que luego obtendrían.

En tanto, la mayoría de los alimentos importados provienen de países limítrofes como Paraguay, Chile y Brasil. 

El Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) aseguró que la reducción del Impuesto PAIS en septiembre y la eliminación total de este tributo en el futuro cercano están favoreciendo este fenómeno.

A eso se suma la flexibilzación del Código Alimentario Argentino, la apreciación cambiaria y la desregulación del comercio exterior. Todas medidas que no mejoran las expectativas de la producción nacional para 2025.