Convertido hoy en el enemigo público número uno del Gobierno, el exfuncionario Julio Garro, quien hasta ayer a la tarde se desempeñaba como subsecretario de Deportes de la Nación, no deja de acumular críticas tras exigir que el futbolista Lionel Messi pida perdón a Francia por los cánticos racistas de la Selección Argentina. Lejos de aquietar el escándalo, quien cargó ahora contra el dirigente es la diputada Lilia Lemoine, que lo liquidó con una polémica definición: “Se veía cómo estaba a punto de sobarle la quena a alguien”.

“Garro estaba arrodillándose, se lo veía cómo estaba a punto de sobarle la quena a alguien. Yo no quiero ningún funcionario en el Gobierno que vaya a chuparle nada a ninguna potencia extranjera. Me parece fantástico que lo hayan echado”, manifestó la legisladora en un reportaje mediático este jueves, el día después de que el presidente Javier Milei ordenó remover al exintendente de La Plata de sus funciones luego de una controversia que escaló con velocidad la jerarquía política argentina.

Después les parece fenómeno que haya un funcionario diciendo: ‘No, los jugadores tienen que disculparse’. ¿Qué? Ningún jugador argentino tiene que disculparse por pedido de un funcionario, un individuo privado hace de su vida lo que de su vida quiere. Ésta se tiene que disculpar Messi; disculpate vos, Garro”, sumó la referente libertaria sobre el reclamo de que el capitán pida perdón ante Francia por la canción racista que cantaron los jugadores de la Selección durante los festejos por la Copa América.

El subsecretario fue despedido ayer por la noche luego de acumular críticas por parte de Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel sobre su controversial pedido, que intentó desmentir en horas de la tarde para escapar de un escándalo que ya se había desatado. Acorralado, incluso su jefe, el secretario de Deportes Daniel Scioli, cargó contra él en una entrevista poco después de su desplazamiento, aunque versiones posteriores indicaron que todo se trató de una maniobra del exgoberandor peronista para removerlo del puesto.

Lo cierto es que por estas horas Garro se volvió el mayor antagonista del Gobierno, como lo expresa la crítica de Lemoine: “Un funcionario que no es ni embajador, ni presidente, ni cónsul, ni lo voté, ¿por qué me tiene que decir a mí o al ídolo Messi, que es un héroe nacional y le está trayendo alegría al pueblo sin joder a nadie, qué hacer? Habíamos visto al pobre Messi llorar y no poder seguir jugando, compartimos ese dolor, ¿y además del dolor tenemos que bancarnos a los kirchneristas tirando mierda y a un funcionario nuestro pidiendo que se disculpe?”.