No son momentos fáciles para la economía real en la Argentina de Javier Milei. Eso se ve en los alarmantes números que arroja la actividad industrial, el comercio y también la construcción.

En este último sector, los números que se dieron a conocer lo confirman. El Índice Construya (IC), que mide las ventas de los productos para la construcción que fabrican las empresas que lo conforman, registró una baja del 4,3 por ciento en agosto en comparación con el mes anterior.

Además, se indicó que estuvieron 20,1 por ciento por debajo del nivel de agosto de 2023. Si se toman en cuenta los datos de los primeros ocho meses, entre enero y agosto de este año, las ventas de materiales fueron un 29,3 por ciento menores a las realizadas durante el mismo período del año pasado.

Esto significa una merma en la compra venta de ladrillos, cemento, cal, aceros, carpintería de aluminio, adhesivos y pastinas, pinturas, sanitarios, calderas, sistemas hogareños de calefacción, grifería y caños, pisos y revestimientos cerámicos.

Pero sobre todo, significa actividad que se frena y trabajadores echados a la calle: 120 mil en total, entre los 100 mil despedidos de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) y los otros 20 mil entre técnicos profesionales, administrativos y mensualizados.

Gustavo Weiss: “Ya no me preocupo por responderle a Sturzenegger”

Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, le marcó a Diagonales cuál es su visión sobre lo que está sucediendo en el sector, a partir de la promesa cumplida de campaña del presidente Javier Milei de ahogar el presupuesto nacional de la obra pública.

Weiss señaló la diferencia que hay entre los niveles de actividad del ámbito privado y el público. La privada, sobre todo, la privada grande está en niveles de actividad importantes en áreas como como petróleo, gas, energía y minería. Está un poco más tranquila en telecomunicaciones o en la construcción de edificios en grandes ciudades que está estable. En este último no es que cayó pero se mantiene. También está estable el rubro de construcción y refacción de viviendas. Este nivel de estabilidad vemos que comenzó a partir de marzo, y va creciendo. Son obras pequeñas pero que en conjunto traccionan mucho”, aseguró.

“Lo que tuvo un freno importante es la obra pública nacional. Digo ‘nacional’ porque las obras públicas que hacen las provincias más importantes con fondos propios, como la provincia de Buenos Aires, la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza sí están con un nivel de ejecución relativamente importante. Lo que sí viene mal tiene que ver con lo que corresponde al Estado nacional, que recién ahora está encarando algunas obras, y se están empezando a tener algún tipo de reinicio en la obra pública.

Weiss optó no ir directo contra el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger que había asegurado que la obra pública “no vuelve más”. “Ya ni siquiera me preocupo por responder”, expresó.

Gustavo Weiss: “Ya no me preocupo por responderle a Sturzenegger”

Se explayó sobre los modelos de inversión de la obra pública a nivel mundial: “Solo puedo decir que no es viable porque la realidad es que en el mundo el grueso de las obras de infraestructura lo hace el sector público. La participación del sector privado en obras de infraestructura es minoritaria por el sencillo motivo de que son pocos los negocios que tienen rentabilidad para que un privado los pueda encarar. Las estadísticas mundiales marcan que un 85 por ciento de esas obras las hacen los estados nacionales y sólo un 15 por ciento los actores privados. Y encima se toman esos datos de países que tienen economías más estables y por lo tanto es más fácil prever inversiones a largo plazo. Por eso, lo que plantea Sturzenegger no es viable.

Consultado por este medio sobre las motivaciones de la “motosierra” en la obra pública por parte del gobierno de La Libertad Avanza, Weiss señaló que el recorte de fondos se debió al ajuste fiscal, y no al mensaje oficial de supuesta “corrupción” en el sector.

“El objetivo central del gobierno manifestado reiteradamente cada vez que pueden tanto el Presidente como el ministro de Economía (Luis “Toto Caputo) es el ajuste fiscal, es bajar mucho la inflación, es déficit cero. Entonces en ese camino se recortaron muchos gastos y uno de los gastos que se recortó es la obra pública. No tiene nada que ver con la corrupción. Es un tema de digamos de política económica”, se explayó.

Gustavo Weiss: “Ya no me preocupo por responderle a Sturzenegger”

Weiss arrojó una reflexión a partir del fuerte mensaje que Milei le envió a los industriales el lunes pasado, cuando se presentó en la sede de la Unión Industrial Argentina y les dijo a la cara que para proteger a su sector, “se le robó al campo” y que “la industria quedó subordinada al Estado con subsidios y aranceles”.

“La reflexión que tengo es que él, como dice reiteradamente, es un economista liberal, y que por eso entiende que Argentina tiene que estar muy vinculada al mundo, que debe tener acuerdos comerciales y comerciar más intensamente con el mundo. Eso significa exportar pero también importar. Y en ese contexto él también dice que la industria en Argentina está muy protegida. Tiene aranceles de protección muy altos lo cual hace que no sea competitiva, y que no pueda competir en el mundo, por un lado”, interpretó Weiss.

Y fue al hueso: “También muchos de los productos que se compran en Argentina, además de no ser de los mejores que hay en el mundo, hablando muy en general, son carísimos. Entonces, según su visión, la industria se tiene que ‘aggiornar’, tiene que invertir, tiene que acostumbrarse a competir y en ese sentido interpreto que fue el discurso del Presidente.

Consultado si pudo hablar con los colegas del sector industrial, luego de notar la incomodidad que pasaron durante el convite, Weiss tiró una evasiva. “No hablamos de esto. La verdad que no. Hablé con ellos de otros temas. Además esto no es nuevo. Lo que pasó es que tuvo mayor repercusión porque fue el discurso presidencial en el Día de la Industria”.