En una nueva parada de un extenso, sucesivo y cada vez más intenso conflicto educativo que permanece sin respuesta por parte del Gobierno Nacional, gremios docentes anunciaron este viernes un nuevo paro de 48 horas por el recorte en universidades, en pedido de una actualización salarial y en rechazo a la “Ley Bases” que se votará en el Senado la semana próxima, que llega con media sanción de diputados y “de aprobarse dejaría un futuro de grandes retrocesos en lo económico, político y social”.

Diversas agrupaciones que nuclean a personal docente universitario convocaron en las últimas horas a una doble jornada de cese de actividades y movilización para el martes 11 y miércoles 12 de junio próximos en repudio a la “Ley Ómnibus” que la administración del presidente Javier Milei buscará aprobar el segundo día en una candente sesión en la Cámara Alta del Congreso. La medida de fuerza fue aprobada al término de un plenario que contó con la participación de secretarios generales de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN).

Así, los docentes interrumpirán su actividad educativa el martes y marcharán el miércoles junto a numerosos partidos políticos, organizaciones sindicales y movimientos sociales al parlamento para manifestar “el absoluto rechazo a la ‘Ley Bases’” y exigir “a los senadores que voten en contra” del mega paquete de medidas enviado por el Poder Ejecutivo, que cuenta con altas probabilidades de ser finalmente sancionado tras ser aprobado ya en Diputados y haber recogido apoyos en general de la oposición dialoguista en la Cámara Alta.

“De aprobarse, la ‘Ley Bases’ afectaría al conjunto de los trabajadores y a la sociedad argentina, dejándonos de cara a un futuro de grandes retrocesos en lo económico, político y social; en definitiva, abriendo la puerta a un país para pocos”, consideraron los gremios. Por su parte, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) advirtió que el Gobierno continúa sin otorgar “ninguna respuesta a las demandas” de los docentes, y sostuvo: “Tenemos que seguir peleando, porque no se trata solamente de la dimensión salarial del conflicto, sino que también está en juego el futuro de la universidad pública argentina”.